«Como artista en solitario, Iván ha conocido una notoriedad individual que como miembro de los extintos Piratas habría sido imposible de lograr»
La idea era comprimir quince años de Efe Eme mediante tres artistas que definieran este tiempo y que representaran a tres generaciones del rock español: Iván Ferreiro, Xoel López y Juan Perro son los elegidos, ellos son los protagonistas del aniversario. Cada uno de ellos, además, ofrecerá en Valencia un concierto excepcional por la efeméride. Hoy repasamos, de la mano de Juanjo Ordás, la trayectoria de Iván Ferreiro, cuyo concierto tendrá lugar el 6 de diciembre.
Texto: JUANJO ORDÁS.
La carrera solista de Iván Ferreiro comenzó hace solo ocho años. No es demasiado tiempo pero desde luego que sí bien aprovechado, con seis trabajos discográficos y varias giras que no han dejado de ser campo de juego para distintas formaciones musicales.
Como artista en solitario, Iván ha conocido una notoriedad individual que como miembro de los extintos Piratas habría sido imposible de lograr, tanto por el poco interés del músico a la hora de destacar como por la actitud comunal de su antigua banda. Lo cierto es que Piratas se disolvieron en su cima artística, siendo “Relax”, su último trabajo, uno de los grandes discos del rock español. Tal cual. “Fin de la segunda parte” supuso el punto y final, un disco en directo que les despedía ante una audiencia variada y con una buena cantidad de invitados especiales (Bunbury, Eva Amaral, El Drogas) que hacía ver que la música del quinteto había calado en diferentes estratos más allá del indie.
Es entonces cuando Iván Ferreiro decide comenzar su trayectoria. Proviene de una banda de prestigio pero su nombre no es conocido más allá de los seguidores más fieles. No comenzaba de cero pero sí se reiniciaba en un momento en el que la crisis discográfica era un hecho. Así, solo cabía facturar un primer trabajo incontestable y “Canciones para el tiempo y la distancia” (2005) fue exactamente eso, un disco lleno de la ilusión de volver a empezar que hacía de la tristeza el combustible energético adecuado para unas canciones sensacionales. La sencillez era el cimiento de todos los géneros a los que Iván decidía acercarse con su hermano Amaro como guitarrista y mano derecha. Iván Ferreiro será desde entonces una marca, una sociedad formada por ambos para una trayectoria dual unida bajo un único nombre. La ranchera ‘S.P.N.B’, el rock de autor de ‘El viaje de Chihiro’, el vals político de ‘Ciudadano A’ o el soul funk filtrado de ‘Mi furia paranoica’ eran algunas de sus grandes bazas, aunque destacaba el pop emocional de ‘Turnedo’, una canción que definía el disco haciendo de la debilidad fortaleza. Iván también aprovecha para colaborar con distintos compañeros de profesión de renombre que demandan su talento. Antes de que “Canciones para el tiempo y la distancia” se ponga a la venta se une al «Freak Show» de Bunbury y ya con su primer disco en la calle colabora grabando brillantes duetos para álbumes de Pereza y Quique González, pero también para artistas aparentemente alejados de su órbita como Antonio Orozco. Y es que el estilo de Iván suele equidistar del de cualquiera, siendo tan cercano –una canción es una canción– y tan lejano a los nombres citados. Ahí, Iván demuestra que es un cantante capaz de llevarse a otro nivel las canciones ajenas, haciéndolas suyas y también haciéndolas un poco más tuyas al darles una perspectiva vocal distinta.
Grabado durante la gira presentación de su debut solista, el epé “Las siete y media” (2006) no se quedó corto en ningún sentido, siendo en realidad un disco en toda regla lleno de inspiración. En él Iván y Amaro se alejan de la diversidad sonora para centrarse en el rock alternativo, sumergiéndose en una oscura tristeza con el single ‘Extrema pobreza’ a la cabeza en la que solo el vibrante pop de ‘Piensa en frío’ y la irónicamente sexy ‘Tristeza’ aportaban luz. Ocho canciones que no llegan ni a media hora pero absolutamente memorables.
Para su siguiente disco, la densidad comienza a tomar peso en la obra y “Mentiroso mentiroso” (2008) supone una reacción a “Las siete y media” con su enorme apertura de miras aunque manteniendo su estilo pero con una producción gruesa y barroca a ratos, llena de matices. ‘De mi un pandero’ se acerca a la canción popular con maestría, ‘Toda la verdad’ y ‘N.Y.C’ enriquecen la raíz del rock alternativo habitual y se acercan a una candente calidez que da más pasos con ‘Jet lag’ y ‘Rocco Sigfredi’. Otra obra maestra más, accesible pero un universo en si misma.
Más complejo será “Picnic extraterrestre” (2010), buen disco aunque por momentos demasiado duro, con nudos complejos y poca vocación popular. Hay muy buenas canciones como ‘Paraísos perdidos’, ‘Cabaret’ y el sencillo ‘Fahrenheit 451’, fácilmente las tres mejores de la colección, pero “Picnic extraterrestre” requiere ser apreciado en su conjunto, como un viaje entre rugosidades sónicas, texturas y bordados musicales. Exige esfuerzo pero es bien recibido por un público que responde ya instintivamente a cualquier movimiento, dispuesto a seguir a Ferreiro donde haga falta, porque su sinceridad es aplastante, en sus canciones, en sus discos, en sus entrevistas.
La complejidad de “Picnic extraterrestre” plantea poner un punto y seguido en su trayectoria, algo que se materializa con el disco en directo “Confesiones de un artista de mierda” (2011), un lujoso doble cedé / deuvedé en el en un plató acomodado para el público repasa algunos de los mejores momentos de su cancionero y del de Piratas. Las concesiones no son necesarias, pero Iván disfruta tocando ‘Años 80’ y ‘Promesas’ tanto como una espectacular ‘Turnedo’ con Xoel López como invitado.
Momento de reflexionar, meditar sobre un siguiente paso que se titulará “Val Miñor – Madrid. Historia y cronología del mundo” (2013), quinto disco de estudio y el mejor de toda su trayectoria. Los hermanos Ferreiro dejan que la luz entre en sus composiciones como una catarata, sonando más románticos que nunca en ‘Cómo conocí a vuestra madre’ y ‘Alien v.s predator’ (a dúo con Julieta Venegas’), bailables en ‘Pájaro azul’ y ‘Bambi Ramone’, sin dejar de lado su trascendentalismo emocional en la imponente ‘Solaris’. En este momento de su carrera, es un gusto unir el nombre de Iván Ferreiro al de la celebración del XV aniversario de EFE EME, porque simbolizamos algo parecido, la idea de creer en uno mismo. Artistas como él nos ayudan a creer.
