Burning
Bulevar
OCRE/BELTER, 1980
Texto: JUAN PUCHADES.
Por alguna extraña razón –¿autenticidad?–, los dos primeros discos de Burning (Madrid, 1978, y El fin de la década, 1979) son los que han pasado a la historia mayor del grupo –El fin de la década, incluso, al libro de oro del rock español– y se olvida el tercero, Bulevar. Un trabajo en el que la banda de La Elipa se puso guapa para las fotos –¡de Javier Vallhonrat!–, sofisticó enormemente su sonido y decidió jugar con sus propias capacidades compositoras e instrumentales reinventándolas. Y muy probablemente es por todo ello por lo que se acostumbra a pasar de puntillas sobre este gran álbum, que contenía algunos temas escritos para la banda sonora de la película Navajeros, de Eloy de la Iglesia.
Porque sí, la suciedad formal que caracterizó al primer álbum y el árido descaro del segundo aquí quedaban enterrados y Burning daba un muy encomiable salto sonoro que los alejaba por completo de los años 70 y los situaba en la nueva década, asumiendo su condición de hijos hispanos de los Rolling Stones, pero habiendo escuchado las producciones de la new wave y, cómo no, los recientes trabajos de Jagger y Richards (especialmente Some Girls, más que Emotional Rescue). Así, Bulevar, alcanza la cima del sonido Burning: nunca la guitarra de Pepe Risi había sonado tan personal y elegante, el piano de Johnny Cifuentes dejaba caer sus notas como gotas de lluvia fina golpeando contra el cristal y Toño Martín –¡el inmenso Toño!– demostraba su inigualable dominio vocal: por algo fue el mejor cantante del rock español de aquellos años.
También es cierto que las historias más suburbiales y canallas han quedado atrás –aquí sólo dejan la gloriosa «Escríbelo con sangre»–, como si los compositores –esencialmente Risi y Toño– de estos nueve cortes se hubieran trasladado de La Elipa a un ático de La Castellana (lo que en realidad no ocurrió). Pero, demonios, a quién le importan semejantes disquisiciones sobre autenticidad ante canciones como «Es especial» (tema directamente prestado de uno de las Sangri-La’s, ¡pero firmado por ellos!), «Tú eres mi amor», «Es decisión» (primera canción del grupo en la que Pepe Risi toma las riendas de la voz solista) o esa declaración de chulería que es «No es extraño que tú estés loca por mí», en la que cantaban aquello de «De rodillas por detrás es como te gusta más» que tuvieron que cambiar en un single radiofónico para no herir (¿por detrás?) a nadie.
Canciones en las que la banda desplegaba toda su capacidad para desarrollar su rock afilado, se aproximaba incluso a un rock and roll clásico (en «Baila mientras puedas»), descubría el mundo moderno («Quiero ser un robot») y sentenciaba su dominio de los medios tiempos con la gigantesca, inolvidable y melancólica «Día de lluvia». Un disco rotundo que invita a escucharlo de nuevo una vez la aguja llega al final de la segunda cara.