Operación rescate: The Dream Syndicate

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«A los Dream Syndicate o te los tragas o los escupes, es simplemente carne cruda, con sus nervios y sus impurezas pero con el sabor de la mejor tradición de rock oscuro»

The Dream Syndicate
“The days of wine & roses”
RUBY RECORDS, 1982

 

Texto: JONBIL.

 

En las próximas semanas se cumplirán treinta años de la publicación del primer elepé de esta singular y pionera banda de Los Ángeles. Pionera por ser de las primeras formaciones surgidas en los ochenta que tenían un ojo puesto en los ya extintos años sesenta, mientras soltaban el lastre que componían basándose en esa época con una fiereza más cercana al punk. Ellos fueron los cabezas de cartel de un movimiento que se llamó Paisley Underground, junto con otros nombres que surgieron posteriormente como Green on Red, Rain Parade, Jason & The Scorchers o los Long Ryders. También habían surgido a la vez que los Dream Syndicate (y en algunos casos quince minutos antes) bandas como R.E.M., Violent Femmes, The Blasters, Los Lobos o The Gun Club. Este no fue un simple movimiento revivalista (aunque a simple vista pudiera parecerlo) pero si hay dudas al respecto os recomiendo la lectura de un libro que es necesario para entender esa mezcolanza que explotó en la primera mitad de los ochenta: “Nuevo rock americano,años 80. Luces y sombras de un espejismo” (Milenio) publicado hace no mucho por el periodista Carlos Rego.

Y es en ese contexto en el que la música de Steve Wynn y compañía se entiende mejor, al lado de esas otras bandas de raíces a las que (inevitablemente) también les había influído el punk. Mientras grupos como The Replacements o Husker Du estaban inventando el rock alternativo, estos otros también se movían al margen del “mainstream” y se creaban su propia alternativa, que se basaba en poder mirar hacia atrás. A mi parecer no quisieron seguir pensando en la música como algo en permanente novedad, con constantes y supuestamente necesarios surgimientos de estilos, así que lo que hicieron fue aceptar y usar esas influencias que desde niños acarreaban en sus espaldas de melómanos empedernidos.

Bien… el disco que nos ocupa: “The days of wine & roses”(1982). Se abre al oído como una mezcla de guitarras distorsionadas y perfecta base rítmica (esta última totalmente al servicio de la melodía) que sujetan a la voz “un poco Lou Reed” de Wynn. Desde el riff de ‘Tell me when it’s over’ a la segunda canción, ‘Definitely clean’, aceleran considerablemente el ritmo, y aunque el tercer tema vuelva a decelerar, no deja de aumentar en intensidad. Y es que a los Dream Syndicate o te los tragas o los escupes, es simplemente carne cruda, con sus nervios y sus impurezas pero con el sabor de la mejor tradición de rock oscuro. El siguiente corte, ‘Then she remembers’, es de lo mejorcito del debut y es con la que en un concierto no pararíamos de dar vueltas y de saltar frenéticamente, con estrofa garajera e hipnótico y flotante estribillo.

‘Halloween’ es la única pieza compuesta por el (entonces) guitarrista del cuarteto, Karl Precoda, que tenía una curiosa habilidad para estrangular su guitarra y hacerla sonar desquiciada cuando quería y viciosa cuando así lo requería el tema. Sobre todo esta recuerda a la Velvet y anticipa a los Jesus & Mary Chain, convirtiéndose en necesario y preciado puente que aúna generaciones de noise rock. ‘When you smile’ se inicia con varios acoples guitarreros y pasa después a ser un tema pausado del disco aunque igualmente disfrutable. ‘Until lately’ y el corte que titula al disco siguen con el reptante estilo del conjunto y es en ‘Too little too late’ en la que se cede la voz principal a la bajista Kendra Smith, creando un aterciopelado medio tiempo, que seguro gustó a la gente de Mazzy Star.

Algunos definieron el sonido del grupo como un cruce entre The Velvet Underground y los Crazy Horse de Neil Young, y no se me ocurre una descripción más acertada, ni una que haga salivar más a los melómanos que escuchen esas palabras sin haberlos disfrutado aún.

Anterior entrega de Operación rescate: Luz.

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