DISCOS
«Redondo, maduro, sensible, emocionante, cincelado con mimo»
Mundo
Planeador
HURRAH! MÚSICA, 2024
Texto: CÉSAR CAMPOY.
José A. Esteve, Javi Reig, Gabriel Piró y David Osete dieron vida, en los noventa del siglo XX, a Los Sostenidos, una de las bandas valencianas que más contribuyó a dignificar el pop de calidad. De esencia espiritual mod, y con referentes tan válidos que podían ir de Paul Weller a The Housemartins, el cuarteto brindó como legado varios epés y sencillos, además de un par de elepés: Maximum new pop (1997, Tranquilo Niebla) y Bucear en el vacío (1999, Tranquilo Niebla). De toda aquella cosecha, las gentes del lugar con buen gusto siguen recordando las pegadizas tonadas de criaturas como “Show me”, “Espíritu juvenil”, “Rock América” o, sin duda, una de sus cimas creativas: “Conversación (a media voz)”.
Tras la disolución de Los Sostenidos, algunos de sus integrantes siguieron manteniendo una conexión intermitente con la música. Así, mientras Osete ponía sus baquetas al servicio del fantástico proyecto Star Trip, y Piró colaboraba esporádicamente con Juancho Alegret y sus lúcidos Hank Idory, Esteve decidía no tirar la toalla y proseguir su búsqueda del santo grial del estribillo inmortal. Y, la verdad, en todos estos años ha mantenido el tipo y la dignidad, tanto en unos añorados Hän Solo (tres discos les contemplan), como con su joya de la corona, unos Mundo (en honor de uno de los componentes de la mítica Delantera eléctrica del Valencia CF) que, afortunadamente, no ha dejado languidecer. Sus dos elepés (Inverness y Cualquier novedad) y temas como “Los nigromantes”, “Las chicas raras”, “Os falta un hit” o “Te echamos de menos”, no merecían tamaña afrenta.
Ahora, Esteve, acompañado de sus inseparables Nacho Ponce y Amadeo Isach (todos se conocían de los años de The Turpins) publica un excelente Planeador; prácticamente redondo, maduro, sensible, emocionante, cincelado con mimo. En él, el trío mantiene viva la esencia y se hace acompañar, en algunas de las composiciones, por la deliciosa voz de una Maite López cuyo color casa a la perfección, en sus dúos, con el característico registro del propio Esteve. Ella, sin duda, ayuda sobremanera a que piezas ya de por sí sólidas y atractivas como “Volverás a maldecir” y, sobre todo, “Vuelo sin motor”, adquieran un nivel de belleza abrumador. También el dúo vocal se muestra extremadamente radiante en una preciosa “Lo que tú quieras”, en la que estribillo y estrofa pugnan por mostrar cuál de los dos puede llegar a resultar más eterno, o en la también instantánea “Elevator pitch”, rebosante de sol agridulce.
En definitiva, Planeador se nos presenta como un disco sin apenas grietas ni fisuras. Heredero de lo mejor que nos ha ofrecido el buen pop a lo largo de su historia, pero nada nostálgico y sí muy actual. Con letras que huelen a día a día, a estados de ánimo, a rutinas sobrevenidas o buscadas, y con un armazón musical refinado, sereno pero contundente: baterías que miran el detalle, guitarras omnipresentes que te abrazan sin preguntar, líneas de bajo que te marcan el camino emocional previsto… Son los mismos que elevan a los altares, también, a perfectas gemas capaces de estremecerte con fugaces besos de acordes menores como “No estamos solos”; emocionantes pasajes como los de “El mal menor”, “Todos los momentos” u “Hoy veremos amanecer”; bellas historias (un Esteve inspiradísimo vocalmente) como la de “Paula”, o destellos de sofisticación que huelen a puesta de sol como un “¡Corre, Pedro, corre!” convertido en cierre perfecto para un disco tan certero como honesto.
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