«Estas son sus mejores canciones y las que la convirtieron en un referente dentro de la asturianada»
La compositora asturiana, ya convertida en una de las mayores embajadoras del folclore de su tierra que hay en la actualidad, se encuentra en plena gira de presentación de su último trabajo, Lo fugaz. Un álbum con el que continúa marcando la influencia de sus raíces y la cultura astur, que mañana mismo se paseará en directo por Murcia, el día 6 de mayo por Albacete y el 27 por Madrid. Antes de embarcarse en el último tramo de la gira, Marisa Valle Roso nos habla de uno de los discos más importantes de su vida y el elegido es uno de otra asturiana. Pasen, lean y descubran.
Obdulia Álvarez (La Busdonga)
Recopilatorio, 1987
Texto: MARISA VALLE ROSO/ EFE EME.
Apasionada de sus raíces desde muy pequeña, Marisa Valle Roso es una de las autoras e intérpretes más comprometidas con el legado astur. Su obra, sobre todo sus primeros discos, beben del folclore asturiano, por eso, no es de extrañar que haya elegido este álbum como uno de los más especiales para ella: «Una canción de este vinilo fue la primera que yo escuché y tuve en mis manos cuando comencé a estudiar tonada asturiana con 12 años. Ahí comenzó mi carrera artística, por eso esta mujer y sus canciones tienen tanto valor para mí, además de que se convirtió en todo un referente desde aquel momento. Mi maestro, Alfredo Canga, me grabó un casete con varias tonadas el día que lo conocí y me sugirió que empezara por ella y por su canción “Carretera de Colloto”».
Sin embargo, el recopilatorio en forma de vinilo que ha elegido, llegó a sus manos de un modo muy especial: «Fue un regalo de un seguidor que consideraba que debía de tenerlo yo. Este vinilo es un recopilatorio de canciones de La Busdonga que se editó en 1987, el año que yo nací. Ella solo grabó veinticuatro canciones a lo largo de su vida, ya que estamos hablando de los años veinte. De esas veinticuatro, doce están en este disco y para mí son, sin duda, las mejores y las que la convirtieron en un referente dentro de la asturianada».
Un legado pequeño en cantidad, el de Obdulia Álvarez, pero certero y con esencia atemporal; de hecho, Marisa asegura: «Realmente la primera canción que escuché, y de la que hablo anteriormente, me pareció tan difícil de aprender que llegué a cansarme de ella y abandonarla por un tiempo. Hoy en día me parece maravillosa, pero, sin duda, “Al pasar por el puertu” y “Pasé el puertu Payares” son dos obras de arte que todo el mundo debería escuchar alguna vez, aunque sea por la curiosidad de conocer la riqueza musical que tenemos en Asturias».
Lanzadas las recomendaciones, Marisa confiesa que ella misma sigue recurriendo a este disco de vez en cuando: «Me encanta volver a mis orígenes para reencontrarme y ahí está este vinilo esperándome».
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Anterior Punto de Partida: Raúl Rodríguez y Radio Futura.