“Respetamos los estilos que hay dentro del rock, pero también nos gusta pasarnos un poco de rosca”
Ha tocado junto a Silvio, Pepe Begines y Raimundo Amador, pero hace cuatro años que Andrés Herrera se estrenó discográficamente como Pájaro. Acaba de publicar su segundo trabajo, “He matado al ángel”, donde colaboran Diego García El Twanguero o Julián Maeso. Raúl Tamarit habla con él antes de su próximo concierto en Valencia, el día 10 en 16 Toneladas.
Texto: RAÚL TAMARIT.
Fotos: JUAN PÉREZ FAJARDO.
En 2012 Andrés Herrera, alias Pájaro, irrumpía en el panorama nacional con “Santa Leone”, un disco versátil donde el rock y los sonidos más clásicos como el swing, el blues o el surf, se daban de la mano con las intenciones sureñas; pero del sur de nuestro país. Con la aridez de Almería, el sol de su Sevilla natal y la brisa de la costa, empapándose de los ecos del western cinematográfico de Sergio Leone… Siempre al lado de Silvio, Pepe Begines o Raimundo Amador, hace tiempo que decidió emprender una sólida carrera en solitario, y ahora nos ofrece su segunda entrega, «He matado al ángel», en la que se consolida su propuesta. Con la certeza de que lo suyo es algo más que ejercicios de estilo, más bien una búsqueda de distintas sonoridades con el rock como punto de encuentro.
¿En «He matado al ángel» amplías la propuesta iniciada con “Santa Leone”?
Nosotros, como siempre, respetamos los estilos que hay dentro del rock, pero también nos gusta pasarnos un poco de rosca. No solo hacemos rock, o sureño, también nos va la canción italiana. Tiene un poco de todo. No se parece al otro pero sigue siendo Pájaro. Estamos realmente contentos con el resultado.
En tiempos que se mira más hacia lo anglosajón, ¿cómo se siente el poder reivindicar la música italiana?
Más que la música italiana es la musicalidad del idioma. Lo he mamado desde pequeño escuchando los discos de mi padre, y por supuesto los años que estuve al lado de Silvio. Hacer canciones con ese estilo me hace feliz.
Siempre has reivindicado los sonidos clásicos del rock sin caer en estereotipos. ¿Es difícil salirse de lo ortodoxo?
Eso va con la personalidad del sujeto. Nunca me han gustado los estereotipos, no aportan. Si no entras en ellos, no tienes que salir. Muchos idealizaron nuestro trabajo antes de escucharlo; siempre he sido guitarrista y algunos amigos pensaban que iba hacer un disco guitarrero, lleno de riff y como se dice por aquí «con caña de lomo”, pero el argumento era hacer canciones y sacando los pies del plato único y rebuscar por otros caminos.
En este disco hay todavía más variedad de estilos que en el anterior, es mucho más versátil. Asociándote a una escena con ciertas coordenadas más roqueras, ¿te da miedo adentrarte en otras propuestas que quizá no estén tan bien recibidas?
Yo lo pensaba al revés. Pensaba que la corneta y el coqueteo con lo místico nos iban a cerrar muchos oídos y puertas, y ha sido todo lo contrario. Creo que en el arte hay que ser valiente, si no aún estaríamos pintando cuevas.
¿Crees que este es, definitivamente, tu disco más completo en lo personal y en lo musical?
Creo que en este disco hemos estado mucho más relajados a la hora de componer, pero no puedo decir si es más completo. Estamos empezando de nuevo, como quien dice, y aún queda mucho camino. Creo que una mezcla de los discos sería algo parecido al disco que siempre he soñado, pero ya estamos haciendo canciones para el próximo.
¿Cuatro años entre disco y disco es mucho tiempo en esta era que todo va a una velocidad de vértigo?
Es algo molesto, lo impuesto nunca es agradable, pero si queremos estar en el campeonato hay que respetar las reglas. Hoy con los medios que tenemos al alcance es fácil que te escuchen, pero es aún más fácil que te olviden.
¿Cómo es tu proceso de composición, de hacer arreglos?
Los arreglos a veces salen con la composición, pero eso nos lo curramos. Hasta que no vemos la canción como nos gusta, no paramos. Nos exigimos lo máximo.
¿Cómo eliges las versiones que quieres incluir, como por ejemplo, la romántica ‘Guarda che luna’? Por cierto, te ha quedado bordada.
Como somos un equipo, lo hacemos juntos. ‘Guarda che luna’ la propuso Paco Lamato junto a Raúl Fernandez, son músicos y productores de Pájaro. Al principio no lo tenía muy claro, pero encontramos la fórmula rítmica y eso hizo que nos tiráramos de cabeza a hacerla.
Además rescatas alguna de las canciones que interpretó Silvio en su momento.
Sí, porque Silvio fue un artista muy local, además de artista de artistas, y yo siempre he querido llevar un poquito de él. En este disco hemos hecho una versión que se llama ‘El Pudridero’, con letra de Miguel Ángel Iglesias, que también falleció.
En tu trabajo anterior colaboraron Raimundo Amador, Kiko Veneno o Dogo de Dogo y Los Mercenarios. ¿Te gusta contar con otra gente al margen del núcleo de Pájaro?
La verdad es que sí. Además, hemos contado con colaboraciones increíbles. Por ahí está nuestro querido amigo Diego García El Twanguero, que ha participado en un par de canciones, Julian Maeso ha vuelto a participar con nosotros y luego está una colaboración muy especial, la de Los Saxos del Averno, que han hecho un trabajo en el disco fabuloso. Una gente de Sevilla, Los Quiero, nos han hecho los coros. Es un disco en el que las canciones van acompañadas de coros, en eso sentido se han trabajado mucho. Además, me recuerda mucho a los The Jordanaires que llevaba Elvis, eso había que sacarlo.
Hasta ahora siempre te habías mantenido tocando para otros, pero con un segundo disco demuestra que le has pillado el punto a estar al frente de tu proyecto.
Es difícil, venía de una etapa acompañando a mucha gente, ahora es distinto. Llegó un momento que quería que fluyera la música que yo tenía, que llevaba dentro. Con Raúl Fernández y Paco Lamato hemos hecho una sociedad, y ahí estamos haciendo canciones en una fábrica que tenemos en Sevilla.
Durante muchos años estuviste acompañando a Silvio y, ahora, varios después de su muerte, se está reivindicando la figura de este músico fundamental de Sevilla. ¿Nos cuentas alguna anécdota con él?
Tiene miles de anécdotas, pero ahora que estamos en un periodo político tan histórico, me viene a la cabeza una buena. Cuando ganó las primeras elecciones el PSOE, nos contrataron en el show que montaban porque sabían que iban a ganar. Y Silvio, no sé como lo hizo, pero se saltó todo el cinturón de seguridad, y había un presentador dando paso al presidente de la Junta de Andalucía que había ganado, y el que se subió al estrado fue Silvio y dio su mitin. Se subió al escenario por el lado que no debía, y lo primero que dijo fue “¡españoles!” con un tono cachondo, como era él.