«Factores en contra: el sonido global fue regular, las nuevas composiciones y (para los románticos) la falta de una de las piezas fundamentales del cuarteto, inimaginable hasta ahora»
Pixies
9 de noviembre de 2013
Coliseu dos Recreios, Lisboa
Texto: JONBIL.
Cuando se acude a un evento de estas características se corre el riesgo de poner la expectativa alta, tan alta que por momentos se espera volver a experimentar la novedad de esta música en su totalidad, con toda la rabia, el deseo y la originalidad que desprendía uno de sus bolos en 1989. Irrefrenable error del que suscribe. Los tres de Boston (pues ya se anunció hace meses que la bajista original, Kim Deal, abandonaba la banda y su lugar lo ocupaba Kim Shattuck, guitarrista/vocalista de The Pandoras y de The Muffs) y la nueva hicieron, en general, un buen bolo en el que tuvieron un puñado de factores en su contra: el sonido global que fue regular, las nuevas composiciones y (para los románticos) la falta de una de las piezas fundamentales del cuarteto, inimaginable hasta ahora.
Abrieron con la frenética ‘Planet of sound’ seguida de la esencial ‘Cactus’, después presentaron dos de las nuevas (y publicadas) canciones, ‘Bagboy’ y ‘What goes boom’, dos de las más respetables melodías de su último lanzamiento. Como el grupo tiene pensado ir publicando más epés en breve, fueron mezclando nuevos e inéditos temas con sus irreprochables clásicos. Costó arrancar, ya que, por ejemplo, ‘Magdalena 318’ y ‘Silver Snail’ eran vírgenes para nuestros oídos, pero no tardaron demasiado en complacer con sus mejores balas: ‘Broken face’, ‘Break my body’, ‘I bleed’ o la tremenda ‘Tony’s Theme’ fueron buenos ejemplos de ello. ‘In heaven’ (tema del chalado y brillante debut cinematográfico de David Lynch) no sonó tan bien en boca de Frank Black como lo hacía en la de su antigua bajista, mientras que las peores canciones de su nuevo epé bajaron mucho el listón: la anodina ‘Andro Queen’ y la demasiado convencional ‘Another toe in the ocean’.
Nos movimos a diferentes puntos del abarrotado Coliseo para comprobar si se escuchaba mejor, y para nada, se trataba de una bola de sonido distorsionada que solo pudimos disfrutar los que conocíamos las canciones. Aún hubo tiempo para otra inédita, ‘Blue eyed hexe’, y para otra de las incluidas en el nuevo epé, la notable ‘Indie Cindy’, rodeadas las dos de implacables melodías de su etapa clásica. A saber: ‘Something against you’, ‘I’ve been tired’, ‘Nimrod’s son’ (uno de los momentos clave de la noche),’ Ed is dead’ o la risueña ‘The holiday song’. Después fueron a por la archiconocida ‘Where’s my mind?’ (aparecida en «El club de la lucha») para cerrar un largo set.
Aún quedaban canciones por corear y la gente las recordaba, por lo que dos minutos después de silbar y llamar, los Pixies salieron para un bis inmejorable que (en contrapeso por las bajadas anteriores) subió la nota media final: se compuso de ‘Hey’, ‘Caribou’ y la libertaria despedida con la suprema ‘Gouge away’. Una sensación agridulce la que nos dejó, pero no tengo muy claro hacia dónde quedó la balanza. Bueno, aún nos queda futuro.