Elkin & Nelson
Elkin & Nelson
Ángeles y demonios
CBS, 1974
Texto: DARÍO VICO.
Los hermanos colombianos Elkin y Nelson Marín llegaron a nuestro país a principios de los setenta con una biografía trenzada por episodios de En el camino y Tú a Boston y yo a California, y con un deseo muy claro: llevárselo crudo. Tenían imagen, tenían actitud y tenían el sonido. Un cruce entre el glam rock, entonces en plan ebullición y la erupción del latin chicle de Barrabás, con una pátina de autenticidad que les daba su origen netamente mestizo.
Juan Pardo, quizás por darle réplica a Fernando Arbex —factótum de los ya mentados Barrabás—, quizás porque se le consideraba un experto en producir dúos, tomó las riendas del proyecto, que se convirtió en el sencillo Elkin & Nelson y el doble Ángeles y demonios. Demostraron virtudes y carencias de la idea: los temas propios flojeaban, los que llevaban la dudosa autoría D. A. R. (derechos de autor reservados) y que en su mayoría eran revisiones de temas tradicionales de los Trópicos, eran un catálogo de las posibilidades de lo que ahora mismo se ha convertido en el boom del rock latino. Temas tan tremendos como “Jíbaro”, especialmente en su versión larga, o la recreación latina de “Light my fire” quedan como prehistoria desconocida de algo que ha tardado cerca de veinte años en estallar. Y aquí, además, con el exceso de arreglos y el largo desarrollo tan queridos en la época. Sin embargo, el look aplastó a las canciones y la plataformesca y colorista imagen de los hermanos sepultó lo mucho y bueno que había en sus discos.
[Texto publicado originalmente en EFE EME 4 (edición papel), de febrero de 1999].