«Bob Dylan, Paul McCartney o Keith Richards han declarado en alguna ocasión su amor incondicional por la banda»
NRBQ
«Scraps»
KAMA SUTRA, 1972
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Cuando todavía está fresca la edición del espléndido «Brass tacks», sin duda uno de los discos del año pasado, a cargo de unos NRBQ en los que aún parece permanecer intacto el genio del incombustible Terry Adams, merece echar la vista atrás y detenerse en una de sus grandes obras maestras. Y hablar de NRBQ y «Scraps» son palabras mayores. Por algo Manuel Borrero los describió en un artículo para «El País» como “la mejor banda de rock and roll desconocida del mundo”. Porque a pesar de sus más de cuarenta años de existencia y de sus más de treinta discos, entre los que podemos encontrar un buen puñado de obras sublimes, New Rhythm & Blues Quartet nunca suelen estar en las típicas listas de grupos favoritos de los críticos ni en las de mejores discos de la historia de la música popular. Algo incomprensible que difícilmente tendrá solución, por mucho que Bob Dylan, Paul McCartney o Keith Richards hayan declarado en alguna ocasión su amor incondicional por la banda.
«Scraps» es, sin duda, una de esas obras sublimes de las que hablaba hace tan solo unas líneas. Desde su magnífica portada, hasta cada una de sus espléndidas diecisiete (sí, diecisiete) canciones. Un disco inconmensurable que a pesar de su estilo directo guarda una serie de recovecos que se descubren con cada una de sus escuchas. Y además un trabajo histórico, ya que supone el primero en la banda de Al “Big” Anderson, guitarrista que vendría a sustituir a Ken Sheenan y que permanecería más de veinte años en el grupo. A pesar de eso y de su excelente capacidad vocal, Anderson no pudo cantar en el álbum al conservar un contrato como solista con Vanguard Records que no había expirado en diciembre de 1972, momento de su edición. Por eso de la mayoría de las voces se encarga aún el vocalista Frankie Gadler.
El álbum se grabó en una casa utilizando un 16 pistas de un camión de grabación móvil y contó con algunas de las mejores interpretaciones que nunca se registrarían del excelente piano rock and roll de Terry Adams y la asombrosa destreza del bajo de Joey Spampinato. Picoteando de varios estilos, porque como aseguraba Peter Guralnick para «Rolling Stone», “no parecen capaces de asentarse en un estilo. No es tanto que no sepan qué tocar sino que no saben qué dejar fuera”. Por suerte, en «Scraps», no dejaron nada.
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Anterior entrega de Operación rescate: “Ramoncín y WC?”, de Ramoncín.