Neil Young, The Cure, Johnny Cash, Pink Floyd o Quique González: son muchos los músicos que le han dedicado un verso, un guiño o una canción entera a sus animales. Sara Morales recoge una quincena de casos.
Selección y texto: SARA MORALES.
Nunca un amor fue tan incondicional como el que se profesa hacia un animal y viceversa. Esos extraños seres peludos, a veces escamosos o con plumas, comilones y dormilones, han alterado nuestras vidas desde el principio de los tiempos para hacérnosla más agradable, más feliz. Leales compañeros de existencia, generadores de cariño y de compañía, de aliento cuando todo lo demás cae y capaces de desechar la soledad de nuestro lado, han sido desde siempre justos merecedores de canciones en el cosmos rock. Por todo lo que nos regalan desinteresadamente y nos hacen aprender, aquí van quince de ellas.
1. ‘Martha my dear’ de The Beatles (“White album”, EMI, 1968).
Es una de las treinta canciones que componen el “White album”, incontestable disco lanzado oficialmente por los de Liverpool en 1968 como “The Beatles”. Compuesta íntegramente por Paul McCartney y dedicada a su querida perra de raza bobtail, llamada Martha, hubo quien la interpretaba como una canción sentimental hacia una chica con ese nombre, o incluso hacia su ex Jane Asher escondida bajo tal pseudónimo. Dadas las incógnitas, McCartney salió aclarando que sí, que efectivamente se trata de una canción de amor, pero hacia su perrita. Adorable.
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2. ‘Tennessee stud’ de Johnny Cash (“American recordings”, American Recordings, 1959).
Muy pocos son los que se pueden permitir compartir su vida con un caballo; pero quienes logran vivir cerca de uno, cuentan que se convierte en uno de los compañeros más leales y nobles que existen. Johnny Cash, que pasó buena parte de su vida entre ranchos y animales, no dudó en apropiarse de esta canción de 1959, original de Jimmy Driftwood, para hacerla suya y popularizarla a principios de los noventa. “Tenía el coraje y tenía la sangre; nunca hubo un caballo como Tennessee Stud”, dice la letra.
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3. ‘Laika’ de Mecano (“Descanso dominical”, Ariola Eurodisc, 1988).
Inolvidable la historia de esta perra moscovita que conmocionó al mundo en 1957 y que Mecano convirtió en bonita canción a finales de los ochenta. Fue Nacho Cano quien encontró en Laika un ejemplo de vulnerabilidad ante el ser humano y de valentía; por eso escribió este tema para ella, lo produjo y, bajo consenso con el grupo, se incluyó en el álbum “Descanso dominical” con gran éxito hasta hoy. Cuando los seres humanos todavía no estábamos preparados para la carrera espacial, Laika fue enviada sola al espacio exterior como experimento precursor de futuras misiones humanas. Allí murió, y la cultura popular no la olvida.
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4. ‘The lovecats’ de The Cure (epé “The lovecats”, Fiction, 1983).
Lanzada en 1983 como sencillo, con ella la banda de Robert Smith logró su primer top 10 en los charts británicos; y debido a su gran acogida entre el público, meses más tarde fue incluida en el álbum recopilatorio “Japanese whispers”. Y es que, al parecer, este amor gatuno nació en el coco de Smith tras leer “The vivisector” de Patrick White y ahondar en esa idea del paralelismo entre los gatos y los seres humanos más frágiles de la sociedad: «Nos movemos por las calles cuando todos duermen; cada vez mas importantes, más elegantes, más astutos y más radiantes».
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5. ‘I love my dog’ de Cat Stevens (“Matthew and son”, Deram Records, 1967).
Así de claro y directo quiso mostrarse el músico británico, ahora conocido como Yusuf Islam, para homenajear su infancia y uno de los mejores amigos que tuvo, su perro. ‘I love my dog’, con melodía inspirada en el tema ‘Plum blossom’ de Yusef Lateef, fue su carta de presentación como artista, su single de debut allá por 1966 y una de las historias cantadas más tiernas dedicada a una mascota. Aquello de «el perro, el mejor amigo del hombre» convertido en una canción que dice así: «Tú podrás desaparecer, pero mi perro siempre vendrá a mí».
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6. ‘Púter’ de Andrés Lewin (“La tristeza de la Vía Láctea”, Arcadia Music, 2016).
La genialidad letrista de Lewin nos dejó composiciones como esta. Brillante de sencilla, delicada, tierna y cercana, ‘Púter’ representa la dualidad hombre/animal hilada con ese sarcasmo simpático del que el cantautor argentino hacía gala a la hora de escribir. La historia y costumbres de un can finolis resultan perfectos para mofarse del pijerío absurdo que destilan algunas personas. Esta canción pertenece a su disco póstumo, «La tristeza de la Vía Láctea», publicado en marzo de 2016, dos meses después de su muerte.
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7. ‘Seamus’ de Pink Floyd (“Meddle”, EMI, 1971).
El perro cantante de Steve Marriot (Small Faces y Humble Pie) y sus ladridos quedaron inmortalizados en este tema de Pink Floyd en el que, además de ser el destinatario, participó activamente. David Gilmour andaba aquellos días al cuidado de Seamus, la mascota de su amigo Steve, y tuvo la brillante idea de incluir sus gruñidos en una canción. Esta, perteneciente al álbum de la banda de 1971, “Meddle”, consiste en un blues peculiar que quiso ser original, pero terminó cosechando las más duras críticas de la industria y de los fans por haberse convertido en «una canción molesta de escuchar». Seamus, un collie precioso pero sin el tono adecuado.
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8. ‘Delilah’ de Queen (“Innuendo”, Parlophone, 1991).
Incluida en el álbum del grupo de 1991, “Innuendo”, esta canción fue escrita por Freddie Mercury con una protagonista muy especial, su gata del alma. En la casa de Londres de sus últimos años, el genio convivió con varios felinos a los que consideraba sus fieles compañeros; pero Delilah era especial; «eres impredecible, me haces tan feliz cuando te acurrucas y te duermes a mi lado…», le canta. El tema no convencía demasiado al resto de Queen, pero la insistencia de Mercury por incluirlo no dejó otra opción.
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9. ‘Mi gato’ de Rosario (“De ley”, Epic Records, 1992).
Las cualidades de los gatos, tan propias y particulares, poseen rasgos similares a la personalidad de algunos humanos. Rosario ya le cantó a este hecho hace décadas en forma de tonadilla: «Esa luz me empieza a molestar, mis pupilas brillan más en la oscuridad»… Fue el tema con el que se dio a conocer como solista en 1992, el que abre su primer disco de estudio «De ley» y el que la llevó a traspasar la frontera del anonimato o del ostracismo por ser «hija de…».
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10. ‘Bron Yr-Aur stomp’ de Led Zeppelin (“Led Zeppelin III”, Atlantic Records, 1970).
Otra de las más tiernas declaraciones de amor hacia un animal. Esta vez a cargo de Robert Plant sobre su perro Strider, bautizado así por el mote que recibe el personaje de Aragorn en “El Señor de Los Anillos”. Plant narra en esta canción los momentos compartidos y paseos por el bosque con su fiel compañero de ojos azules: «De algo estoy seguro, es una amistad muy pura» (…) «Cuando seas viejo y tus ojos se vean débiles, no habrá nada más que pueda reemplazarte. Seguiremos caminando por los senderos del campo, cantaré las mismas canciones viejas». Maravillosas palabras cargadas de nostalgia, incluidas en el “Led Zeppelin III” de 1970.
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11. ‘Sometimes I don’t mind’ de The Suicide Machines (“The Suicide Machines”, Hollywood Records, 2000).
Aquí tenemos a otro perro cantarín, pero esta vez algo más discreto que Seamus y a ritmo de punk pop. Solo se le oye al final de la canción, para cerrar la melodía, y se trata de un boston terrier que encarna las peripecias narradas en este tema de los de Detroit. Cómo a pesar de los destrozos que las mascotas causan en ocasiones, les adoramos por encima de todo. «Es algo extraño, no me puedo enfadar. Incluso cuando estás haciendo algo mal, solo con que me mires, me olvido de todo». Canción incluida en su tercer álbum de estudio y homónimo, publicado en el año 2000.
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12. ‘Old king’ de Neil Young (“Harvest moon”, Reprise Records, 1992).
“Harvest moon” (1992), el vigésimo primer álbum de Neil Young, acoge en su tracklist esta entrañable composición country-folk dedicada a su perro Elvis, que había muerto unos meses antes de la publicación del disco. En ella rememora los momentos que vivieron juntos, que fueron muchos ya que el canadiense solía incluso llevárselo con él a las giras. «Old King significaba mucho para mí (…) Ahí en mi camioneta, mi perro y yo» recuerda en la letra.
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13. ‘Man and dog’ de Loudon Wainwright III (“Haven’t got the blues (yet)”, Proper Records, 2014).
Una pequeña historia urbana sobre la rutina diaria de quienes tienen un perro y viven en la ciudad. Esos pequeños momentos y paseos sobre el asfalto, en busca de un rincón de reencuentro con la naturaleza entre edificios, que los termina convirtiendo en cómplices. De esta manera, el padre de Rufus Wainwright también se suma al homenaje canino con esta canción de su disco de 2014, “Haven’t got the blues (yet)”.
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14. ‘No encuentro a Samuel’, de Quique González (“Delantera mítica”, Warner, 2013).
La relación de Quique González con sus perros también ha demostrado ser especial; por eso, nunca ha dudado en mentarlos o convertirlos en protagonistas en varias de sus composiciones. Su perro Samuel, a quien llamó “compañero”, era el protagonista ‘No encuentro a Samuel’ de su disco de 2013 “Delantera mítica” y en “Me mata si me necesitas” hay varios guiños también: mencionó a su perra Kima en la canción ‘ Cerdeña’ y apareció con sus dos perras en el videoclip de ‘Se estrechan en el corazón’. Como curiosidad, sus dos perras fueron protagonistas en algunas fotos promocionales de la gira “Soltad a los perros” que compartió con José Ignacio Lapido en 2014.
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15. ‘My dog and me’, de John Hiatt («Beneath this gruff exterior», New West, 2003).
Quinto corte del décimo séptimo trabajo del cantante y compositor estadounidense, «Beneath this gruff exterior» de 2003. En él se adentra en la profunda amistad que se forja entre algunos humanos y sus perros, a partir de ese rito adquirido que los lleva a pasear juntos todos los días. «Nunca me he sentido tan libre, solo mi perro y yo», canta en clave country junto a la banda de acompañamiento The Goners.