Operación rescate: Monster Magnet

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«Todo en ese disco funcionaba, daba casi igual qué canción escogieras para empezar o por dónde se había quedado la cinta del walkman, era perfecto sonara lo que sonara»

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Monster Magnet
“Powertrip”
POLYDOR, 1998

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Aquel año, 1998, hubo pocos discos más emocionantes que “Powertrip”. Los Monster Magnet de Dave Wyndorf concretaban su apuesta, dejaban de lado la psicodélica y proponían dejar de viajar por el cosmos para empezar a hacerlo por la gran urbe. Entre edificios de hormigón y noches sin estrellas. Wyndorf se volvió el profeta del verano, predicando su evangelio rockero cuando el sol hacía sudar y también cuando caía y la luna comenzaba a crepitar por un firmamento fundiéndose a negro. Monster Magnet eran la banda sonora del estío, no había nada más en qué pensar, solo las canciones de “Powertrip” y en cómo estas ponían banda sonora a tu vida. Sí, la ciudad, el calor, la luna y el sol. Y “Powertrip”.

Todo en ese disco funcionaba, daba casi igual qué canción escogieras para empezar o por dónde se había quedado la cinta del walkman, era perfecto sonara lo que sonara. El rock más musculado (‘Tractor’, ‘Crop circle’), la psicodelia bien mascada (‘See you in hell’), surf music (’19 witches’), el punk (‘Powertrip’) y la solitaria introspección (‘Your lies become you’, ‘Baby Gotterdammerung’). También ese perfecto single llamado ‘Space lord’, con unas acústicas que sonaban con más actitud y chulería que cualquier banda eléctrica. Pero lo mejor de “Powetrip” es que era vendible, a su manera era comercial dentro del mundo del rock, la producción era aseada, sexy, las canciones bien construidas. También era un disco inteligente, con ironía.

Ese mismo verano, Monster Magnet se lanzaron a la conquista de Europa con conciertos que dejaban a público y prensa boquiabiertos. Dave Wyndorf estaba a la altura de lo esperado, sabía que tenía las canciones, el disco, la banda. Daba igual que no fueran cabezas de cartel en los festivales, porque fácilmente se ponían al nivel de las estrellas. Lo mismo ocurría en sus teloneos. No era fácil seguirles. ¿Cómo? No había manera de competir con esos temas. Si hasta desde la portada de “Powertrip” ya avisaban de que iban a por todas, emergiendo desde el mismo infierno.

Tras la gira, Wyndorf se dispuso a preparar un nuevo trabajo que debía mantenerles y hacerles llegar más alto. Pero eso nunca pasó. Tampoco el disco. Camino al estudio de grabación, el líder de la banda perdió todos sus apuntes, teniendo que reescribir el disco de memoria. Este, sería conocido como “God says no”, el trabajo discográfico con el que Monster Magnet se estancaron aunque se tratara de un buen trabajo.

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