LIBROS
“Esta es la biografía de Paul McCartney, pero, inevitablemente, McCartney no se entiende sin Lennon”
Philip Norman
“Paul McCartney. La biografía”
MALPASO
Texto: ÓSCAR GARCÍA BLESA.
Once días y medio. Eso es lo que me ha llevado devorar la monumental biografía de Paul McCartney, una delicia para cualquier aficionado a la música popular en general, a la obra de los Beatles en particular y, en realidad, para cualquiera que disfrute con las peripecias y vivencias de uno de los cuatro o cinco personajes esenciales para entender la cultura pop del siglo XX (añadan si quieren a la lista a Lennon, Bowie, Dylan, Jackson…).
A los 73 años, McCartney ha vivido casi de todo y, meticuloso en el empeño, Philip Norman, dibuja el mapa completo de su vida en estas 800 páginas repletas de aventuras de juventud, triunfos universales y madurez divina.
Norman esconde una curiosa relación de amor odio con el protagonista. Es autor de “Shout” (1981), obra imprescindible para comprender la dimensión de los Beatles que cinceló una enemistad con McCartney a raíz de un retrato suyo poco amable: le acusaba de pesetero y colocaba su talento un escalón por debajo del de Lennon (“Lennon era tres cuartos de The Beatles”, dijo). Desde ese momento McCartney no dudó en situar a Norman entre sus más destacados enemigos. Hasta hoy. El prólogo del libro desvela que, quizá, el autor fue un tanto cruel con Sir Paul, pero el paso de los años ha hecho bueno eso de pelillos a la mar.
“Paul McCartney. La biografía”, explícito y conciso título, aborda la carrera del exbeatle en su totalidad. A diferencia de los numerosos libros dedicados a su figura, este libro trata (y consigue) encontrar un equilibrio entre su etapa como elemento icónico de los Beatles y su posterior carrera (bien con Wings, bien en solitario). Porque siempre será recordado como uno de los Fab Four, pero después hubo (y hay) mucho más.
En esta obra descubrimos al Paul niño y su relación parental. Aparecen cartas y otras menudencias de colegio. Aprendemos su pasión por la leche condensada y que, en un principio, amaba la carne (el abrazo del Paul vegetariano llegaría mucho más tarde y de la mano de Linda). Desmenuza pequeños momentos de su vida hasta dotarlos de la épica propia de las grandes estrellas, aunque beber leche condensada sea, francamente, más mundano que memorable. Aparece como un adolescente modélico y con la cabeza bastante bien amueblada (a diferencia de John, seguramente un guiño del autor devolviéndole las puñaladas escritas contra Paul en “Shout”). También profundiza de manera amable en su relación con Linda, descubriendo al marido y padre. Lo que resulta algo tedioso es el espacio dedicado a su matrimonio fallido y posterior exposición mediática y amarilla con Heather Mills.
El libro se nutre de numerosas entrevistas. Domina el género con destreza y presume de su faceta de buen conversador a lo largo del voluminoso trabajo. Todo (o casi todo) ser vivo con algún ascendente con McCartney aparece en sus páginas. Los muertos (algunos hay), también. Resultan especialmente enriquecedores los testimonios de amigos y vecinos de Liverpool en la etapa pre Beatles. La narración describe a un joven decidido y mucho más resuelto de lo que su apocada y tímida mirada parecen mostrar, como un tipo con empuje y con las ideas bastante claras desde bien jovencito. Ese McCartney de andar por casa, el hombre cercano, resulta de lo más entretenido del relato.
El periodo Beatle es territorio conocido, ¿queda algo por descubrir de la banda de rock más grande de todos los tiempos? Para resolverlo, realiza un buen trabajo colocando en el tiempo la conquista del planeta de los cuatro fabulosos. Pero, y en realidad no se trata de un pero demasiado grande, cualquier seguidor del grupo leerá estos episodios con gusto, con el mismo placer que proporciona esa película que ya has visto cien veces y no importa volver a ver.
Particularmente me entretienen más sus propuestas musicales al finalizar con The Beatles, la manera en la que aborda la dolorosa separación de sus colegas antes de lanzarse en solitario. McCartney logra sobrevivir a una marca universal, una sombra de la que cualquier mortal sería incapaz de escapar. Pero consigue mucho más: es capaz de convertirse, con los Wings, en una estrella incluso más grande, tocar en escenarios más importantes, llevar sus canciones más lejos, ganar una cantidad de dinero obscena, detalles que explica con precisión.
Norman ha acertado en el dibujo global del Paul McCartney persona, alguien con una vida extraordinaria generalmente bastante incomprendido. Con todos los antecedentes del autor y su relación primitiva con el biografiado, resulta paradójica la conclusión. El libro, sin quererlo, cuenta la historia de dos personas en una. Esta es la biografía de Paul McCartney, pero, inevitablemente, McCartney no se entiende sin Lennon. Y por muchos años que pasen ese es, seguramente, el matrimonio más importante de su vida.
–
Anterior crítica de libros: “El largo y tortuoso camino”, de Rubén Pellejero y Christopher.