Muchos festivales se desarrollan en marcos incomparables, pero sus propuestas artísticas dejan mucho que desear. Otros pueden presumir de cartel, pero no de lugar de celebración. Los responsables de Pirineos Sur pueden sacar pecho por todo; por programación y por espacio. El Valle de Tena, en Huesca, es su lugar de celebración desde hace 19 años, y escenarios como el ubicado en el embalse de Lanuza convierten en difícilmente comparable la experiencia de asistir a sus conciertos, que en esta ocasión estarán protagonizados, en su mayoría, por músicos y cantantes americanos.
Con intención de reinventarse anualmente, y sortear los estereotipos de las llamadas músicas del mundo, cada edición de este Festival Internacional de las Culturas sigue una línea temática, y esta vez la excusa es “1810-2010. Bicentenario de las independencias. Latinoamérica”. Así, África ha perdido peso respecto a ediciones anteriores, y en esta ocasión la música la pondrá, del 8 al 25 de julio, gente como León Gieco, Los Amigos Invisibles, Estelares, Molotov, Fito Páez, Adanoswky, El Gran Silencio, Pernett, Aterciopelados, Totó La Momposina, Los de Abajo, La Mojarra Eléctrica, Novalima, Erika Muñoz, La-33, Inti-Illimani, Calle 13 y Señor Coconut and His Orchestra.
Artistas consagrados e incipientes se mezclan nuevamente en el cartel de un evento que esquiva la terrible crisis y mantiene el presupuesto del pasado año, en torno a un millón de euros. “No hay grandes cachés, no podemos permitírnoslos. Además, siempre hemos basado nuestra estrategia en la colaboración, no en reventar el mercado”, recuerda Luis Calvo, creador del evento.
La oferta no se limita a las actuaciones señaladas, se completa con talleres, actividades infantiles, animación, cine, discoteca, mercados, restaurantes con comida de cuatro continentes… Motivos adicionales para acercarse en julio al festival del camello con tres jorobas, como el pasado verano hicieron 50.000 personas.
IGOR CUBILLO.
