Productores musicales: Juan de Dios Martín

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juan-de-dios-martin-27-10-15

“Es muy importante confiar en la intuición. La sorpresa siempre puede estar en la siguiente sesión. Puedes ir con una idea preconcebida de lo que quieres hacer, pero siempre hay que tener la mente abierta a la posibilidad de que pasen cosas que te vuelen la cabeza y te hagan cambiar de opinión”

 

Amaral, Xoel López, Rubén Pozo y Le Punk llevan su sello, pero por sus manos han pasado hasta las remezclas de “La leyenda del tiemp”o de Camarón. Aunque hace varios meses que se ha mudado a Los Ángeles, el gallego sigue siendo uno de los productores más interesantes de la geografía española. Y no rompe los lazos con las producciones nacionales.

 

 

Texto: JAVIER DE TORRES / ARANCHA MORENO.
Foto: JUAN PÉREZ-FAJARDO.

 

 

¿Cómo explicarías la labor de un productor?
La labor de un productor podría ser la «traductor de ideas», canalizar y materializar la visión del artista en algo escuchable. Es una definición bastante ambigua, ya que tiene que dar cabida a un montón de roles: tienes que motivar, escuchar, entender, sugerir, probar, desechar, descubrir, tomar decisiones, ajustarte a fechas, cuadrar presupuestos, hacer de psicólogo, capitán de barco, niñera y un poco de entrenador de las películas de basket en el último minuto. Brian Eno hablaba de su cambio de «arquitecto» que lleva todo el trabajo hecho y planeado antes de empezar, a «jardinero», que planta una semilla y espera a ver qué pasa. Él hablaba de esto en el contexto de la composición, pero creo que también es aplicable a la producción, así que nos quedamos con «jardinero traductor».

 

¿Por qué discos te conocemos?
Principalmente por mi trabajo junto a Xoel López en discos como «Atlántico», «Reconstrucción» y «Fin de un viaje infinito». También «Hacia lo salvaje» de Amaral, «Tommy Barón» de Barón Rojo y las remezclas de «La leyenda del tiempo» de Camarón, entre otros. También he trabajado con Última Experiencia, Rubén Pozo, SCR, El Kanka, Le Punk, Síndrome Moscow, Albertucho, Club del río, Los Nastys…

 

¿Dónde empieza normalmente tu trabajo con un artista: en el local de ensayo, en el estudio…?
Mi trabajo empieza en la primera conversación o cruce de emails. Es importante encontrar puntos en común, y no solo necesariamente musicales. Luego viene el local de ensayo, ver el repertorio… pero hay muchas cosas que hacer antes de tocar una sola nota. Si no me creo el proyecto, difícilmente voy a poder hacérselo creer al propio artista y a la gente que lo va a escuchar. Hace falta encontrar una conexión, empatía y confianza mutua. Averiguar lo que quiere el artista y ver qué puedes aportar. A partir de ahí ya se deciden acciones posteriores.

 

¿Intervienes en la estructura de las canciones?
Desde luego. Es en lo primero en lo que me meto. Si la canción no funciona, da igual lo que hagas con ella.

 

¿Cuáles son tus estudios de grabación preferidos y con qué ingenieros sueles trabajar?
Hasta hace poco tenía mi propio estudio, Casadiós, donde lo hacía todo. Alguna vez he ido a otros estudios por motivos de logística, bandas con todos tocando en directo, grabar algún piano y cosas así. También he hecho bastantes grabaciones en locales de ensayo, dormitorios y hasta en un antiguo establo. Cualquier sitio es bueno si el artista está a gusto. Ahora he convertido Casadiós en mi mixroom en Los Ángeles y voy reservando estudios aquí y allí cuando me hacen falta. Suelo encargarme yo mismo de la parte técnica, lo que agiliza el proceso. Dicho esto, me encanta trabajar cuando puedo con Manu Tomás o José María Rosillo. He hecho cosas también con Eddie Kramer, Michael Brauer y Joe Chiccarelli. En cuestión de mastering, llevo ocho o nueve años trabajando con Juan Hidalgo, además de ser amigos nos tenemos pillado el punto. Quitando dos o tres cosas contadas, todas mis producciones y mezclas han pasado por sus manos.

 

¿Prefieres trabajar en un proyecto desde cero, con las canciones desnudas, o te sientes más cómodo trabajando con grupos o artistas que llegan a ti con un sonido definido?
Me gustan ambas. La primera por el campo abierto que supone y la segunda por el reto de darle una vuelta de tuerca a su sonido sin perder personalidad.

 

¿Tienes músicos habituales o de cabecera a los que habitualmente recurres cuando tienes la posibilidad de hacerlo?
Tengo mis músicos de cabecera, a los que recurro cuando necesito. Además son todos buenos amigos: Ezequiel Navas, Ricardo Moreno, Fernando Lamas, Loza, Yanko Tortoló, Manuel Bagüés, Dani Casielles, Cris Gestido, Tuli, Pachequín, Marcos Crespo, Tony Louzao… y seguro que me olvido de unos cuantos. También suelo colaborar yo mismo como músico en mis producciones.

 

¿Puedes destacar alguna producción en la que hayas disfrutado especialmente?
Me encantan los proyectos en los que el reto está en explorar caminos alternativos. «Atlántico» de Xoel López fue un disco que tardó casi tres años en gestarse, desde las primeras maquetas hasta el mastering. Lo cocinamos con mucha calma, a fuego lento. Era territorio sin explorar, y fue muy motivador y divertido. Xoel y yo llevando las frases «aquí ya hemos estado» y «a ver qué pasa» hasta sus límites. Hay canciones que rehicimos desde cero varias veces hasta llegar a su iteración final, aunque como nos conocemos desde hace bastante tiempo, el proceso fue bastante natural e intuitivo. Con «Hacia lo salvaje» de Amaral igual, éramos tres colegas en su estudio probando cosas. Tengo también muy buenos recuerdos de la grabación del disco de El Kanka y de tres temas que produje para Varry Brava. O grabar discos enteros en un día con SCR. En realidad, cuando más ejemplos busco más afortunado me siento por poder disfrutar de todo lo que hago.

 

¿Cuándo das por terminado un disco?
No estoy de acuerdo en el dicho popular de que «un disco no se termina, se abandona». Después del esfuerzo que supone hacer florecer un disco desde cero no creo que sea una opción darlo por terminado si no crees que está terminado… aunque siempre estamos a expensas de las fechas de entrega, que son las que mandan.

 

¿Cuál es la mejor lección que has aprendido en un estudio?
Para mí es muy importante confiar en la intuición. La sorpresa siempre puede estar en la siguiente sesión. Puedes ir con una idea preconcebida de lo que quieres hacer, pero siempre hay que tener la mente abierta a la posibilidad de que pasen cosas que te vuelen la cabeza y te hagan cambiar de opinión. Cuando pasa y descubres algo así es maravilloso. Tener una máquina de café y que todo el equipo funcione ayuda bastante.

 

A nivel nacional o internacional, ¿qué producciones han supuesto un referente para ti? Tres ejemplos.
«Bad» de Michael Jackson, «The Wall» de Pink Floyd y cualquier cosa de los Beatles.

 

Tres artistas españoles a los que te gustaría producir. Solo tres.
¿Solo tres? He hecho cosas con Leiva y con Bunbury pero tengo mucha curiosidad por ver qué pasaría si hiciéramos un disco entero. Y ya puestos a pedir, que me llamen cuando vuelva Mecano. Por otro lado, me encantaría descubrir nuevos artistas con talento y algo distinto que aportar, y poder tener el reto de llevarlos al siguiente nivel.

¿En qué disco estás trabajando ahora?
Me he mudado hace unos meses a Los Ángeles y aún estoy empezando a hacer cosas desde aquí. He terminado recientemente la remezcla del primer disco de Los Secretos para una edición aniversario, algo que me ha hecho mucha ilusión, y el nuevo disco de SCR.

 

Anterior entrega de Productores musicales: José Nortes.

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