“Puede que (ese disco) me picara el gusanillo de la música, de colgarme una guitarra y saber que se sentía e intentar aprender a tocar”
El vocalista de los granadinos Lori Meyers, Noni, rescata un disco básico de su colección desde el que partió su aventura musical. Se trata de “Incesticide”, el álbum de versiones y rarezas que publicó Nirvana en 1992.
Nirvana
“Incesticide”
GEFFEN RECORDS, 1992
Texto: EFE EME.
No fue un disco crucial en su existencia, pero sí fue el primero en llegar a sus manos. Noni, cantante de Lori Meyers, todavía recuerda cómo descubrió “Incesticide” de Nirvana: “Lo compré en tiendas por correo. El formato era casete y no sé si me costó 500 pesetas. Por ahí andaba, pero no estoy seguro”. En aquella época, el joven granadino escuchaba casetes y vinilos heredados, y como su tío también era muy melómano, “alguno caía de vez en cuando”.
Se decidió a comprar el “Incesticide”, según revela, “Porque me gustaba Nirvana, y sabía que tenía versiones de grupos que a ellos les gustaba y alguna rareza”. Fue la primera vez que tuvo el impulso de adquirir música, aunque no colmó sus expectativas: “No me impactó mucho, el sonido de la mayoría de canciones era mejorable, me gustó escuchar las versiones de ‘Vaselines’ y ‘Aneurysm’, también ‘Stein’, aunque me quedo con ‘Heart shaped box’ y ‘Serve the servants’”. Noni reconoce que no es su disco favorito de la banda de Kurt Cobain: “Me gustó mucho más ‘In utero’, mejor sonido y canciones más maduras”. También considera “memorables” otros trabajos del grupo, como “Bleach”, “Nevermind” o el “Unplugged”.
A día de hoy no suele escucharlo, porque asegura que escoge los discos “Por épocas, desde la música clásica hasta la contemporánea. Tengo mucha acumulada y siempre queremos escuchar más”. Sin embargo, cree que aquel trabajo sí le dejó huella: “Puede que me picara el gusanillo de la música, de colgarme una guitarra y saber qué se sentía e intentar aprender a tocar”. En sus inicios solía versionar canciones de Nirvana, Dinosaur jr, Mudhoney o Therapy, y aquel disco fue el camino hacia otros que fueron determinantes: “Walk away renée / Pretty ballerina”, de The Left Banke, “Pet sounds” de Beach Boys, “Odiseey and oracle”, de The Zombies; “Frosting on the beater”, de The Posies y “Grand prix”, de Teenage Fanclub. Estos títulos, junto a otros de los años sesenta y los noventa, “me convencieron de que tocar música sería parte de mi vida”.
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Anterior punto de partida: Arco y AC/DC.
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