«Flores encendidas’ supuso un giro de ciento ochenta grados para la carrera del grupo: sin abandonar la estética rockera, Primavera Negra y Baró se adentraron en los caminos del folk, y Dylan se hace omnipresente»
Primavera Negra
«Flores encendidas»
LA ROSA RECORDS, 1987
Texto: ÀLEX ORÓ.
Hay discos que, para bien o para mal, cambian la trayectoria creativa de un artista. «Flores encendidas, de la banda leridana Primavera Negra, es uno de ellos.
Primavera Negra fue un grupo liderado por Xavier Baró, conocido ahora por sus trabajos como cantautor, en los que no se impone ningún límite artístico y en los que es capaz de musicar al poeta simbolista Rimbaud o demostrar todo el catálogo posible de influencias dylanianas. Aplaudido por la crítica y con una carrera lo suficientemente sólida casi nadie recuerda ya sus inicios con Primavera Negra.
La banda nació a mediados de los ochenta y fue la única representación leridana a la explosión musical que vivió España en esa década. Entonces Baró ya era un músico maduro (pasaba de los treinta años) y tenía un bagaje musical en el que se mezclaban las influencias que abarcaban desde Buddy Holly hasta el punk. En su primer trabajo («Primavera Negra», Twins, 1985) ya destacaron las letras de Baró, barnizadas de poesía y referencias literarias a la Beat Generation, inusuales en la mayoría de bandas contemporáneas. Era un disco de rock muy prometedor que, sin embargo, pasó totalmente inadvertido.
Dos años después apareció «Flores encendidas», que supuso un giro de ciento ochenta grados para la carrera del grupo. Sin abandonar la estética rockera, Primavera Negra y Baró se adentraron en los caminos del folk. Dylan se hace omnipresente hasta el punto que adaptan el tema ‘If dogs were free’, que traducen como ‘Si los perros son libres’. Las letras eran historias descarnadas de perdedores, de derrota y de huidas hacia adelante. Todo ello con una instrumentación sencilla, ajena a sofisticaciones, como prueban ‘Madrugada’, ‘Flores encendidas’ o ‘El segundo baile’. El disco también incluye una versión de ‘En el castell’, de Jaume Sisa, cantada en catalán, y cortes como ‘La ciudad tambor’, ‘En la autopista’ o ‘Es este el lugar’, que seguían la estela de su primer trabajo.
Después de este disco, Primavera Negra se transformó en Los Tormentos en un intento de recuperar el lado más rockero de la banda. Pero la suerte estaba echada. El folk se había apoderado de toda la fuerza creativa de Xavier Baró, «Flores encendidas» se convirtió en un disco aclamado por la crítica e ignorado por el público, pero que supuso el inicio de la transición de Baró hacia una fructífera carrera de cantautor que le ha llevado a componer los álbumes «Cançó de l’udol» (1998), «Deserts» (1999), «Xavier Baró canta Arthur Rimbaud» (2000), «Cançons del temps de destrals» (2003), «Flors de joglaria (2006), «Lluny del camí ral» (2008) y «La màgica olivera» (2011), todos ellos cantados íntegramente en catalán y en los que ha desarrollado un estilo propio en el que se mezclan los ecos mediterráneos y el folk rural con Jaume Arnella y Bob Dylan.
[Texto actualizado del publicado originalmente en EFE EME 71, de septiembre de 2005.]
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