Punto de partida: Litus y los Beatles

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«Cuando ya tienes claro por dónde van los Beatles, llega este disco y te da un bofetón, te descoloca»

 

Hace solo unos días que nos ha hecho volar con “Pájaros de desván”, la canción que escribió con Ricardo Ruipérez para su último disco, Chadanaca o el gozo aterrador de bailar al borde del tejado, en la que cuenta también con la voz de M Clan, Carlos Tarque. Y en apenas unas semanas se sube a las tablas del Teatre Victòria de Barcelona (el 8 de mayo) con el musical rumbero ¡Chakapum!, impulsado por El Terrat. Siempre inquieto y enredado en más proyectos de los que se pueden abarcar en unas líneas, Carlos Ruiz Bosch, Litus, una de las voces más carismáticas y uno de los compositores más interesantes de nuestra escena, tiene muy claro cuál fue su punto de partida musical, el disco que marcó su percepción de la música y que, como muchos de sus colegas, también intentó emular desde su particular trinchera musical. Elige el disco homónimo de The Beatles, más conocido como White album, y explica los motivos.

The Beatles
The Beatles (White album)
APPLE RECORDS, 1968

Texto: LITUS / EFE EME.

 

Yo estaba inmerso en los discos de los Beatles, iba descubriendo uno a uno, pero recuerdo estar en casa de un amigo, un domingo por la tarde. Tenía una buhardilla, abrió de pronto un baúl y estaba repleto de elepés de los sesenta, de los setenta… sacó el White album y lo escuchamos «de pe a pa» y fue un viaje brutal. Éramos bastante pequeños todavía, estábamos entrando en la adolescencia, pero a lo mejor teníamos doce o trece años, no más.

Entonces todavía había tiendas, que yo recuerde tres solo en Tarrassa, en la periferia de Barcelona, algo increíble. Pero no me lo compré. Mi hermano es mucho más melómano que yo y durante una época compraba cinco elepés por semana, entonces tuve la suerte de acceder a casi toda la música popular occidental, digamos, y eso fue maravilloso.

Hubo otros discos antes que me hicieron enamorarme de la música, de los Beatles en concreto, pero el White album fue un vuelco en la cabeza. Cuando ya tienes claro por dónde van los Beatles, llega este disco y te da un bofetón, te descoloca. Hay canciones que siguen la estela de las anteriores, pero es un disco desordenado, caótico, lleno de buenas ideas, y te vas haciendo a él con paciencia. Al principio me asustó, porque en los anteriores discos, incluso entrando en la psicodelia, había un orden en las canciones brutal, y estaban llenos de singles. White album también, pero es especial, porque se permite el lujo de jugar mucho más. Hay muy buenas canciones, pero no todas están obligadas a ser hits, y creo que eso es lo que lo hace distinto. Una buena canción no es igual a hit, desde mi punto de vista; hay muy buenas canciones que no han nacido para ser grandes éxitos y eso las hace buenas también. Canciones un pelín más arriesgadas, muy bien construidas, muy bien hechas, que te emocionan pero que no tienen ese punto continuo de hit. Me encantan los hits, pero lo que me flipa del White album es el equilibrio de buenas canciones, sean hits o simplemente buenas canciones.

Para mí es difícil decir cuál es el mejor disco de los Beatles, los beatleianos somos un poco pejigueros y depende del día te levantas y piensas: «Este es el mejor». Hay muchos muy buenos, pero para mí el White album es un disco especial, no hay otro igual en la carrera de los Beatles y cuesta mucho encontrar un disco así en la carrera de cualquier artista. Hay un punto de riesgo, se lo podían permitir y a la vez eran lo suficientemente valientes y creativos para poder hacerlo.

Lo que mola de este disco es que hay muchas canciones, y no es que la calidad vaya a peso, pero es un disco donde perderte, es maravilloso. Es difícil aprendértelo de memoria, al final nos volvemos tan frikis que cuando termina una canción sabes cuál va a empezar. Cuando llegas a ese nivel, es que vas bien [risas]. Empieza con “Back in the U.S.S.R.”, una canción que ya conocía antes de escuchar el disco entero, es un singlelón, pero de repente me sorprenden “Happiness is a warm gun”, o “Martha my dear” o “I’m so tired”, “Blackbird”, “Mother nature’s son”, “Sexy Sadie”… Es muy flipante la variedad de estilos y de canciones sorprendentes dentro de la carrera de los Beatles. Canciones que no te esperas, tipo “Helter skelter”, que me parece el primer rock duro, es casi heavy metal.

Lo sigo escuchando muchísimo, el elepé lo tengo muy a mano. Lo escuché también una temporada en cedé, y solía regalarlo de vez en cuando. Y es muy caro, por cierto, es un disco doble, una edición chulísima, pero lo regalaba muy a gusto a amigos músicos. Les decía: «Tío, tienes que escuchar este disco, porque si no conoces bien a los Beatles seguro que este disco te ha pasado de largo».

Escuchar este disco me cambió totalmente. De una manera instintiva, durante muchos años, cuando preparaba un disco quería hacer una especie de White album. Creo que en su momento ya lo hice, no me puedo comparar con los Beatles, pero desde el punto de vista de influencia lo más parecido que he hecho al White album es Miércoles 14, que no es un doble pero sí es un disco de muchas canciones, de mucha información, donde pasan muchas cosas, donde se va a muchos lugares, desde un estilo se viaja a muchos sitios a la vez. Y de alguna manera, esa variedad, ese no tener complejos de ir de un estilo a otro es mi forma de funcionar en la música, mi manera de entender los discos.

Canciones como “Sexy Sadie”, “Dear Prudence” o “I’m so tired”, o “Happiness is a warm gun” me llevan a Kurt Cobain, me llevan a Nirvana. Sé que a Kurt Cobain le flipaba este disco, y desde fuera se ven cosas muy distintas, pero creo que este disco tiene mucho que ver con el grunge, sobre todo por el tipo de armonías. El sonido más duro ya llegó en los noventa, todavía no había guitarras, no había distorsiones ni efectos tan bestia como en los noventa, pero desde un punto de vista de ideas, de espíritu, de riesgo, creo que el White album es el nacimiento de muchas cosas: del grunge, del rock duro y el heavy metal, e incluso de cosas más horteras como “Ob-la-di, ob-la-da”, pero ahí de alguna manera demuestra ese abanico tan bestia. También está “Blackbird”, “Julia”, temas muy folk… es increíble el abanico que ocupa White album.

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