Los Íberos
Los Íberos
Columbia, 1969.
Texto: JAVIER DE CASTRO.
Columbia creó a Los Íberos cuando la buena estrella de Los Brincos y la de su propio grupo Los Bravos empezaba a apagarse. Se trató, sobre todo, de recuperar la supremacía en el mercado patrio y de volver a plantar alguna que otra pica en el Flandes musical europeo de aquel final de década. El proyecto no adoleció ni de falta de calidad musical —buenos currículums profesionales en diversas bandas—, ni de una dirección artístistica de renombre —el prestigioso Mike Vickers o Ivor Raymonde “cerebro” del “Black is black”— ni de una seria y meditada estrategia de marketing.
Sonaban igual de bien en estudio que en directo aunque su estética, colorista pero sin exagerar, recogía suavemente ciertos elementos de la psicodelia anglosajona y les daba un puntito de sofisticación que causaba división de opiniones cuando se aventuraban más allá de las fronteras de la capital. Se optó por un lanzamiento a lo grande y en inglés para que un posible impacto internacional rentabilizara lo mejor y más rápidamente posible aquella inversión. Un primer sencillo con los temas “Summertime girl” y “Hiding behind simile” (1968) —el primero de ellos, una perla pop antológica— no cumplió, sin embargo, las expectativas de venta pese a recibir el espaldarazo unánime de la crítica especializada que se volcó con adjetivos superlativos al valorar la calidad del primer trabajo del nuevo grupo. Las siguientes andanadas —“Las tres de la noche” y “Corto y ancho”— sin tantas pretensiones, en apariencia, y compuestas e interpretadas en castellano, sí que calaron en el público local y se convirtieron en hits.
A partir de ahí, de más a menos, a juicio del mercado, que fue recibiendo con indiferencia creciente las sucesivas entregas discográficas —algunas excelentes— que alternaron el inglés y el castellano de manera casi proporcional. En 1969 su discográfica decidió un órdago a la grande lanzando un primer y, a la postre, único álbum, que recopilaba todo lo aparecido hasta ese momento, junto a dos o tres inéditos. Un LP que analizado con cierta perspectiva histórica, desvela una magnífica colección bilingüe de singles pop que, inmerecidamente, no hizo levantar el vuelo al grupo, cuando los aires de la vanguardia y de lo progresivo comenzaban a impregnarlo casi todo. El disco fracasó como también tropezaron los tres sencillos siguientes, aparecidos casi por inercia a razón de uno por año, desencadenando la disolución sin pena ni gloria del grupo en 1973, descuidados definitivamente por su compañía que había perdido la fe en ellos bastante tiempo atrás.
[Este texto se publicó originalmente en EFE EME 17, de abril de 2000.]