Cuando Paul McCartney tiene dificultades en su trabajo recibe la ayuda de John Lennon. Según dice en “Rolling Stone”, mantiene “conversaciones” con él: “Si estoy en un punto en el que me digo, ‘No estoy seguro de esto’, voy al otro lado de la habitación hasta John. Él dirá, ‘No puedes ir por ahí, tío’. Y yo le diré: ‘Tienes toda la razón. ¿Qué tal esto?’, ‘Sí, eso es mejor’. Tendremos una conversación. No quiero perder eso”.
Sobre la decisión de hacer las paces con Yoko Ono, McCartney explica: “Pensé, ‘Si John la amaba, debía ser por algo. Él no era estúpido’. Me dije, ¿qué vas a hacer? ¿Vas a guardar un rencor que realmente nunca tuviste?”.
McCartney asegura que no está dispuesto a perdonar al asesino de Lennon: “Creo que podría perdonar a cualquier persona. Pero por qué querría perdonarlo. Se trata de un tipo que hizo algo tan demencial y extremo… ¿Por qué debería bendecirlo con el perdón?”
