Paul Simon y su mujer, Eddie Brickell, comparecieron el lunes ante un juez de Connecticut tras su detención del sábado por una pelea doméstica. A la salida del juzgado, Simon dijo a los periodistas: “Estamos bien. Nos queremos el uno al otro. Estamos bien. Hemos tenido una discusión. Se ha acabado. Vamos a volver a casa hoy. Vamos a ver a nuestro hijo jugar al béisbol. Ninguno de los dos tiene ningún miedo o alguna razón para sentirse amenazado”.
El abogado de Paul Simon declaró que se trató de una disputa doméstica que se hizo pública cuando la madre de Brickell llamó a la policía. Y añadió: “Fue una discusión normal entre marido y mujer. Paul no quería discutir pero ella sí. Él trató de marcharse y ella cerró la puerta. Estuve hablando con ella y me dijo: ‘Hemos estado casados durante 25 años y hemos tenido tal vez tres o cuatro discusiones’. No fue gran cosa. En una escala de uno a diez, fue uno”.