Punto de partida: Óscar García Blesa y Creedence Clearwater Revival

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“La primera canción rock de mi vida es ‘Down on the corner’, y todavía hoy la canturreo de cabo a rabo cuando suena en alguna de esas emisoras que tocan clásicos”

 

El poliédrico Óscar García Blesa, redactor de EFE EME y autor, entre otros libros, de la biografía “Vive” de Alejandro Sanz, bucea entre sus recuerdos para compartir el primer disco de rock que marcó su vida: “Willy & The Poorboys”.

 

Texto: ÓSCAR GARCÍA BLESA.

 

Cuando mi padre cumplió 40 años algo determinante (musicalmente hablando) sucedió en mi casa. Como regalo, recibió una impresionante torre estereofónica plateada marca Pioneer, una cadena altísima que incluía amplificador, sintonizador de radio, tocadiscos y una pletina de casetes última generación. Instalada la torre Hi-Fi en el salón, como primera medida mi padre llegó a un interesante acuerdo con un buen amigo que necesitaba liberar espacio en su casa: se quedaría con todos sus discos en vinilo a cambio de devolverle una copia de cada uno grabada en casete. Era 1980, yo tenía nueve años y, naturalmente, entre mis influencias musicales destacaban los payasos de la tele y ‘La gallina Co-co-ua’ de Enrique y Ana pero, en mi interior, algo me decía que aquella colección de discos me daría grandes momentos en un futuro no muy lejano.

Pasaron varios años hasta que decidí bucear en aquel montón de vinilos. Mi primer acercamiento fue exclusivamente visual: al principio solo ponía las canciones de los discos con las portadas que me gustaban más. Entre aquellos discos se escondía “Willy & The Poorboys” y una imagen con unos músicos callejeros que me fascinaba. Años más tarde, los ingleses Supergrass grabaron el estupendo “In it for the money” con una portada con un aire parecido, aunque esa es otra historia.

Son muchos los discos (y canciones) que marcaron mi adolescencia, aunque si hubo un grupo que me acompañó durante años fue la Creedence Clearwater Revival. Técnicamente, la primera canción rock de mi vida es ‘Down on the corner’ y todavía hoy la canturreo de cabo a rabo cuando suena en alguna de esas emisoras que tocan clásicos.

“Willy & The Poorboys” incluía otras grandes canciones: ‘It came out of the sky’, ‘Cotton fields’, ‘The midnight special’…, aunque solo por el tema inaugural de la cara dos, ‘Fortunate son’, una carrera musical completa hubiese merecido la pena.

No es el mejor disco de la banda, ¡pero sí el segundo mejor! El inmediatamente posterior “Cosmo’s factory” es una obra maestra de rock sureño contra la que resulta difícil competir. En una carrera salpicada con grandes álbumes, el segundo puesto sabe a triunfo.

Cada cierto tiempo regreso a los discos de la CCR. No envejecen y el despliegue de canciones deslumbrantes de John Fogerty resulta imponente. Probablemente, todas mis inclinaciones hacía el country rock y americana beban directamente de la música de la Creedence. Si después disfruté con la música de John Mellencamp, Son Volt, Wilco, o incluso de Bruce Springsteen y Tom Petty, seguramente se lo deba a aquel amigo de mi padre que necesitaba liberar espacio en su casa y pidió que le grabará todos sus vinilos en casete. Ya lo decía Fogerty: fui un hijo afortunado.

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