Productores musicales: Carlos Narea

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“Lo que no debes olvidar nunca es que tu trabajo es para el artista. No se trata de ‘la última producción del productor ’”, sino del ‘nuevo disco del artista X’”

 

Es uno de los productores más veteranos de nuestra escena, crucial en las carreras de Miguel Ríos, Luz Casal o Los Secretos. Recientemente, el chileno ha recogido el Premio Ondas al espectáculo musical, un galardón más para una carrera larga y muy prolífica.

Texto: JAVIER DE TORRES / ARANCHA MORENO.
Foto superior: SANTI BURGOS. Foto inferior: ALEJANDRO CABRERA.

 

Su último logro es recoger el Premio Ondas por la dirección del concierto del 25 Aniversario de Cadena Dial, pero Carlos Narea tiene el reconocimiento del gremio y de la escena musical desde hace décadas. El chileno está detrás de cientos de producciones destacadas del pop y el rock español, algunas tan trascendentales como las de Miguel Ríos (“Rock & Ríos”, “El rock de una noche de verano”…), Nacha Pop (“Nacha Pop 80-88”), Rosendo (“Loco por incordiar”), Joaquín Sabina y Fito Páez (“Enemigos íntimos”), Kiko Veneno, Luz Casal o Los Secretos. Hace unos años, pasó también por nuestra sección Músicos en la sombra, donde repasó con nosotros toda su carrera.

 

¿Cómo explicarías la labor de un productor?
Es difícil de explicar en pocas palabras. Quizá ayuda hacer una analogía con el director de cine. Dirigimos todo lo relacionado con la grabación de una canción o un disco, desde la elección del repertorio hasta que está listo para enviar a fabricar o para “colgarlo” en la Red. Somos responsables del sonido –sin necesariamente ser el técnico de sonido–, de los arreglos –sin que seamos obligadamente los arreglistas– y también de la interpretación, tanto de los músicos como los cantantes y, por último, de la mezcla final, del producto terminado. Aunque somos responsables también de la administración del presupuesto que se maneja –decidimos en qué estudio se graba, con qué técnicos y músicos….–, no es siempre nuestro dinero. Producimos habitualmente por encargo de las distintas compañías de discos, que son las que costean el proyecto, nos pagan nuestros honorarios de productor y también, igual que el artista, tenemos un porcentaje –royalty– de las ventas.

 

¿Por qué discos te conocemos?
Posiblemente por alguno de los diez de Miguel Rios que he producido, los primeros cuatro de Luz Casal, los últimos de Nacha Pop, Leño, los últimos tres de Los Secretos, los primeros en solitario de Rosendo y de Antonio Vega…. Llevo más de 35 años produciendo por lo que he ido “acumulando”. En mi web están todos.

 

¿Dónde empieza normalmente tu trabajo con un artista: en el local de ensayo, en el estudio…?
Antes del estudio, en su casa o en la mía, cuando empezamos a escuchar canciones para elegir el repertorio a grabar y hablamos de la orientación que queremos darle a cada canción en particular y al disco en general.

 

¿Intervienes en la estructura de las canciones?
Sí. Solemos dar nuestra opinión a la hora de determinar la duración de cada canción, las veces que se repite un estribillo o la duración de algún solo instrumental, por ejemplo.

 

¿Cuáles son tus estudios de grabación preferidos y con qué ingenieros sueles trabajar?
Llevo muchos años grabando y mezclando en Red Led. Es un lugar acogedor donde me siento como en casa y donde tienen una mesa Neve que me encanta. Y si la mesa la maneja Ángel Martos, mejor. Cuando encuentras a un ‘socio’ como él, es difícil cambiar. Llevo varios años trabajando con Ángel, te vas conociendo y se establecen unos códigos, hasta que llega un momento en que no necesitas explicarte mucho para que sepan qué es lo que quieres, cómo quieres que suene, etc. Además, su propuesta suele ser aún mejor que la que yo había imaginado.

 

¿Prefieres trabajar en un proyecto desde cero, con las canciones desnudas, o te sientes más cómodo trabajando con grupos o artistas que llegan a ti con un sonido definido?
Da un poco igual. En ambos casos habrá muchas cosas en común, solo que, mientras a uno le inventas un traje que le quede bien, al otro lo “vistes” de forma que sea reconocible. Lo que no debes olvidar nunca es que tu trabajo es para el artista. No se trata de “la última producción del productor X”, sino del “nuevo disco del artista X”.

 

¿Tienes músicos habituales o de cabecera a los que habitualmente recurres cuando tienes la posibilidad de hacerlo?
Claro que sí, lo mismo que comentaba del ingeniero de sonido. Hay músicos con los que te entiendes mejor, te aportan buenas ideas, son buenos ejecutantes y, además, son rápidos, por lo que encima te ahorran tiempo de estudio… Cuando das con ellos, repites. Dependiendo del disco que vayas a producir, armas con ellos la ‘alineación’ que crees que va a funcionar mejor.

 

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¿Puedes destacar alguna producción en la que hayas disfrutado especialmente?
La verdad es que son muchas. He disfrutado muchísimo en muchos discos. Y cada disco tiene su historia, sus anécdotas, incluso alguna frase hecha, palabras o chistes que quedan ligados para siempre a una grabación en concreto.

 

¿Cuándo das por terminado un disco?
En broma, suelo responder que cuando se acaba el presupuesto, pero hay algo de verdad en eso. Podríamos pasarnos toda la vida haciendo el mismo disco, mejorándolo. Es muy difícil que escuchemos algo que estamos produciendo, o que hayamos producido hace años, sin querer retocar alguna cosa. Es bastante horrible la sensación, la verdad, por lo que una vez que el disco está editado, normalmente no lo vuelvo a escuchar, porque sufro no poder seguir metiéndole mano. Nos viene bien el límite que impone el presupuesto.

 

¿Cuál es la mejor lección que has aprendido en un estudio?
En el estudio aprendes muchas cosas siempre. Obviamente, las técnicas o las musicales, pero quizá lo que más aprendes es de psicología, y te conviene hacerlo si te quieres dedicar a producir, porque es una parte importante de nuestro trabajo. El estudio es un sitio que puede asustar y tu labor es que el músico o el cantante se sienta como en casa o como en su sala de ensayos habitual, relajados, porque es la única manera en la que vas a conseguir lo mejor de ellos. Y ahí juega un papel fundamental la psicología, el ser sensible al estado anímico de todos para intentar crear el mejor ambiente de trabajo y de creación posible. Es importante no olvidar que los productores somos, en general, autodidactas. No existen escuelas o academias donde aprendas a producir. Lo mismo que a montar en bicicleta, a producir se aprende produciendo.

 

A nivel nacional o internacional, ¿qué producciones han supuesto un referente para ti? Tres ejemplos.
Producciones, muchísimas, pero sobre todo he tenido productores referentes, y como para muchos de mis colegas, mi ídolo siempre fue George Martin, al que tuve la suerte y honor de conocer hace unos años y me temblaban las piernas. De sus producciones, sin duda “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, aunque de muchos discos, nacionales e internacionales, he aprendido cosas, me han sorprendido y emocionado. La lista sería interminable y seguro olvidaría alguno, injustamente.

 

Tres artistas españoles a los que te gustaría producir. Solo tres.
Esta pregunta también es difícil de responder porque quizá nombraría algún artista al que produce actualmente algún amigo. En general, estoy siempre abierto a escuchar ideas o propuestas. Si siento que hay sintonía y se puede establecer una relación de confianza mutua, que es un buen intérprete, que tengo delante un artista, lo más probable es que me interese mucho trabajar con él o ella. Pero al mismo tiempo es muy importante que realmente te guste su música, su repertorio o estilo para estar seguro de que podrás aportar cosas como productor. Es muy difícil ser creativo y producir música que realmente no te guste o, simplemente, no entiendas o conozcas.

 

¿En qué disco estás trabajando ahora?
En un proyecto muy bonito del que, por contrato de confidencialidad, no puedo hablar todavía.

 

 

Anterior entrega de Productores musicales: Ricky Falkner.

 

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