«Por aquello de llevarse unas pesetas, grabó la batería e hizo coros en muchas de aquellas cintas de covers (versionando a Pecos, Enrique y Ana, Abba, Miguel Bosé, boleros, hasta el infausto ‘El baile de los pajaritos’…), en algunas, incluso, ejerció de vocalista principal»
Hacerte con una cinta de casete de Manolo García versionando a Tequila, la Orquesta Mondragón, Asfalto o Coz, tiene precio: mil euros. Eso piden por aproximarse a la faceta más desconocida de García: la de intérprete de covers para cintas de carretera.
Texto: JUAN PUCHADES.
Mil euros. Mil pavos. Mil euracos. Ciento sesenta y seis mil trescientas ochenta y seis pesetas, si sigues pensando en esa moneda. Eso es lo que pide un vendedor (aquí y aquí) por «Viva el tequila», una cinta de casete de 1980 que imita la portada del elepé «Viva! Tequila!», de Tequila, y que lleva el subtítulo «Rock. Colócate con tequila» (¡tal cual!). Los intérpretes son un grupo llamado Revólver (nada que ver con el de Carlos Goñi) tras el que se escondía, ni más ni menos, el mismísimo Manolo García a sus veinticinco años.
Hagamos un poco de historia: en 1979 y 1980 Manolo García ya estaba integrado en los Rápidos, grupo que había surgido como banda de acompañamiento de Sergio Makaroff: eran su grupo de directo y con él grabaron su primer elepé, «Tengo una idea». Pero, por entonces, como ahora, sobrevivir de la música no era cosa sencilla, así que García compaginaba su actividad junto a los Rápidos con el diseño de portadas de casete para el sello barcelonés Seven, especializado en cintas de «covers», de esas cutres de gasolinera en las que oscuros grupos españoles interpretaban éxitos de artistas conocidos, nacionales o internacionales. En ellas, en grande figuraba el nombre del artista original (o uno que lo recordara) y en pequeño el del intérprete real (por lo general, el de un grupo fantasma: músicos de sesión o de orquesta especializados en tales menesteres). Por unas doscientas o trescientas pesetas, te hacías con una cinta que escuchar en el coche, y que luego descubrieras el engaño o te pasaras el resto de la vida pensando que tenías una cinta original de los Rolling Stones o de Antonio Machín dependía de lo despierto que fueras. Por increíble que parezca, este infranegocio discográfico gozó de excelente salud durante bastantes años: de mediados de los setenta hasta finales de los ochenta, cuando las casetes comenzaron su declive comercial.
Manolo García, en Seven, más allá de diseñar carátulas (se asegura que realizó más de cuatrocientas), se arremangó y, suponemos que por aquello de llevarse unas pesetas a casa (puro trabajo alimenticio), grabó la batería e hizo coros en muchas de aquellas cintas de covers (versionando a Pecos, Enrique y Ana, Abba, Miguel Bosé, boleros, hasta el infausto ‘El baile de los pajaritos’ cayó…), en algunas, incluso, ejerció de vocalista principal. Como en la de «Viva el tequila» (en la que aparece fotografiado en la portada), cantando éxitos del momento del rock español: canciones de Tequila (‘Dime que me quieres’, ‘Rock and roll en la plaza del pueblo’, ‘Me vuelvo loco’), Asfalto (‘Señor Violento’), Coz (‘Más sexy’), Orquesta Mondragón (‘Ponte la peluca’), Moris (su versión de ‘Zapatos de gamuza azul’), Sissi (la versión de ‘Ya soy un hombre’) y, mire usted qué hábil, coló tomas primitivas de dos canciones propias, ‘Salir de aquí’ y ‘Tócame’, que luego grabaría con los Rápidos en su primer y único elepé («Rápidos», 1981). Los nombres de los grupos con los que Manolo grababa estas cintas eran completamente ficticios: Revólver, Perfil, Paco y José, Free Love… En estas cintas, el vocalista, por lo habitual, intentaba imitar la voz del cantante original y en el vídeo de más abajo no hay que perderse a Manolo García impostando a lo Javier Gurruchaga en ‘Ponte la peluca’.
También es conocida entre los más acérrimos seguidores de Manolo García la casete «Triana rock andaluz», en la que grabó temas del grupo Triana ejerciendo de batería y cantante. Un trabajo interesante pues en él se pueden rastrear sus primeras aproximaciones a ese modo de cantar con ecos del sur que años después desarrolló en El Última de la Fila y en su carrera en solitario. Esta cinta, digitalizada, no es difícil de localizar en descarga en internet (si la buscan, la encontrarán): en ella, de forma excepcional, figuran los nombres de sus intérpretes: Rafael Aragón (bajo, guitarras), José Luis Herrera (piano, órgano, sintetizador y violines) y Manuel [sic] García (batería y voz). La ilustración de la portada, muy probablemente, es obra del propio Manolo.
Las grabaciones de este periodo, muy difíciles de localizar, son toda una curiosidad de los primeros pasos profesionales de Manolo García, de ahí el elevado precio que se pide por «Viva el tequila», a todas luces exagerado (una barbaridad, en realidad). El propio García, recurriendo a ese sentido del humor del que hacía gala en sus primeros tiempos, debería de recuperar en cedé todos estos «covers», incluyendo, ¡por favor!, los diseños de las cintas de casete que realizó. Sería todo un placer.