Quique González: Buscando la libertad

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«Este es el disco más mío que he hecho nunca. Sin duda es mi disco que más me gusta. Y es en el que creo que he profundizado más en todos los sentidos»

Acaba de grabar por su cuenta su nuevo disco, en Nashville y con producción de Brad Jones. Un álbum que espera esté en la calle en el mes de octubre, aunque en estos momentos está estudiando la forma de publicarlo pues ha abandonado la discográfica en la que estuvo en los últimos años. En esta entrevista, Quique González –uno de los artistas más influyentes del rock español–, nos cuenta de sus razones, de su actualidad.


Texto: JUAN PUCHADES.
Fotos tomadas en Nashville por ALEXIS FERNÁNDEZ.


¿Cómo has acabado grabando en Nashville?
Porque Brad Jones siempre ha sido uno de mis productores favoritos y, por mediación de David Bonilla, contacté con él, tiene un estudio en Nashville, compartido con otro socio que se llama Robin, y se dio la oportunidad de grabar. Fue un golpe de suerte y un encuentro afortunado.

 

¿Los músicos que han grabado en el disco son de allí?
Sí, he grabado con jóvenes talentosos y viejas leyendas como Al Perkins.

 

¡Qué me dices!
Sí, es probablemente el mejor pedal steel del mundo, tocó en Exile on Main St. [de los Rolling Stones], con Bob Dylan, con Randy Newman, con Gram Parsons, un señor, un mago, probablemete el mejor músico con el que he tocado nunca.

 

¿Te entendías bien con los músicos?
Sí, y para ellos también era importante entenderme a mí, así que antes de empezar cada canción les daba una charla contando la idea central de la canción y lo que quería decir; era importante para ellos.

 

¿Nos vas a sorprender con un disco de sonido más norteamericano?
No, no suena country, incluso con el pedal steel. Creo que igual es el disco más mío que he hecho nunca. Esto se dice siempre, pero sin duda es mi disco que más me gusta. Y es en el que creo que he profundizado más en todos los sentidos.

 

Por cierto, ¿cómo se llama?
Daiquiri blues.

 

Sabes que para toda una nueva generación de músicos eres un referente. ¿Te sientes presionado por ello, te provoca alguna forma de compromiso personal, del tipo «voy a tener que superarme»?
Tampoco pienso mucho en mí como una referencia, aunque siempre me ha pasado. Pero que tus compañeros hablen bien de ti, y que haya respeto y admiración es un premio y me lo tomo como algo agradable, no como presión. Yo tampoco veo tantas similitudes…

 

En algunos casos sí que hay similitudes, y cuando hablas con gente que está con el primer o el segundo, son muchos los que te citan como referente constante.
Sólo puedo agradecerlo. Es un premio, le doy muchas gracias a mis compañeros, porque su cercanía me ha dado fuerzas para seguir haciendo cosas y para seguir creyendo en lo que hago.

 

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«Quiero seguir haciendo las cosas con la independencia con la que las he hecho hasta ahora»

 

TRUCO O TRATO

¿Qué ha pasado para que abandones DRO/Warner?
Las compañías están intentado imponer una política nueva por la que piden un tanto por ciento a los artistas de las actuaciones en directo, y yo no sé si estoy entre la vieja escuela y la nueva generación, pero pienso que no se pueden cambiar las condiciones unilateralmente porque sí. Creo que hay que buscar otra forma de compensar, entiendo que están pasando un momento muy difícil, pero realmente yo no nunca he vivido de vender discos y soy un tío que el noventa por ciento de las veces voy «a empresa»; es decir, alquilo el sitio para tocar y me juego yo el dinero. Así que no veo una razón por la que les tenga que dar nada de eso, porque ellos no se suben en la furgoneta ni van al concierto. Tampoco quiero quedar otra vez como el rebelde y el que siempre está ahí, porque tampoco me he peleado con ellos. Entiendo sus dificultades, he intentado encajar en ellas, buscar una solución, pero ellos quieren instaurar esa política y a mí me parece un impuesto revolucionario.

 

¿En el fondo sigues «peleando a la contra», como en el famoso manifiesto?
Yo defiendo lo mío. Siempre lo he hecho, mientras he estado en DRO he estado muy a gusto, sobre todo por David Bonilla y por mucha gente que trabaja allí y que me cae muy bien, pero, realmente, no firmo eso por salud mental. No quiero levantarme un sábado para ir a tocar a La Coruña y pensar que estoy trabajando para otros. Si firmo eso, estoy trabajando para ellos.


En cualquier caso, aclaremos que no te has ido de mal rollo.

No, no, en absoluto, yo lo entiendo como lo diría Al Pacino: «Son sólo negocios, no es nada personal». Tampoco es para tanto, ni quiero dar esa imagen ni quiero que se hable de mí por estas cosas. Lo que hago es para protegerme a mí, para proteger a la gente que va conmigo y para proteger a mis canciones.

 

¿Cómo te vas a plantear la edición del disco, que creo quieres sacarlo para el mes de octubre?
Sí, esa es la idea que tenemos. Estamos negociando con una compañía que nos ofrezca la distribución y que nos ayuden en cosas con las que nosotros no tenemos experiencia o infraestructura –me refiero a mi oficina, Last Tour, y a mí–, y hacer una coedición para sacar el disco entre tres partes y que cada uno se ocupe de una cosa. Yo me he pagado el disco, así que, realmente, mucho del trabajo de una compañía lo tengo ya. Quiero sacarlo con una compañía a la que, por supuesto, no le tenga que dar el cinco por ciento, ni el diez, ni el uno, ni nada, y que me respeten y que pueda seguir haciendo las cosas con la independiencia con la que las he hecho hasta ahora.

 

¿No te asusta este paso?
No, qué va, en absoluto. Si tengo que sacarme yo el disco y buscar una distribuidora, pues la buscaré, y si tengo que cantar yo solo en directo, lo haré.

 

Ya lo hiciste.
Sí, ya lo he hecho y no pasa nada, y ahora es un momento mucho más difícil para vender discos. No creo que nadie saque un disco ahora para ganar dinero, es bastante complicado.

¿Tú eres de los que siguen creyendo en el disco como una obra que recoge una serie de canciones que representan un periodo creador, que las agrupa y que, además, sirve para salir a la carretera?
Totalmente, es el leit motiv de una gira, y sigo creyendo en los discos como ciclos vitales. Aunque no recuperara el dinero invertido, que creo que sí lo voy a hacer, no me importaría, porque el disco, de alguna manera, alimenta a la gira, y al revés.

 

¿Te preocupa que el disco, como soporte, acabe por desaparecer, me refiero al disco físico?
Como me siento y me veo como un coleccionsita de música, creo que siempre vamos a ser unos cuantos «freaks» que vamos a seguir comprando música, seguramente, en las tiendas pequeñas. Y, desde el otro lado, como alguien que hace discos, pues sé que siempre va a haber unos cuantos «freaks» que lo van a querer, y para ellos seguirá teniendo valor. Pero de las cosas que no puedes controlar, no te puedes preocupar.

 

¿Te planteas editar este nuevo álbum, como el anterior, también en vinilo?
Me gustaría mucho.

 

¿Con qué banda vas a salir en directo? ¿Sigues con La Aristocracia del Barrio, tu banda del disco anterior?
No, la hemos aparcado un poquillo. Quiero hacer otra cosa, aunque piense que nos vamos a volver a juntar. Jacob va a seguir conmigo, Toni Jurado también vuelve y, bueno, estoy montando el resto de la banda. Va a venir también David Soler, que es un guitarrista fantástico que toca pedal steel, que lo necesito. Diego Galaz, también vendrá, es violinista y guitarrista.

 

¿Saldrá tocando el violín?
Sí, y mandolina, quiero una banda de gente que toque varias cosas, que no sea como la última gira que eramos un cuarteto clásico, que era lo que pedía el disco porque lo hicimos entre los cuatro. Esta tiene que ser otra cosa, porque el disco es otra cosa. La del año pasado fue la mejor gira que hice, hubo algo muy especial, fue una maravilla.

Recomiéndanos algo de lo que estés escuchando estos días.
Una banda que se llama The Dexateens, me gusta mucho, es una de las mejores bandas que hay en Estados Unidos ahora, el último disco es precioso. Estoy muy fan de Buddy y Julie Miller, pero muy fan, pero estos son más clásicos. Nunca dejo a los clásicos, siempre hay que volver a Neil Young y a Bob Dylan.

 

¿Qué tal el año pasado, cuando teloneaste a Bob Dylan?
Muy bien, una experiencia mítica. Estar ahí al lado y verle caminar ya era impresionante.

 

¿Hubo nervios?
No, y ni siquiera me planteé decirle nada, ni saludarle, estaba ahí, a diez metros, viendo la liturgia de salir a tocar y para mí es una de las experiencias y de los momentos más inolvidables de toda mi vida.

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