“Años después de ser grabado este disco conserva esa fuerza, belleza y esencia imperturbables, abre los ojos y el camino para disfrutar la música de otra manera. Quizá no la que nos han propuesto siempre, pero sí una que necesitamos muchos”
En una “época de transición, de ruptura y búsqueda”, años después de la disolución de Ella Baila Sola, la cantante madrileña (ahora solista, presentando en directo su álbum «Subir una montaña»), se encontró con el debut discográfico de Cohen, y nada volvió a ser lo mismo.
Leonard Cohen
“Songs of Leonard Cohen”
COLUMBIA, 1967
Texto: MARILIA ANDRÉS.
“Songs of Leonard Cohen” lo encontré en una tienda de discos en el centro de Madrid, en 2001, no fue casual, llevaba tiempo queriendo empezar a escuchar sus discos desde el principio. Me llamaban mucho la atención su voz, sus arpegios y sus melodías en canciones que había escuchado a lo largo del tiempo, pero me faltaba escucharle de verdad. Ese mismo año publicó “Ten new songs”, disco que escuché con mucha curiosidad, y ya no pude esperar y decidí comprar su primer álbum y empezar desde ahí.
La primera vez que lo escuché entero me contagió una alegría nueva, no me había sentido así antes con un disco, quería escucharlo mil veces y lo hice, sin cansarme, hasta hoy. Me pareció perfecto, cada canción, su voz, la longitud del disco con apenas cuarenta minutos. Recuerdo que pensé que era el mejor primer disco de alguien que había escuchado jamás. Y que era el mejor disco que yo había escuchado jamás.
¿Qué es lo más especial de este trabajo? Leonard Cohen, su voz trasmitiendo toda esa belleza en sus textos, su personalidad reflejada, su delicadeza, sus melodías, su guitarra, toda la verdad que transmite. Es un homenaje a la vida. Aunque tengo varios discos vitales, este es el primero de una nueva etapa. Aunque rompedor, como algún otro que escuché con 11 años que también me impactó mucho, este marcó otro nivel, está muy por encima de lo que yo escuchaba alrededor en ese momento. No he dejado de escucharlo desde entonces, consigue despertar en mí una esperanza infinita.
La portada de “Songs of Leonard Cohen” debe ser espectacular en vinilo, pero jamás la he visto: tengo una edición en cedé con tapa dura, una reedición de 2007 con dos versiones nuevas. Me gusta su retrato en blanco y negro, como me ocurre dentro del disco, su mirada me encanta. La contraportada está basada en una postal de una santa mexicana preciosa también, una mujer rodeada de llamas mirando hacia arriba y que he leído puede representar el triunfo del espíritu sobre la materia. No lo sé, pero me gusta esa posibilidad.
Yo estaba en una época de transición, de ruptura y búsqueda, de conectar conmigo y con todo lo que amo de hacer canciones y hacer música. Curioso que empezase a despertar toda mi curiosidad Leonard Cohen y llegase este disco a mis manos. “Songs of Leonard Cohen” se convirtió en mi segunda casa, como tantos otros discos suyos después.
Creo que lo que más me atrae son su voz y sus letras, su poesía, su claridad. Su forma de escribir es algo que siempre me sorprende, es potente, delicada e inteligente, y tiene muchas escuchas para descubrir y disfrutar. Aporta algo, una calidad y un lenguaje sin precedentes en la música folk y popular. Si no hubiese escrito y grabado más discos sería igualmente uno de los más apreciados de la historia de la música, afortunadamente le siguieron muchos más.
De pequeña, mi tía me hizo escuchar a Leonard Cohen y a Bob Dylan por primera vez, recuerdo que la voz de Leonard me gustó pero me pareció aburrida, al menos en esa canción, y Bob Dylan me pareció muy aburrido y pensé que jamás me gustaría. Sin embargo, con los años los dos son maestros que adoro. Menciono a Dylan porque me ocurrió algo parecido con él. En mi caso lo que me permitió conectar con ellos fue escuchar sus letras y desde ahí conectar con todo lo demás. Aparte del placer que aportan los sonidos del disco, la música, la interpretación de los buenísimos músicos que le acompañan, el trabajo de todos alrededor, es la canción desnuda y esa voz singular de donde nace todo lo demás.
“Songs of Leonard Cohen” comienza con ‘Suzanne’, con un arpegio y una historia de una belleza increíble. Luego todas las demás… ‘The strangers song’ me impactó muchísimo, ‘Sisters of mercy’ y ‘Teacher’ son otras dos que me llegan especialmente. Pero todas en algún momento y de alguna forma lo han hecho.
Me encanta que los arreglos y la música, todo alrededor, parece estar al servicio del texto, del autor y de la voz. Eso es lo que más me gusta del resultado final, que parece llegar su canción cruda y directa. Es un regalo que se sea tan auténtico mientras arrasaban las modas alrededor y había tantas posibilidades de vestir sus canciones en ese momento. Más aún conseguir algo tan personal en un primer disco y que hoy siga sonando por lo que es. Me parece un disco valiente, honesto y generoso.
Por cierto, en España creo que nunca he oído a Leonard Cohen en la radio, lo digo en serio, igual muy pocas veces, no al menos en los programas más “populares”.
Años después de ser grabado este disco conserva esa fuerza, belleza y esencia imperturbables, abre los ojos y el camino para disfrutar la música de otra manera. Quizá no la que nos han propuesto siempre, pero sí una que necesitamos muchos. Me alegra infinito que exista, que siga escribiendo y grabando.
Infinitas gracias y larga vida a este gran poeta.
–
Anterior entrega de Punto de partida: Los Zigarros y Smashing Pumpkins y Steely Dan (II)