“‘She said, she said’ era mi canción del viernes. ¡Ese aire ‘molongui-psicodelic’ me hacía sentir que pertenecía a algo! Dentro de cien años seguirá siendo cool. Y si no, al tiempo”
Cuando piensa en el disco que le marcó a fuego, Leiva vuelve la vista atrás y recuerda cuando tocaba las canciones de “Revolver” con sus amigos, en las vías del tren de Alameda de Osuna. Muchos años después, la magia de aquel álbum permanece intacta para él. Y se sigue emocionando con ‘She said, she said’.
The Beatles
“Revolver”
EMI, 1966.
Texto: LEIVA.
En mi barrio había un chico desgarbado y tímido que fue el primero en hacer sonar la rueda de acordes de ‘Here, there and everywhere’. También en poner la cejilla con el dedo gordo por encima del mástil, como Keef, y en decir «los Stones». Todo eso eran muchos galones. Tenía cinco años más que nosotros y manejaba una buena discografía de los años sesenta. Tirando de sus valiosos hilos llegué a “Revolver”, de los Beatles.
No recuerdo dónde lo compré, ni cuánto me costó (supongo que en Metralleta por unas mil pesetas), pero cambió mi manera de entender la música. Eran canciones que podía tocar y cantar sabiéndome solo cinco acordes.
Me cautivó la difícil y perfecta combinación entre sencillo y genial. Las tocábamos en bucle en las vías del tren de la Alameda de Osuna, y memorizábamos esas mezclas de acordes menores con séptimas. Descubrí que la calidad no dependía de la complejidad, sino del alma y el ingenio. Con tres acordes puedes contarlo todo y auún te sobran dos. Probablemente lo más valioso que he aprendido en mi viaje musical.
A pesar de ser un disco de búsqueda, en “Revolver” todo se sostiene sin piruetas. Esto me llevó a algún enfrentamiento con amigos metaleros.
‘She said, she said’ era mi canción del viernes. ¡Ese aire “molongui-psicodelic” me hacía sentir que pertenecía a algo! Dentro de cien años seguirá siendo «cool». Y si no, al tiempo.
He versionado esa canción hasta la saciedad. Un tremendo patrón de Ringo combinado con esa genuina línea de bajo marca de la casa. Macca se sale del mapa en el disco entero. Por cierto, la línea de bajo ha creado un estilo en sí mismo: Stone Roses, Kula Shaker…
Me pongo medio babas hablando de ellos, pero es que es bastante irresistible su movida.
Sigo escuchando ese disco y descubriendo cosas. Está lleno de recovecos, no solo musicales, también sónicos. Es una referencia en mis discos a la hora de sonorizar baterías. Además, en la portada sale mi hermano Juancho. Está justo debajo de los pies de Ringo (con bañata de presidiario). No se cómo, pero lo hizo. Se coló.
“Revolver” es un episodio crucial en el desarrollo de la música pop.
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Anterior entrega de Punto de partida: El Kanka y Extremoduro.