“Sin ningún tipo de grieta y, sobre todo, con el objetivo cumplido de relanzar una carrera que tendría continuidad en 1998 con ‘Spyboy’ y en 2000 con ‘Red dirt girl’”
Emmylou Harris
“Wrecking ball”
ELEKTRA RECORDS, 1995
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Se había hecho un nombre en la industria discográfica gracias a su trabajo como coproductor de U2 en “The Joshua tree” (1987) y de Peter Gabriel en “So” (1986). Luego su carrera en los controles iba a crecer exponencialmente para acabar grabando con Neville Brothers en “Yellow moon” (1989), Bob Dylan en “Oh!Mercy” (1989), de nuevo U2 en “Achtung baby” (1991) o un recién llegado como Ron Sexsmith en su disco homónimo de 1994. Pero el gran reto como productor le llegará a Daniel Lanois cuando Emmylou Harris se dirija a él para dar un nuevo impulso a su carrera.
La de Alabama apenas había publicado un par de discos en los noventa, “Brand new dance” (1990), simplemente aceptable, y el algo superior “Cowgirl’s prayer “(1993). Mediada la década, parecía destinada a caer en el olvido. Mientras, Rick Rubin acababa de “resucitar” artísticamente a Johnny Cash con “American recordings” (1994), así que, ¿por qué no intentar hacer lo mismo con Emmy?
Lanois se lleva a Harris a su estudio de Nueva Orleans, escoge un repertorio con solo un par de temas coescritos por ella y la rodea de sus músicos de confianza. Él se encargará de prácticamente todo lo que tenga cuerdas y contará con la ayuda de su mano derecha, Malcolm Burn al piano, la slide guitar o el órgano. El U2 Larry Mullen Jr. se ocupará de la mayor parte de las baterías, Tony Hall de la percusión y algún bajo ocasional y Daryl Johnson básicamente de las voces y los arreglos vocales. Pero no acaba ahí la cosa. Por el estudio irán pasando nombres tan destacados como Steve Earle, Lucinda Williams, Kate McGarrigle o Neil Young, entre otros, para aportar su música a las canciones elegidas.
Y vaya canciones. ‘Where will I be?’, espléndida composición de Lanois, ‘Goodbye’, extraída del “Train a comin’” de Steve Earle, ‘All my tears’ de Lucinda Williams y la canción que dará título al disco de Neil Young.
Pero hay más. ‘Deeper well’ está firmada a medias por David Olney, Lanois y Harris; ‘Every grain of sand’ es seguramente la mejor canción del “Shot of love” que Bob Dylan publicaba en 1981; ‘Sweet old World’ de Lucinda Williams, ‘May this be love’ de Jimi Hendrix y ‘Orphan Girl’ de Gillian Welch. Quedan para cerrar otro tema de Lanois, ‘Blackhawk’ y ‘Waltz across Texas tonight’, con la firma de Emmylou y su amigo Rodney Crowell. Sin apenas oportunidades de destacar ninguna por encima del resto, porque el álbum es completamente redondo. Sin ningún tipo de grieta y, sobre todo, con el objetivo cumplido de relanzar una carrera que tendría continuidad en 1998 con “Spyboy” y en 2000 con “Red dirt girl”. Magistral.
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Anterior entrega de Operación Rescate: “Beauty and the beat”, de The Go-Go’s.