«Tradicionalmente, el dinero no ha sido la razón por la que la gente ha tocado música solo que ha ido transformándose en eso a lo largo del tiempo. Nosotros tratamos de devolverla al lugar que le corresponde haciendo música por el pueblo para el pueblo»
Son músicos callejeros, anónimos, reunidos en la asociación Playing For Change, que impulsa la construcción de escuelas de arte y música en África. Aprovechando una serie de actuaciones en España, Josep Pedro habló con ellos.
Texto: JOSEP PEDRO.
Seis años después del espectacular éxito mundial de su versión de ‘Stand by me’, Playing for Change sigue su camino más fuerza que nunca. Con la idea de cambiar el mundo a través de la música, esta reunión de músicos callejeros y anónimos sigue su cruzada combinando la publicación de conmovedores vídeos y nueva discografía con la labor de la Playing for Change Foundation, organización sin ánimo de lucro impulsora de nuevas escuelas de música y arte en África.
La iniciativa multimedia del productor estadounidense Mark Johnson ha vuelto a nuestro país con cuatro actuaciones para ilusionar y estar cerca de la gente. Encabezada por el célebre músico de Nueva Orleans Grandpa Elliot, la banda emocionó con himnos como ‘One love’, ‘A change is gonna come’, ‘Let it shine’, ‘Stand by me’ o ‘Amazing grace’. En consonancia con su espíritu grupal, me atienden el ideólogo Mark Johnson y seis miembros del grupo (Grandpa Elliot, Mohammed Alidu, Jason Tamba, Peter Bunetta, Titi Tsira, Robert Luti) que van tomando la palabra.
¿Cómo está yendo la gira?
Grandpa Elliot: Está siendo fantástica. Soy un hombre mayor pero todavía me encanta y no me canso porque los jóvenes me empujan [risas].
Mark Johnson: Si el jefe dice que la gira va bien, la gira va bien. Los demás solo nos sentimos afortunados por estar aquí.
¿Qué poder tiene la cultura para cambiar el mundo?
Mohammed Alidu: Soy del norte de Ghana, de un pueblo con mucha pobreza [Bizung, Tamale]. Nunca han podido tener lo necesario para ir al colegio, ni aprender música con papel, instrumentos y cosas así. Pero ahora la fundación Playing for Change ha abierto una escuela de música en Ghana que ya ha cambiado mucho las cosas para nosotros. Veo a los niños muy contentos y poniendo muchísima energía en el colegio. Hay alrededor de 160 estudiantes y es increíble. Esto está provocando muchos cambios no solo para la música sino para la vida y el futuro de las generaciones más jóvenes.
¿Qué relación guardan las grandes ventajas del cambio tecnológico con las experiencias de vuestra vida musical?
GE: Cuando tenía seis años mi madre ya me llevaba a los desfiles en el Barrio Francés. Luego empecé a juntar grupos para tocar allí. Aquello era estupendo y sabía que estaba haciendo algo bueno. Ahora para mí esto de aquí es más grande que la vida porque siempre he querido viajar. Fui a Nueva York y estuvo bien pero no fue bastante. Quería viajar más alrededor del mundo, pero no tenía ni el tiempo ni el dinero. Estos tíos realmente han cambiado mi vida al llevarme a tantos lugares. Es la primera vez que estoy aquí pero ya he empezado a amar a la gente.
Durante mucho tiempo se ha identificado la cultura con la producción industrial pero en los últimos años han ido apareciendo diversas fracturas. ¿Cómo ha cambiado la manera tradicional de funcionar para los músicos?
MJ: Peter [Bunetta] y yo producimos discos en Estados Unidos. Es un productor alucinante además de ser nuestro batería. Pero cuando hablas de música tradicional, estos tipos [Mohammed Alidu, Jason Tamba, Titi Tsira…] vienen de un lugar donde ésta forma parte de la vida. Es como el agua. Tocan música para el alma, la vida, y como una forma de celebración; no por el dinero. Tradicionalmente, el dinero no ha sido la razón por la que la gente ha tocado música solo que ha ido transformándose en eso a lo largo del tiempo. Nosotros tratamos de devolverla al lugar que le corresponde haciendo música por el pueblo para el pueblo.
GE: No hay cosa que me guste más que escuchar a otros músicos decir que les gustaría formar parte pero hay muchos más de los que un escenario puede aguantar. Lo bueno es que estamos haciendo muchas cosas positivas. Estamos construyendo escuelas, ayudando a la gente a lo grande. Eso es lo que me gusta hacer y estoy con gente a la que le encanta ayudar a la gente por todo el mundo.
¿Qué relación tiene África con la historia de la música popular mundial?
Jason Tamba: Si traigo un ritmo africano, otros músicos como Roberto [Luti], que es italiano, y Peter [Bunetta], que es estadounidense, le van a dar su propio sentido. Están poniendo su sentimiento en la canción de manera que todo el mundo lo puede entender. Puedo tocar una canción realmente africana y Peter y Roberto la tocarán de la manera en la que ellos la oyen. Luego Titi también añadirá su propio toque. Este tipo de libertad hace que todo el mundo disfrute.
Peter Bunetta: Es lo mismo que ocurre al hablar con las palabras. Cada uno está hablando inglés con su propio acento y al hacerlo aporta su propio sabor a la lengua. Así que cuando Jason toca una canción de Congo, Titi una de Sudáfrica, o Mohammed una de Ghana, cada uno aporta su propio acento. Hablamos la misma lengua pero la mezcla de sabores le da un equilibrio internacional.
Titi Tsira: Se convierte en una canción mundial. Por eso le llaman world music, porque incluye todo. En el repertorio de Playing for Change tenemos un montón de estilos distintos: afro pop, blues, funk… Es el mensaje de las propias canciones lo que marca la diferencia.
¿Qué importancia creéis que se le da al hecho de que la mayoría de músicos involucrados no sean artistas inicialmente reconocidos a nivel mundial?
MJ: La buena música y el arte están por todas partes, no solo en la radio, en conciertos famosos o en la televisión. Este mundo está lleno de músicos increíbles. Nunca ha habido solo estrellas tocando. La gente siempre ha tocado música por todas partes así que quizás esto le dé un poco más de énfasis para que el mundo recuerde esta idea.
Por otra parte, creo que contribuye a cambiar el significado de lo que la gente percibe como el éxito. Si tu intención es tocar música y lo haces, como Grandpa Elliot, todos los días durante sesenta años pase lo que pase para cantarle a la gente, eso es para mí el éxito. Eso es exactamente lo que estás destinado a hacer, no cambiarlo todo por la imagen, o intentar ser famoso cantando sobre cosas que no importan para ganar dinero. No hay filtro con esta música y estos músicos. Lo hacen desde el corazón hacia el corazón del oyente a través de una línea de comunicación directa. Creo que es importante que la gente recuerde eso.
¿Creéis que esa es la clave de la gran identificación generada?
PB: Creo que les da la esperanza de saber que pueden suceder cosas sin que una gran corporación te contrate. Ahora todo el mundo puede ser visto por los demás y descubrirse unos a otros a través de internet sea Playing for Change o un joven tocando la guitarra en Rusia. Todos podemos encontrarle, y él nos puede encontrar a nosotros. Hemos abierto la forma de comunicación más extensa de la historia. Playing for Change, la idea de Mark, ha sido una de las primeras piezas musicales con un propósito, y el propósito le ha dado ilusión a la gente. En esa ilusión han surgido músicos que han sido descubiertos por el resto del mundo como Grandpa Elliot, Clarence Bekker, Titi, Mermans, Jason, Roberto…
¿Relacionáis Playing for Change con algún otro movimiento social del pasado o del presente?
MJ: Creo que cualquier movimiento social positivo está conectado con otros movimientos sociales positivos. La intención de lograr colectivamente hacer del mundo un lugar mejor no es nueva. Ha estado presente durante mucho tiempo y nosotros sencillamente somos una parte de esa corriente.
«Por supuesto, con el Katrina la ciudad quedó sumida en la pena pero es lo que dicen: «te caes y vuelves a levantarte». Nueva Orleans se está levantando aunque siguen sucediendo tragedias por todo el mundo»
¿Cómo ha cambiado Playing for Change el entendimiento de vuestra ciudad?
GE: La gente lo ha acogido muy bien y ahora me quieren más, y yo les quiero más. Por supuesto, con el Katrina la ciudad quedó sumida en la pena pero es lo que dicen: «te caes y vuelves a levantarte». Nueva Orleans se está levantando aunque siguen sucediendo tragedias por todo el mundo. Nos caemos para volver a levantarnos. Eso es el blues. Cuando algo malo ocurre, las personas tenemos el blues y nos hace querer escribir y cantar sobre ello. La mayoría del blues vino de ahí.
¿Qué opináis sobre la serie de HBO «Treme», centrada en Nueva Orleans?
GE: Creo que es muy, muy bueno. Oí hablar de ello cuando estaba sentado en la esquina donde acostumbro a tocar cuando no estoy con Playing for Change. Cuando toca irse a casa a relajarse voy al lugar donde fui descubierto, la esquina de la calle Royal con Toulouse. Mucha gente habla sobre «Treme». Siendo ciego, me lo cuentan y aunque no creo que llegué nunca a verlo sí lo escucho y lo imagino a mi manera. Nunca hemos tenido algo así en Nueva Orleans. Deseaba que algo así pasara pero lo primero que me pasó fue que Mark Johnson vino a mí con su ordenador.
PB: «Treme» ha sido fantástica para muchos músicos de Nueva Orleans de los que mucha gente nunca había oído hablar. Ha dado trabajo a grandes músicos que el mundo no conocía.
MJ: Cada país tiene lugares mágicos, y con magia musical. En EE.UU. ese lugar es Nueva Orleans así que es fantástico que gente de distintas partes del mundo conozca un poco más la magia de la ciudad. Creo que es hermoso, sobre todo con la recuperación después del huracán y todo lo que trajo consigo. Cuanto más Nueva Orleans haya en el mundo mejor.
¿Cómo se mantiene Playing for Change cerca de la gente?
MJ: Bueno, no creo que pueda existir sino es en contacto con la gente. Este proyecto se basa en la idea de hacer cosas colectivamente. Es música basada en el alma y el corazón… esas cosas siempre van a estar cerca de la gente. Es lo que necesitamos para vivir.
PB: Una vez está ahí fuera, está en nuestro tejido cultural. Aunque hayan pasado los años la gente sigue descubriéndolo a través de internet. Mantenerlo fresco es apasionarse con cada nueva canción y nuevo lugar. Acaban de empezar una canción nueva en Marruecos que quizás esté terminada el año que viene. La rueda nunca deja de girar, nunca aparca a un lado de la calzada. Se mantiene en movimiento en esta autopista de redes sociales para que la gente acuda y siga con ello.
MJ: Siempre decimos «un corazón y una canción al mismo tiempo». Puede que sea una persona que ve a Grandpa en la calle, alguien que venga al concierto esta noche, o un millón de visitas en Youtube. Sigue siendo un corazón y una canción, aunque puede haber muchos en un día y menos al día siguiente.
¿Hasta dónde puede llegar Playing for Change?
GE: No creo que esto vaya a parar nunca. Va a ser hoy y para siempre. Estamos contentos de estar aquí y de enseñarle a la gente como somos en persona. Queremos hablar con ellos cuando acabemos. Si nos vieron a través del ordenador esto les maravillará.
MJ: Si quieres conseguir que algo continúe en generaciones venideras, tienes que ser humilde, enseñarles e inspirarles. Al acercarnos a las nuevas generaciones con iniciativas y escuelas tan solo estamos empezando el proceso, pero es una buena manera de asegurar que la vida siga cuando ya no estemos. La siguiente generación tomará el relevo.
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