“Polinèsies”, de Xarim Aresté

Autor:

DISCOS

“Un cancionero de indómita belleza en el que reluce su vertiente más íntima”

 

xarim-areste-polinesies-11-11-17

Xarim Aresté
“Polinèsies”
BANKROBBER

 

Texto: ÁLEX ORÓ.

 

Xarim Aresté tenía más de cien canciones compuestas y ha elegido diez para “Polinèsies”, su tercer disco. Tras “Lladregots” (2013) y el notabilísimo y premiado “La rosada” (2015), el músico de Flix (Tarragona) nos entrega un cancionero de indómita belleza en el que reluce su vertiente más íntima como autor. “Polinèsies” es un archipiélago sonoro en el que destacan canciones como “Indomables”, con la que abre el elepé hablando de la incertidumbre y los recovecos anímicos que atraviesan los creadores culturales. Una incertidumbre que les puede llevar al abismo sin poder ver ninguna garantía en el horizonte, según ha explicado el propio autor en alguna ocasión. Una canción con un punteo de guitarra que atesora la épica del western y cuya letra puede tener ahora mismo una doble lectura y vincularse a la incertidumbre política que se está viviendo estos días en Cataluña.

“La flor” es una de las mejores muestras de la capacidad poética de Aresté a la hora de componer. La historia de una flor que se marchita por exceso de cuidados se convierte en una metáfora de cómo el amor se puede convertir en un círculo vicioso, en algo excesivo que puede acabar transformando lo hermoso en algo infernalmente mortecino. En cambio, en ‘Un llamp y un tro’, el guitarrista de Flix nos muestra su cara más pop y en ‘Milantenes’ experimenta con la psicodelia y los sonidos orientales, en un tema que invita a ser libre, a romper cadenas.

Para los que no estén familiarizados con la geografía catalana, déjenme que les haga un pequeño inciso para explicar que Flix es un pueblo situado en la comarca de la Ribera d’Ebre, en la frontera entre las provincias de Tarragona y Lleida y a pocos quilómetros también de Aragón. En Flix, el Ebro hace un espectacular meandro. En esta zona de Cataluña se habla la variedad occidental del catalán, notablemente diferente de la de Barcelona o Girona. Pues bien, todos estos mimbres geográficos y lingüísticos tienen una gran influencia en la obra de Xarim Aresté. En este disco la mejor muestra es ‘Riu amunt’, en el que el río es un protagonista más. Es un refugio para alguien que huye, pero también la vía de escape para llegar hasta el mar, para conseguir la libertad. En la bella ‘Descalç’ insiste en la búsqueda de un mismo y la propia libertad, haciendo frente a las adversidades.

El amor en todas sus formas, como manera de conectarse entre seres humanos, es uno de los temas dominantes en esta obra, como se puedes comprobar en ‘M’ho has d’escriure amb foc’ o ‘Soc un mirall per tu’. ‘Anem tirant’ redondea un disco que consolida al autor como uno de los artistas con más personalidad y más interesantes de la escena musical catalana, capaz de atraer a un público tan poliédrico como él mismo.

Anterior crítica de discos: “Fuego artificial”, de Jacobo Serra.

novedades-octubre-2

Artículos relacionados