“El disco es muy pop, muy digerible y las letras son increíbles. Definitivamente marcó mi manera de componer”
Carla Morrison irrumpió en 2012 con “Déjenme llorar”, álbum por el que logró dos premios Grammy latino, premio que volvió a conseguir con su segundo disco, “Amor supremo”. Le proponemos que elija el disco que le cambió la vida, y elige “Pies descalzos”, de Shakira.
Shakira
“Pies descalzos”
COLUMBIA RECORDS, 1995
Texto: CARLA MORRISON.
Este álbum siempre guarda un recuerdo especial para mí, porque fue el primer casete que compré cuando era muy chiquita. Lo compré malamente, en un puesto de piratería en mi natal Tecate, en Baja California. Me costó en realidad solo veinte pesos, pero yo era muy fan de Shakira y lo importante para mí era poder escucharla y sentirla cerca.
Recuerdo escuchar “Pies descalzos” con mucha atención. Con ese disco aprendí a diferenciar entre un verso, un coro, un puente, una entrada, un final, cambios inesperados o hasta lanzarte y hacer una canción a capela, pues lo que importaba era el mensaje, la poesía, el momento capturado, lo que sentía que Shakira me informaba. A partir de este álbum la música me llamó aún más la atención.
A día de hoy creo que es de los mejores discos de Shakira. Ella no tenía filtros y no parece que sintiese la obligación de deberse a nadie o alegrarle el día. Eran ella y sus canciones, sus experiencias personales y sus desamores. A veces lo escucho, cuando siento melancolía por el pasado y todo aquello hermoso que la raza humana solía ser, al vivir en la constante inocencia de creer que la gente era totalmente bien intencionada, no como ahora, que todo se revela en las redes sociales.
El disco es muy pop, muy digerible y las letras son increíbles. Definitivamente marcó mi manera de componer. Yo admiro demasiado a Shakira, es una mujer muy clara y muy “genia” musicalmente, pero más que nada poeta, y eso es lo que más admiro de ella, cómo dice cosas con palabras simples pero con las mejores intenciones. Escuchar “Pies descalzos” me ayudó a conocer música que iba más o menos por ese mismo camino, como “Parachutes” de Coldplay o “The man who” de Travis. Mucha onda melancólica y amorosa de finales de los noventa y principios de los 2000. Discos y tiempos inolvidables.