“No tengo muchos problemas para terminar los discos. Cuando todos los arreglos o ideas que se han paseado por mi cabeza han sido testados o descartados, y también los de la banda, solo queda escuchar las mezclas sin que haya sobresaltos, que caiga alguna lagrimita y mirar la cara sonriente del mezclador y de la banda”
En medio de la producción del último disco de Love of Lesbian, y pocos meses después de publicar su tercer álbum con su proyecto Egon Soda, el músico y productor barcelonés nos explica cómo trabaja cuando está delante de la mesa del estudio de grabación.
Se ha convertido en uno de los nombres más respetados del circuito musical, y poco a poco, en un engranaje importante en las producciones de muchos grupos de primera fila. Más allá de su interesante trabajo con Egon Soda, banda de la que es vocalista y bajista, Ricky Falkner ha dedicado los últimos meses a producir discos como el décimo de Quique González, que verá la luz próximamente, y se encuentra ultimando el nuevo de Love of Lesbian, que verá la luz en marzo. Figura también en los créditos de Iván Ferreiro (“Val Miñor-Madrid. Historia y cronología del mundo”), The New Raemon (“La invasión de los ultracuerpos”) y Lori Meyers (“Impronta”), entre otros muchos.
Texto: JAVIER DE TORRES / ARANCHA MORENO.
Foto: WILMA LORENZO (durante la grabación del grupo Mucho).
¿Cómo explicarías la labor de un productor?
El productor es la persona que, en última instancia, ha de tomar la decisión cuando se plantea una duda durante el proceso de creación de un disco, que es constantemente. Estas decisiones pueden ser artísticas o técnicas y van sujetas a la idea final de disco que el productor visualiza, siempre en consonancia con lo que el grupo quiere o necesita. A la vez, es el interlocutor entre el músico y el ingeniero, que es su cómplice, y es la persona responsable de generar un entorno favorable para que el músico se sienta a gusto y libre pero seguro gracias el respaldo que el productor le proporciona. En ese sentido usa más armas de terapeuta que de músico. Los hay más artísticos y más técnicos, en mi caso mi aportación va más hacia la parte musical.
¿Por qué discos te conocemos?
He tenido la fortuna de haber producido discos de amigos como The New Raemon, Love of Lesbian, Sidonie, Quique González, Iván Ferreiro, Lori Meyers y Niños Mutantes, por decir algunos.
¿Dónde empieza normalmente tu trabajo con un artista: en el local de ensayo, en el estudio…?
Depende del caso. Si he de organizar una banda para un artista que va en solitario suelo montarla y preparar el disco en ensayos. Si es una banda, pero están verdes con el disco, también. Si es una banda que funciona bien y tienen el disco preparado, prefiero verlos directamente en el estudio. Para mi esa es la mejor opción, me encanta atacar las dudas importantes y los cambios decisivos cuando ya estamos en la boca del lobo. Todo el mundo se pone un poco nervioso, pero en mi caso fluye mejor la inspiración.
¿Intervienes en la estructura de las canciones?
Suelo hacerlo siempre que sea necesario, claro. Es uno de esos casos en las que la visión externa de alguien ayuda mucho. Los grupos acostumbran a darle muchas vueltas a eso y, muchas veces, después de tantas idas y venidas acaban perdiendo el hilo. Es algo natural al hacer canciones, y en ese caso el productor puede ayudar a rehacer el puzle.
¿Cuáles son tus estudios de grabación preferidos y con qué ingenieros sueles trabajar?
Mis favoritos, cómplices, hermanos y muchas veces coproductores son Santos y Fluren de Blind Records, en Barcelona, con los que he grabado multitud de discos y mantenemos una alianza inquebrantable. Por otro lado, Jordi Mora, al igual que los anteriores, es alguien con quien me iría a grabar a cualquier lugar del mundo. Es mi ingeniero favorito y con él vamos donde nos llamen. Me encanta trabajar también con amigos que son productores increíbles, como Santi García en sus Ultramarinos Costa Brava, Luca Petricca de los fantásticos estudios Reno de Madrid o la Josefa de Grabaciones Peligrosas.
¿Prefieres trabajar en un proyecto desde cero, con las canciones desnudas, o te sientes más cómodo trabajando con grupos o artistas que llegan a ti con un sonido definido?
Para mí es más interesante atacar el proyecto desde cero, así, si tienen plena confianza en mí, puedo articular el disco y conducirlo a su feliz destino desde el primer pasito. Grabar el disco de un grupo que funciona a la perfección y lo tiene todo claro me hace sentir que mi aportación es poca o innecesaria, y me relega al sofá del control más de lo que ya es habitual. Si no hay mucha preproducción y el grupo tampoco lo tiene muy claro se produce el vértigo ese del que hablaba antes que tanto me gusta también. De todos modos, todos los discos en los que se trabaja acaban teniendo algo especial y único.
¿Tienes músicos habituales o de cabecera a los que habitualmente recurres cuando tienes la posibilidad de hacerlo?
Sí, por supuesto, es la suerte de vivir rodeado de amigos músicos y talentosos, y es una herramienta esencial para llegar rápido al destino deseado y sorprenderte por el camino todo el rato. Todo el mundo podría producir discos de calidad si contase con gente como Xavi Molero, Emilio Saiz, Martí Perarnau, Pablo Garrido, Charlie Bautista, Ricky Lavado y un largo etcétera.
¿Puedes destacar alguna producción en la que hayas disfrutado especialmente?
Es un pregunta muy difícil, porque acostumbro a pasarlo muy bien haciendo discos, pero para decir una que ahora me viene a la cabeza, por ejemplo “Costa Azul” de Sidonie, que compartí con Santos y Fluren y en la que se generó una hermandad entre todos y una energía más allá de lo musical que todavía colea entre nosotros.
¿Cuándo das por terminado un disco?
No tengo muchos problemas para terminar los discos. Cuando todos los arreglos o ideas que se han paseado por mi cabeza han sido testados o descartados, y también los de la banda, solo queda escuchar las mezclas sin que haya sobresaltos, que caiga alguna lagrimita y mirar la cara sonriente del mezclador y de la banda. Bueno, en realidad no, luego queda ese proceso oscuro e incómodo que es el mastering, pero ya lo hablaremos en otra ocasión.
¿Cuál es la mejor lección que has aprendido en un estudio?
Tener un buen ambiente en el estudio contando con gente de buen corazón que suma todo el rato es infinitamente más útil para el resultado del disco que los mejores músicos del universo.
A nivel nacional o internacional, ¿qué producciones han supuesto un referente para ti? Tres ejemplos.
Madre mía, veamos, por decir tres: “Desintegration” de The Cure, “Regeneration” de Divine Comedy y “The Band”, de The Band.
Tres artistas españoles a los que te gustaría producir. Solo tres.
¡Eso no se puede responder, que se gafa! Como tengo tanta suerte con eso y con muchos de los que me encantan ha sucedido, ya me parece que todo es posible y me los voy a reservar. Que el destino haga su trabajo.
¿En qué disco estás trabajando ahora?
Estoy en la fase final del flamante nuevo disco de Love of Lesbian, preparando la grabación de “Modelo” de Respuesta Polar y esperando que podáis oír pronto el disco precioso que terminamos hace poquito de Quique González.
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