Punto de Partida: Las Odio y la Mala Rodríguez

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«Ella fue de las primeras en mezclar los sonidos flamencos con el hip hop, sin imposturas, con sus ovarios bien puestos, en un momento en que predominaba la presencia masculina más todavía que ahora»

 

Tras Futuras esposas en 2016 y Autoficción en 2019, se acerca ya la que será la tercera entrega en largo de Las Odio, Presente perfecto. Está previsto que vea la luz a lo largo de este mes de enero que acabamos de estrenar, aunque, mientras tanto, ya hemos podido escuchar algunas de las canciones que forman parte de él —la homónima “Presente perfecto” o “Autoexplotación”— como suculentos avances que adelantan el sonido bailable en el que andan inmersas, dentro de su power garaje pop natural. Sin embargo, hoy, Paula, Sonsoles y Amanda se pasean por Efe Eme para hablarnos del disco que les cambió la vida, ese que no olvidan. Y ¡ojo!, han conseguido ponerse de acuerdo. Aquí nos lo cuentan.

 

Mala Rodríguez
Lujo ibérico
UNIVERSAL, 2000

 

Texto: EFE EME / LAS ODIO.

 

Así es cómo recuerdan Paula, Sonsoles y Amanda la manera en la que llegaron al primer álbum de La Mala que, sin saberlo, se iba a convertir en un punto de partida para ellas, pero también de encuentro. Paula: «El disco Lujo ibérico, de La Mala, lo compré en Marilians. Diría que fue en 2019, un día cualquiera que andaba de paseo por el centro y me dio por entrar a bichear en la tienda. No recuerdo exactamente cuánto me costó, creo que fueron 25€ o así. Una pasta, la verdad. No suelo hacer esto, seguramente ese día acababa de cobrar o algo».
Sonsoles: «Cuando salió el disco yo tenía 16 años, para mí era casi impensable tener un disco original a no ser que se tratase de un regalo. Me hubiera encantado comprarlo, eso sí, pero por aquella época yo no tenía un pavo, la verdad; así que tiré de descarga de Internet, me imprimí la carátula, le pegué el diseño de la galleta al cedé y, voilà».
Amanda: «La verdad es que nunca lo compré, lo escuché de amigos en su momento y más tarde en plataformas. Perdóneme, señora Mala».

Como es de imaginar, no fue este el primer disco con el que se hicieron, pero sí uno de los más importantes para ellas. Paula: «Me encantan los discos, aunque sobre todo me interesan los singles antiguos, colecciono yeyé y música española de los sesenta desde hace muchos años. Sé que no tiene ningún sentido práctico, pero soy un poco fetichista en ese sentido, con el vinilo siento algo romántico que no encuentro en otros formatos. El caso de Lujo ibérico fue un gasto especialmente absurdo, porque este disco se grabó en el año 2000, pero nunca había existido en vinilo hasta que salió esta edición por el 15º aniversario. Un producto más de coleccionista ideado para sacarle la pasta a gente un poco derrochona como yo. Pero, como decía, me gustan los objetos, no lo puedo evitar. Lujo ibérico es un disco al que tengo muchísimo cariño porque formó parte de mi adolescencia, perdí el casete y me apetecía volver a tenerlo en formato físico. Lo siento».
Sonsoles: «Esto tiene mucho que ver con lo que comentaba antes. Siendo adolescente no compraba muchos discos por una cuestión puramente económica, pero sí recuerdo haberlos pedido como regalo de cumpleaños o de Navidad. También me encantaba escuchar música con mis amigues en el parque y descubrir la música que traían, compartiendo los cascos del discman… En cualquier caso, el primer disco que recuerdo haber pedido a mis padres fue el Agila de Extremoduro».
Amanda: «Al igual que comenta Sonsoles, yo tampoco tenía mucho dinero para comprar discos entonces. Tuve la suerte de tener una tía con muchísimos discos que me iba grabando casetes y metiéndome en el veneno de la música desde pequeña. Cuando empecé a tener algo de dinero, los primeros discos que compré fueron de Nirvana y David Bowie».

Esta fue la forma en la que supieron de él, su manera de descubrirlo.
Paula: «Llevo escuchando este disco desde que salió en el año 2000. Es habitual que mucha de la música que nos gustaba en esa época se quede atrás y pase a existir como un simple recuerdo nostálgico, o incluso como vergüenza. Sin embargo, Lujo ibérico me remite a muchos momentos a lo largo de mi vida, es tan bueno que nunca se acaba. Más de veinticinco años después, aún lo sigo escuchando y descubriendo detalles que me sorprenden».
Sonsoles: «Había un chico que me gustaba por aquella época y con él empecé a escuchar bastante hip hop nacional: Doble V, Arianna Puello, Rapsusklei… y por supuesto, La Mala. Conocía alguna canción anterior de ella, pero cuando publicó este disco y lo pusimos por primera vez en la habitación me dejó impactadísima, no podía dejar de escucharlo en bucle».
Amanda: «El hip hop no ha sido de los géneros que más he escuchado, pero siendo mujer, sevillana y musicalmente inquieta, era imposible no conocer a La Mala y a este disco en particular. Ella fue de las primeras en mezclar los sonidos flamencos con el hip hop, sin imposturas, con sus ovarios bien puestos, en un momento en que predominaba la presencia masculina aún más todavía que ahora, peleando sin florituras, inspirando y abriendo camino a muchos artistas, no solo de la escena urbana. Así que todos mis respetos».

¿Y por qué Lujo ibérico es especial para ellas? Aquí nos lo cuentan.
Paula: «Aunque el vinilo es mío, entre las cuatro hemos consensuado hablar de Lujo ibérico porque, dentro de nuestras colecciones, es un disco que podía representarnos a todas. La verdad es que no es nada fácil elegir uno que nos mole a las cuatro (y que alguna lo tenga en formato físico), porque Las Odio coincidimos componiendo, pero nuestras preferencias a la hora de escuchar música son dispares. Mala Rodríguez es probablemente la artista que más ha sonado en nuestros viajes de gira. Me cuesta no quedarme con todas, pero si hay que destacar canciones, para mi serían “Tambalea” y “Yo marco el minuto”».
Sonsoles: «Para mí fue sorprendente escuchar a una tía cantar con tanta fuerza y tanta seguridad, creo que, sin duda, para mí ha sido una inspiración y un referente desde entonces. En cuanto a mis canciones preferidas de ese disco, diría, por ejemplo, “Yo marco el minuto” y “La cocinera”.

Sobre La Mala y la importancia de su figura en la música, también comentan las chicas de Las Odio.
Paula: «Me flipa toda la carrera de La Mala, desde el primero hasta su último disco. No me atrevería a hablar en términos de mejor/peor, porque ni me corresponde ni me interesa hacer ese tipo de juicios. Probablemente, Lujo ibérico sea el que más he escuchado y al que más cariño tengo. Por un lado, porque al ser su primer disco tiene algo fundacional del estilo de La Mala que es irrepetible; por otro, por el vínculo emocional que me une a Lujo ibérico. Esto creo que es lo que de verdad nos ata a la música y hace que la llevemos dentro de una forma que no me ocurre con ninguna otra forma de expresión artística. Por eso (aunque Lujo ibérico me parece una obra maestra), creo que los criterios de calidad no tienen mayor interés en ese sentido».
Sonsoles: «Es difícil valorar un disco como “el mejor de la carrera de alguien”, pero para mí es el más redondo, sin duda. Igualmente, hay canciones de otros discos de La Mala que me flipan también.

Y ante la pregunta de si lo siguen escuchando, contestan rotundas también.
Paula: «La verdad es que sí, un montón; y pocos discos hay de esa época que siga escuchando. Creo que muchos raperos de principios de los 2000 han envejecido regular, los pones ahora y hasta da un poco de cosita. Pero el Lujo ibérico sigue cien por cien vigente, fresh como el primer día.
Sonsoles: «¡Sí! De hecho, cuando Las Odio salimos a tocar y vamos en el coche o en la furgo, siempre acabamos poniendo alguna canción de este disco. Me sigue gustando muchísimo».
Amanda: «Pues hacía mucho tiempo que no escuchaba este disco y, a raíz de esta entrevista, le he dado un repaso y me sigue pareciendo bastante digno de consideración. Cómo llegué más tarde a la banda me perdí las escuchas en coche con las compis, así que ¡espero escucharlo de nuevo con ellas en breve!

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