«Los primeros guitarrazos que entraron en mi organismo y lo electrificaron sin camino de vuelta fueron los de Robe Iniesta»
La banda vallisoletana Sharon Bates ha sido seleccionada por Girando por Salas, iniciativa patrocinada por el INAEM del Ministerio de Cultura y Deporte, para emprender una gira de conciertos que los llevará por ciudades como Logroño, Murcia, Guadalajara, Málaga o Badajoz, entre otras. Ahora andan ultimando los detalles de su próximo disco, un álbum producido por el componente de Vetusta Morla Juanma Latorre, y del que ya hemos podido escuchar seis avances, siendo el más reciente de todos ellos el tema “Mundo extraño”. Hoy, sin embargo, su cantante y compositor, Cristian Haroche, viene a hablarnos de unos de los discos que ha marcado su vida. Él mismo nos lo cuenta.
Extremoduro
Yo, minoría absoluta
DRO, 2002
Texto: CRISTIAN HAROCHE / EFE EME.
Cristian Haroche, cantante y compositor de la banda vallisoletana Sharon Bates, ha encontrado su particular “Punto de partida” en el octavo álbum de Extremoduro, Yo, minoría absoluta; y así es cómo recuerda llegar hasta él: «Parece que fue en otra vida ya, pero ocurrió en el instituto, en 1º de bachillerato (¿año 2002?), cuando ocupó mis oídos como si fueran una casa abandonada. Recuerdo que el disco llegó a mí en forma de cedé de Verbatim con su cajita, su portada y contraportada fotocopiadas a color, pirateo premium. Nos lo fuimos copiando entre unos compañeros y otros de clase como un artículo de lujo. Podría decir que me cambió la vida el Abbey road de The Beatles o el Alta suciedad de Calamaro (que también), pero los primeros guitarrazos que entraron en mi organismo y lo electrificaron sin camino de vuelta fueron los de Robe Iniesta. Apenas hará dos años cuando, dando una vuelta por Valladolid, pasé por Disco Center, una tienda de discos del centro de la ciudad, hasta hace poquito era de los pocos sitios, junto con Charly Blues, en los que se podía comprar vinilo y alimentar la adicción melómana, ahora hay más lugares, como Bicoca Records, donde hacer peligrar los ahorros a cambio de un poco de musique. Total, que vi el vinilo de Extremo en el escaparate de Disco Center y se vino conmigo para casa, junto con algún caprichito de The Strokes».
Como es de suponer, no fue este el primer disco con el que se hizo Cristian, pero, desde luego, sí fue uno de los más especiales: «Sorprendentemente, cuando llegó a mí el Verbatim de Yo, minoría absoluta, ya me había comprado algún disco con propinas y ahorrillos. Entre ellos el A pelo, de Platero y tú; pero con la llegada de los mp3 y las descargas, el vicio de la compra de discos no volvió a mí hasta bien entrado 2009. Sin embargo, Yo, minoría absoluta es importante para mí porque creo que tiene mucho que ver con el cambio vital, la adolescencia y el sentimiento de “yo solo contra el mundo” que se puede vivir en esos momentos, la búsqueda de lo outsider en lugar de lo más cool del universo siempre me generó cierta atracción. Mezcla eso con un combo de hormonas y un espíritu noventero y obtienes el resultado del impacto. En cuanto a las canciones, mis favoritas son “La vereda de la puerta de atrás”, “A fuego”, “Puta” y “Cerca del suelo”».
También recuerda Cristian cómo supo de la existencia de este disco: «Todos los sábados por las mañanas, una de mis actividades favoritas era seguir en la tele el listado del 40 al 1 de 40 Principales, y creo que fue a través de ese medio donde entró uno de los singles en forma de videoclip; no sé si “A fuego” o “Puta”. Creo que fue así, la verdad [risas]. Y, si no, pues es muy bonito seguir pensando que fue así».
Sobre si es el mejor trabajo de Extremoduro, esto es lo que afirma: «Admito que me encanta toda la discografía de la banda, no sé si es el mejor, pero sí de los mejores. Creo que en ese momento estaban muy inspirados y con una industria musical soplando viento a favor de que el álbum funcionase, teniendo en cuenta que está compuesto entre dos grandes elepés como son Canciones prohibidas y La ley innata, y que el disco que pienso que llevó a la banda a un nivel superior y que hizo que fuera escuchado por todo tipo de público fue Agila. A día de hoy escucho Yo, minoría absoluta por temporadas, sobre todo ahora que Robe está sacando unos discos maravillosos en solitario, siempre acabo volviendo a las andadas y me lo pongo en bucle. En mi cabeza son canciones que no han envejecido ni un poquito y siguen generándome las mismas sensaciones».
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Anterior Punto de Partida: Sergio Sanguino (Emilia, Pardo y Bazán) y Extremoduro.