La triste pérdida de Rafael Berrio irrumpe días después de que nuestro compañero Javier Escorzo repasase toda su discografía en busca de diez tesoros de su catálogo de culto. Diez pistas para recordar todo lo que nos deja.
Selección y texto: JAVIER ESCORZO.
Aunque no es tan conocido como debiera, los que escuchan a Rafael Berrio saben que se trata de uno de los mejores autores de nuestro rock. Debajo de su aura de músico de culto se esconde un escritor de canciones tan huidizo como clarividente. Aquí recordamos diez canciones de su larga trayectoria.
1. “Coge el teléfono”, con U.H.F. (U.H.F., Shanti Records, 1981)
Algo se cocía en el San Sebastián de finales de los setenta. Mientras el resto del País Vasco ardía en las llamas del rock radical, en la capital guipuzcoana surgió una serie de grupos que abrazaba el pop de la nueva ola. El mítico Santi Ugarte (promotor de conciertos y dueños de varias tiendas de discos) fichó a tres de aquellas prometedoras bandas (Mogollón, Puskarra y U.H.F.) para el sello que acababa de crear, Shanti Records, dando origen a la conocida etiqueta del Donosti Sound. En U.H.F. militaba un jovencísimo Rafael Berrio. Aunque con aquella primera formación solo grabó un maxi single (compartido con Mogollón), tenía por delante una brillante carrera que se extendería a lo largo de las décadas.
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2. “No pienso bajar más al centro”, con Amor a Traición (Amor a traición, Warner, 1993)
El segundo grupo de Rafael Berrio fue Amor aTtraición. La banda se formó en 1983 y llegó a grabar un primer disco para Shanti Records, pero la quiebra de la discográfica impidió su publicación. Así, su debut no llegó hasta 1994, fecha en la que Warner editó su álbum homónimo. En 1997 vio la luz “Una canción de mala muerte” bajo el paraguas del sello Galerna (creado por Diego Vasallo expresamente para tal efecto). El álbum obtuvo buenas críticas, pero fue el canto del cisne de la banda.
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3. “No solo de amor (del aire también se vive)”, con Deriva (Harresilnada, Hotzak, 2005)
El tercer proyecto grupal de Berrio fue Deriva, banda con la que publicó dos discos. El primero, Planes de fuga (2001), para el sello valenciano Criminal Discos, estaba marcado por la electrónica, mientras que el segundo, Harresilanda (que en euskera significa “a las afueras”), autoeditado, consumaba su regreso al pop y al rock de corte más tradicional.
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4. “Simulacro” (1971, Warner, 2010)
Treinta años después de haber formado su primera banda, en 2010 Berrio publicó el primer disco firmado con su propio nombre. La autoría de las canciones seguía siendo suya, pero tampoco puede decirse que fuese un proyecto estrictamente en solitario, pues contó con la importante labor del músico donostiarra Joserra Senperena, que produjo y arregló el álbum. Y eso en este caso tuvo mucha importancia, ya que lo primero que llama la atención en este trabajo es, precisamente, la producción: la sobriedad y el clasicismo marcaban su entrega más alejada del pop y del rock hasta aquella fecha.
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5. “Ese álbum” (1971, Warner, 2010)
La parca y elegante instrumentación dio carácter al disco. La desnudez realzaba y daba protagonismo a las magistrales letras de Berrio. Las cuerdas les añadían dramatismo. Es el caso de “Ese álbum”, una de las canciones más emocionantes y dolorosas de su repertorio. Precisamente por eso nunca suele interpretarla en directo.
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6. “La alegría de vivir” (Diarios, Warner, 2012)
En su siguiente disco, Berrio repitió equipo (o más bien pareja, de nuevo mano a mano con Joserra Senperena) y fórmula. El resultado fue, de nuevo, altamente satisfactorio. Músicas y letras bien hermanadas, manteniendo siempre su poética y nihilista visión del mundo. El título del primer single podía llamar a engaños: “La alegría de vivir”. Escuchando la canción completa, uno podía comprobar que al músico no le había dado por componer festivas y alegres sevillanas: «La alegría de vivir, la alegría de vivir, la que vas perdiendo tú».
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7. “Santos mártires yonquis” (Diarios, Warner, 2012)
Al hablar de la música de Berrio conviene hacer dos precisiones: en primer lugar, sí, es un letrista brillante, sin lugar a dudas, uno de los mejores de nuestro país. Pero esa maestría como escritor de textos no debería hacernos menospreciar su pericia a la hora de componer melodías. En segundo lugar, aunque el tono de esa lírica es decididamente sombrío y melacólico, no está exenta de otros ingredientes como el humor y, sobre todo, la ternura. Buen ejemplo de ello es “Santos mártires yonquis”, precioso homenaje a aquella generación que fue diezmada por la heroína.
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8. “Mis ayeres muertos” (Paradoja, Warner, 2015)
Los dos discos anteriores le habían hecho ganar cierta fama y mucho prestigio (especialmente entre la prensa especializada). Sin embargo, en su nueva entrega, Berrio decidió dar un giro estilístico muy brusco. Paradoja era un disco de rock sucio, eléctrico, potente y descarnado, con su admiradísimo Lou Reed sobrevolando muchas de las canciones. Y ojo, porque la magnífica banda que le acompañó lo hizo crecer todavía más en directo.
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9. “Arcadia en flor” (BSO La reconquista, 2016)
Entre los muchos admiradores de la obra de Berrio está Jonás Trueba, que en la banda sonora de su película La reconquista utilizó varios temas de toda la trayectoria del donostiarra. Entre todos ellos, había uno creado expresamente para la banda sonora, “Arcadia en flor”. La canción fue nominada a los premios Goya, aunque el galardón recayó finalmente en “Ai, ai, ai”, de Sílvia Pérez Cruz.
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10. “Considerando” (Niño futuro, Rosi Records, 2019)
Tras adaptar en 2017 la zarzuela Adiós a la bohemia (con música de Pablo Sorozábal y letra de su venerado Pío Baroja, en la que también participaron Joserra Senperena, Ángela Molina, Alondra Bentley o Tulsa), en 2019 llegaba su último disco hasta la fecha. Niño futuro volvía a ser un trabajo de banda, aunque en esta ocasión el sonido se escoraba más hacia el pop que en su anterior entrega. Las canciones mantenían sus señas de identidad, pero mostraban a un Berrio más melódico, con gran protagonismo del piano en muchos de los cortes.
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Bonus track: “Tu nombre en los labios” (Mikel Erentxun, Tres noches en el Victoria Eugenia, Warner, 2008)
Además de en sus propios discos, Berrio ha esparcido muestras de su talento en trabajos de otros artistas, como Sole Giménez o La Oreja de Van Gogh. Uno de sus grandes admiradores es su paisano Mikel Erentxun, que ha cantado varias de sus letras. A continuación, podemos ver a los dos interpretando “Tu nombre en los labios” en el disco en directo que el exmiembro de Duncan Dhu registró en el Teatro Victoria Eugenia.
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Hace cinco años, nuestro compañero Xavier Valiño elaboró una lista de canciones esenciales junto al propio Rafa Berrio, que puedes consultar aquí.