“Reúne todos los ingredientes que debe tener un buen disco de punk-rock melódico”
Bad Religion
“Stranger Than Fiction”
ATLANTIC/ EPITAPH
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
El año 1994 podría pasar por uno de los mejores del llamado punk/ hardcore melódico. Green Day editaban su famosísimo -y a la postre esencial para su carrera- “Dookie”; The Offspring hacían lo propio con “Smash” y NOFX con “Punk in drublic”. Pero sin duda la convulsión llegó al género con el anuncio de que una de sus grandes vacas sagradas, los californianos Bad Religion, fichaban por una major para publicar su siguiente disco. Las críticas no se hicieron esperar y la palabra “vendido” sobrevolaba cualquier referencia a la banda. Pero su respuesta fue devastadora. El 30 de agosto veía la luz “Stranger than fiction”, terminando de un plumazo con todas las críticas y considerado por muchos su mejor trabajo.
“Stranger than fiction” reúne todos los ingredientes que debe tener un buen disco de punk-rock melódico: canciones definitivas, estribillos inolvidables, adrenalina y guitarras en primer plano. Pero no fue fácil. Se trataba del octavo disco del grupo, y el excelente -y todavía presente- “Recipe for hate” (1993) se había convertido en un motivo más para ser mirados con lupa. Por si eso no fuera suficiente, Brett Gurewitz, guitarrista y principal compositor se encontraba sumido en una adicción galopante a los estupefacientes que no hacía presagiar nada bueno. Pero no fue así, todo lo contrario. Gurewitz supo canalizar a la perfección su adicción para construir temas tan definitivos como ‘Infected’. Por si no fuera suficientes con un tema tan potente, entre los 15 que integraban el disco se encontraban trallazos del calibre de ‘Incomplete’, ‘Stranger tan fiction’, ‘The Handshake’, ‘Television’ o una espléndida revisión del ‘21st Century (Digital Boy)’, incluido originalmente en “Against the grain” (1990).
Fue un paso arriesgado. Si la cosa hubiera salido mal, podría haber significado el final de la banda. Pero el fichaje por Atlantic produjo todo lo contrario. La posterior marcha de Gurewitz –que luego regresó– no impidió que el grupo se convirtiese en una máquina generadora de éxitos, a pesar de que su capacidad creativa nunca volvió a alcanzar el nivel conseguido en “Stranger than fiction”.
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