Japón también persigue la piratería en la red. Después de que se haya aprobado una enmienda a la Ley de Propiedad Intelectual por la que los usuarios que descarguen material protegido podrán cumplir una pena de cárcel de hasta dos años, la Asociación de la Industria de Grabación y otras entidades solicitan la implantación de una nueva tecnología que permite bloquear automáticamente los archivos ilegales.
El nuevo sistema (que vulneraría la privacidad de los usuarios) detecta la subida de contenidos ilegales antes de que llegue a una determinada plataforma de la red. El sistema espía las conexiones de los usuarios que suben datos a la red comparando sus datos con “huellas digitales”. Cuando se establece una coincidencia, se solicita el proveedor de servicios que bloquee el contenido subido por su cliente. También se enviarían cartas de advertencia a los infractores, como en Francia.