“Temas competentes, con sabor a clásico y, algo no habitual en el rockabilly patrio de la época, con buenas y trabajadas letras”
Los Rebeldes
“Rebeldes con causa”
EPIC, 1986
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Nunca ha sido fácil ser seguidor de Los Rebeldes. Si bien es cierto que en sus inicios fueron un grupo respetado por las huestes más cercanas al rockabilly, esa condición fue paulatinamente perdiéndose, en parte y como sucede a tantos otros, gracias curiosamente a su éxito. Los sectores más talibanes del movimiento rocker no entendía qué hacía uno de sus tótems como Carlos Segarra haciendo canciones como ‘Mediterráneo’ detrás de la cual había por cierto una interesante instrumentación surf, y públicos son lances como el que provocó que en un concierto un Dani Nel-lo amenazante enseñara sus tatuajes al público que increpaba a la banda retándolos a comprender lo que es el rock and roll.
Pero como decía, hubo una época en la que ser fan de la banda de Barcelona era grande. Hacía sentir bien, y sin duda esos fueron los años ochenta, y en especial los situados alrededor de la edición en 1986 (aunque licenciado un año antes) de “Rebeldes con causa”, probablemente su trabajo más equilibrado y respetado. Curiosamente es el disco que provocó el salto a la fama de la banda y que a la larga acabaría degenerando en los incomprensibles problemas apuntados con anterioridad. Y buena culpa de eso la tiene una canción como ‘Mescalina’ que subió como la espuma en las listas de éxitos a pesar de ser una oda a una feniletilamina con propiedades alucinógenas. Un tema que, por cierto, dado su temática probablemente no sería aceptado hoy en día, en tiempos de supuesta libertad de expresión, por muchas compañías de discos. Llámenlo involucionismo.
Aunque “Rebeldes con causa” es mucho más que ‘Mescalina’. La banda integrada aquí por Carlos Segarra, Moisés Sorolla, Tony Nervio Roto y Dani Nel-lo y por tanto ya sin Aurelio Morata, es capaz de completar el resplandor de su canción estrella con tonadas que no se quedan atrás como ‘Quiero ser una estrella’, recuperada casi dos décadas después por Fito y Fitipaldis en “Lo más lejos, a tu lado”, la muy Dion ‘Donde brilla el sol’, y las funcionales ‘No me gusta trabajar’ o ‘Noche de acción’. Temas competentes, con sabor a clásico y, algo no habitual en el rockabilly patrio de la época, con buenas y trabajadas letras. Quizá por eso fue el punto de partida. “Quiero ser una estrella, nada me puede parar”, cantaba Segarra, y cumplió su objetivo. Cuando dos años después incluyen ‘Mediterráneo’ en su disco “Más allá del bien y del mal”, los hechos les dan la razón.
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