«Al escucharlo, me dije, ‘si algún día monto una banda y me hago famoso, haré también mi disco de versiones»
Carlos Segarra, el alma de Los Rebeldes (que este año han publicado el directo «Noches de lus, días de gas»), y un nombre básico del rock español, nos habla del disco que le cambió la vida, el «Rock ‘n’ Roll» de John Lennon.
John Lennon
«Rock ‘n’ roll»
EMI, 1975
En la primavera de 1975, yo tenía trece años. Por entonces, mi hermano y yo ya empezábamos a ser unos batlemaníacos tardíos y en la radio empezó a sonar una canción llamada ‘Stand by me’ que nos encantaba y que mi madre tildaba de «vieja», que eso ya lo cantaba Bruno Lomas.
En aquellos años, los LPs se podían considerar como un objeto de lujo para el público preadolescente, cuyo presupuesto sólo llegaba para singles. Había que esperar a tu «cumple» o Navidad para que cayera en tus manos uno de esos preciados «discos grandes» que en casa acaparaban los adultos.
Un día, de vuelta de la escuela, vi en el escaparate de la tienda de electrónica de mi barrio (los discos, en los barrios, se vendían en la misma tienda que comprabas el tocadiscos o tu padre una bombilla), en Sants, una portada con un macarra apoyado en un portal. Al segundo vistazo, reconocí aquella foto y a aquel chulillo de una biografía de los Beatles con unas imágenes muy buenas de su época de Hamburgo. Arriba, un lema en el que no me fijé: «John Lennon Rock ‘n’ roll». Pedí que me lo dejaran escuchar, pero los LPs eran sagrados. Me conformé , y porque la jefa tenía un buen día, con escuchar un single del disco, ‘Be bop a lula’, de Gene Vincent (cuyo original oiría muuuucho más tarde).
Su precio, que parecerá ridículo ahora, creo recordar que era de 400 o 500 pesetas. Una pequeña fortuna que reuní no sé cómo, y marché con él a casa.
No había demasiados discos de clásicos del rock and roll en España por aquel entonces. La banda sonora de «American Graffiti» parecía casi la única referencia.
El disco, «Rock ‘n’ roll», era brutal «muro de sonido» de Phil Spector, grandes músicos de sesión como el guitarra indio, no hindú, Jesse Ed Davis, que según John «se sabía todos los solos de los 50»; y una interpretación vocal apasionada. Me dije, «si algún día monto una banda y me hago famoso, haré también mi disco de versiones». Hasta el momento, llevo dos volúmenes de «Rock and roll Club».
Hasta el día de hoy, sigo interpretando ‘Stand by me’ y ‘Be bop a lula’ muy a menudo.
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Anterior entrega de Punto de partida: Cathy Claret y Pata Negra.