Entre artistas y discográficas hay cientos de encuentros y desencuentros, y algunos de ellos acaban tomando forma de canción de éxito. Xavier Valiño recoge quince casos.
Selección y texto: Xavier Valiño.
Son muchas, más de las que nos creemos, en parte debido a que sus autores no dejan conocer fácilmente el verdadero objetivo de sus letras. Estamos hablando de las canciones escritas en contra de una determinada compañía discográfica y/o alguno de sus responsables. Y eso que no computamos aquí discos enteros como Metal machine music de Lou Reed o el –claramente alusivo desde el título– álbum colectivo Fuck EMI. Aquí van 15 de esas canciones y sus respectivas alternativas.
1. Amanda Palmer: “Please drop me” (inédita, 2009).
Amanda Palmer, antigua líder de The Dresden Dolls, se encontró en 2009 en un sello discográfico, Roadrunner Records, al que aún le debía varias grabaciones, pero ella ya no se sentía a gusto con una compañía que contaba entre sus artistas a bandas como SlipKnot o Megadeth. Tras diversos desencuentros con ellos, el 28 de marzo de 2009, antes de un concierto suyo en Fort Lauderdale, decidió componer una letra adaptada a la música de “Moon River”, que estrenó esa misma noche y que nunca se ha registrado en disco. «Por favor, liberadme / no pego en vuestro catálogo / estoy cansada de esa mierda inútil. / ¿Qué tengo que hacer? / Estoy cansada de vuestras pollas corporativas».
Alternativa: Sinead O’Connor: “8 good reasons”.
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2. Barón Rojo: “Con botas sucias” (Larga vida al rock and roll, 1981)
Los hermanos Carlos y Armando de Castro militaban en el grupo Coz, banda que grababa con la compañía CBS y con la que ya no se entendían en 1980. Tras firmar con Chapa/Zafiro y poner en marcha Barón Rojo, deciden editar como primer single una canción, “Con botas sucias”; cuyas siglas y contenido hacían alusión directa a aquella compañía. «Tienes once años y pareces una vieja / Sigues prisionera de tus gustos ancestrales / Mueves tus resortes para hacer todos los males… / Y me sancionas / y me presionas / y distorsionas».
Alternativa: Alice Cooper: “Former lee warmer”.
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3. Cee-Lo Green: “Fuck you” (The lady killer, 2010).
Héctor Sánchez lo recogió en su día aquí, en EFE EME. Los dardos de “Fuck you” (“Jódete”) no iban precisamente dirigidos a una chica, como todos pensábamos, sino al sello Elektra. «Cuando estaba escribiéndola, el mensaje vino de otro lugar. Llevaba grabando tres años, tenía más de setenta canciones y estaba listo para que me escucharan. Pero mi discográfica pasaba y era desalentador no saber si lo que estaba haciendo era lo suficientemente bueno. Parecía que no podía complacer a todo el mundo, así que, en sentido figurado, fue algo así como: “¿No te gusto? ¡Pues que te jodan!”. Fue muy catártico». «Nadie sabe lo que tuve que pedir prestado / Mendigar y robar / mentir y engañar / intentando mantenerte a mi lado / intentando complacerte / Porque estar enamorado de tu culo no es barato».
Alternativa: Lee Perry: “Train to Doomsville”.
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4. Cracker: “Ain’t gonna suck itself” (Countrysides, 2003).
En 1995, el sello Virgin tenía que dedicar casi todos sus esfuerzos en recuperar lo invertido en contratar a artistas como Mariah Carey o Robbie Williams, así que decidieron cortar toda la promoción de otras bandas que no vendían lo mismo, llegando a incluirlas en una lista negra de artistas con los que sus empleados no podían trabajar. Eso fue lo que le sucedió a Cracker con su disco Forever. David Lowery se lo tomó como algo personal y contratacó con esta canción en la que incluso nombra a uno de los ejecutivos que tomaron aquellas decisiones, Roy Lott, después de consultar y asegurarse de que, al aparecer como productor ejecutivo en muchos de sus lanzamientos, se le consideraba una figura pública y podían parodiarlo sin temor a enfrentarse a una demanda.
«Volé desde Virginia el primer día / Escuché a mi compañía discográfica ejercer su derecho sobre mi música / Fui a ver al Sr. Lott pero su asistente dijo que no / “Los de seguridad le acompañarán al aparcamiento” / Virgin Records no va a chupársela a sí misma».
Alternativa: The Drive-By Truckers: “Go-go boots”.
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5. El Último de la Fila: “Insurrección” (Enemigos de lo ajeno, 1986).
Tal y como le reconocía Manolo García a Arancha Moreno en el Cuaderno número 6 de EFE EME, «Estábamos hasta los huevos de nuestra compañía, piensas que te están timando, te ratean con la promoción, eres joven, te intentan tomar el pelo…». Unas líneas más adelante, el cantante de El Último de la Fila aclaraba que la letra de “Insurrección” servía también para manifestar su cabreo no solo con su discográfica (PDI en aquel entonces), sino también con la sociedad. «¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité? / Nadie es mejor que nadie pero tú creíste vencer / Si lloré ante tu puerta de nada sirvió… / Dame mi alma y déjame en paz».
Alternativa: The Smiths: “Paint a vulgar picture”.
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6. Graham Parker: “Mercury poisoning” (cara B del single “I want you back”, 1979).
A pesar del respaldo de la crítica y del éxito en su país –Gran Bretaña– y Europa, los primeros tres álbumes de Graham Parker pasaron prácticamente desapercibidos en los Estados Unidos, y él responsabilizaba a su compañía discográfica Mercury de ello. Tan pronto como pudo grabar con otro sello, Arista, editó en una canción de título bien explícito, “Envenenamiento con Mercurio”. «La compañía me está paralizando / Lo peor intentando arruinar lo mejor / Su promoción es tan deficiente / que nunca podrían intentarlo en las grandes ligas / Tal vez piensen que soy una mascota».
Alternativa: John Mellencamp: “Pop singer”.
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7. Los Elementos: “Subterfuge” (Los Elementos, 1993).
Duraron cinco años a principios de los 90 y siempre estarán asociados a lo que se movía por el barrio de Malasaña de Madrid en aquel entonces. Editaron un primer epé con Subterfuge en 1992 y al año siguiente un álbum homónimo con Romilar D, en el que incluían una canción dedicada a su anterior discográfica con un texto que parece querer saldar cuentas pendientes. «Carlos Subterfuge / Danos un empuje / Carlos Subterfuge / Los cojones no los estrujes… / No nos hagas juegos sucios / No nos hagas subterfugios».
Alternativa: Suede: “This Hollywood life”.
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8. Los Piratas: “Años 80” (Ultrasónica, 2001).
De nuevo en EFE EME, Arancha Moreno explicaba que el mayor éxito de Los Piratas no figuraba entre las maquetas iniciales de Ultrasónica, sino que nació como respuesta a una petición de su compañía, Warner, que creía que al disco le faltaba un single más claro. En el libro Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia (Efe Eme) Ferreiro y Fon Román revelan cómo dieron forma al célebre himno, con cierto enfado y una clara intención de vengarse del ejecutivo discográfico que les había pedido que confeccionaran un éxito. Finalmente, «Años 80″ se convirtió en una de las canciones más queridas fuera de la banda, aunque durante un tiempo también fue de las más odiadas por el quinteto. «Cuando me hiciste llamar no sospechaba / Plastilina con color, ropa interior, recuerdos de allá fuera / Cómics de ciencia-ficción, vida interior. / Y yo no quiero volver / no me repitas jamás que no sabes qué hora es».
Alternativa: OMD: New Babies: “New toys”.
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9. Nick Lowe: “I love my label” (en el disco colectivo A bunch of Stiff Records, 1977).
Editó con ellos sus primeros cinco singles, pero en cuanto tuvo una oportunidad, Nick Lowe abandonó su sello Stiff a pesar de ser el productor «residente». Justo antes de pegar el salto a la compañía Radar compuso un tema de contenido irónico, “I love my label” (“Amo a mi sello”) que la propia compañía utilizó para abrir un disco colectivo con artistas de su catálogo. Probablemente los roces con su responsable Jack Riviera («Entonces se le conocía por su carácter. Uno de esos tipos en la industria que casi rozaban la ilegalidad») fueron los que motivaron su letra. «Oh, estoy tan orgulloso de mi compañía / Somos una gran familia feliz / Supongo que podrías decir que soy el pariente pobre / de la empresa madre. / Siempre piden muchas canciones / de no más de 2:50 minutos / Así que les escribo unas pocas / Nunca hablan a mis espaldas / Y siempre pinchan mis nuevas canciones cuando los visito».
Alternativa: Blur: “Country house”.
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10. Nirvana: “Big cheese” (Bleach, 1989).
Si bien “Big cheese” (“Gran queso”) se podría entender como una especie de perorata estándar contra la autoridad, con Kurt Cobain quejándose de haber sido puesto a trabajar por el ‘queso’ titular, ese queso era en realidad una persona real: Jonathan Poneman, del sello Sub Pop. “Estaba expresando toda las presión que sentía de él en ese momento porque no dejaba de criticar todo lo que estábamos grabando”, le aseguró Cobain a Michael Azerrad en el libro Come as you are. «El Gran Queso me hace… / El mío dice “Ve a la oficina” / El Gran Queso me hace / El mío dice ”Uno que se queda”».
Alternativa: The White Stripes: “Honey, we can’t afford to look this cheap”.
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11. Sex Pistols: “E.M.I.” (Never mind the bollocks, here’s the Sex Pistols, 1977).
Fue el gran fichaje de finales de 1976 de la EMI, seguros de tener en sus manos un filón. Tres meses después, y con un solo single editado, entre la polémica diaria, los medios en su contra, empleados que se negaban a manufacturar los discos de la banda y unos accionistas seriamente preocupados, el sello dejó marchar al grupo. La respuesta airada del grupo no se hizo esperar, como era previsible. «Recursos ilimitados (E.M.I.) / No hay razón (E.M.I.) / Te digo que todo era una excusa (E.M.I.) / Solo lo hicieron por su nombre (E.M.I.) / No necesito la presión (E.M.I.) / No puedo aguantar a esos tontos inútiles (E.M.I.)».
Alternativa: P.I.L.: “This is not a love song”.
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12. Spoon: “Laffitte don’t fail me now” (A series of sneaks, en la reedición de 2002).
Justo después de ser despedidos de Elektra tras editar su disco A series of sneaks, Spoon se cebó con el ejecutivo de la compañía Ron Laffitte, componiendo una canción dirigida directamente al que consideraban era el responsable de todos sus males. Ese tema acabó incluido en la reedición del disco de 2002… a cargo de otra compañía, Merge. «Oh dime / ¿Alguna vez eres honesto con alguien? / Lo que viene después de editar un disco, la promoción / Es hora de sacar la basura / Y redefinir lo que eres / Redefinir de qué se trata / No puedes explicar cuál es el atractivo / cuando todo se aleja / Usas tu clase para abstraerte / Lo haces todos los días».
Alternativa: LCD Soundsystem: “You wanted a hit”.
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13. Stiff Little Fingers: “Rough trade” (Inflammable material, 1979).
Los irlandeses fueron invitados a Londres para grabar unas maquetas para Island Records. La sesión fue relativamente exitosa e Island estuvo a punto de ofrecer un contrato a la banda. Sin embargo, a última hora, justo cuando la banda había renunciado a sus trabajos y se preparaba para abandonar Belfast, Island se olvidó del tema, lo que inspiró la canción “Rough Trade” (“Trato cruel”) que se incluiría en su álbum de debut. Y sería precisamente Rough Trade, la compañía con el mismo nombre que el título de la canción, quien los ficharía y editaría sus primeras canciones. «Sí, nos comprometimos, pero ellos no habían firmado / “Lo siento, hijo, tendré que dejarte / Nuestros abogados dicen que ni siquiera te conocemos / La música es dinero, los chicos no tenéis cuenta bancaria” / Vosotros comerciáis con nosotros / Y nos traicionasteis / Fuimos traicionados por mentiras de trato cruel».
Alternativa: The Strypes: “What a shame”.
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14. The Cure: “Do the Hansa” (cara B del maxi “Boys don’t cry”, 1982).
El sello alemán Hansa, que había fichado a unos The Cure casi embrionarios, quería que el grupo tomara una dirección más comercial con su música, pero ellos no estaban dispuestos a ceder. El antiguo baterista/teclista Lol Tolhurst dijo en su momento que Hansa «realmente no sabía cómo manejarnos como banda. “Do The Hansa” fue nuestra forma de tocarles las pelotas». «Uno dos tres cuatro / Steve, oh sí / Platino toda la trayectoria / Hacer el Hansa».
Alternativa: Depeche Mode: “Everything counts”.
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15. Van Morrison: “Here comes Dumb George” (The authorized bang collection, 2017)
A mediados de los 60, Van Morrison fue lanzado como solista por Bert Berns, responsable de la compañía Bang. Un buen día, Morrison se encontró con un disco a su nombre en el que se reunían varias canciones suyas sin su autorización revestidas con una portada que tampoco le gustaba. Además, si quería prolongar su estancia en los Estados Unidos, debía grabar más canciones para la discográfica. Dicho y hecho… pero a su manera. Se metió en el estudio de grabación y registró 31 canciones muy breves, generalmente versiones adaptadas en su letra para despotricar contra la compañía y su gestor (al que llamó George) que, por supuesto, no se editaron… Hasta 2017, cuando Morrison permitió que apareciesen con el nombre de Contractual obligation session (Sesión obligada por contrato) en el triple álbum The authorized bang collection.
«Aquí llega el zafio George / Aquí llega el zafio George / Aquí llega el zafio George / Aquí llega el zafio George / Todos juntos cantando el estribillo / Aquí llega el zafio George / ¡Aquí llega el zafio George, boogaloo!».
Alternativa: The Mothers of Invention: “Our Bizarre Relationship”.