Babylon Chat
«Bailando con Brando»
AVISPA, 2001
Texto: JUANJO ORDÁS.
El año 2001 fue grande para Babylon Chat, no solo estabilizaron su formación sino que editaron uno de sus mejores discos. Fue este, su tercer trabajo, el que llevó a los asturianos a dejar a un lado el punk rock para centrarse en el rock clásico con algunas gotitas de pop.
Pese a contar con la solvencia de Ricardo Saavedra al bajo y de Javier Logares a los parches, Babylon Chat era la banda de Igor Paskual –actualmente guitarrista de Loquillo– y Héctor Tuya. Ellos eran la imagen, la actitud y el espíritu salvajemente glamuroso de un grupo como pocas veces se ha visto en España, una banda capaz de conjugar imagen con trallazos musicales. Paskual componía como un príncipe (con o sin el apoyo de la banda) y los arreglos de Tuya eran realmente especiales, haciendo dibujos de guitarra y dotando a las piezas de empaque sonoro.
«Bailando con Brando» unía todas las grandes virtudes de la banda en un plástico conciso de doce temas más una versión de Lou Reed a dúo con Loquillo, un compendio vitamínico cuya mayor virtud era que cada una de sus canciones podía ser un single. El glam inglés de ‘Camaleón’ (una oda a Bowie, claro) abría el disco con fuerza, con unas guitarras basadas en el ’21 century boy’ de T-Rex que cedían a acordes cincuenteros en la estrofa, vertiente clásica que de nuevo emplearían en la altiva ‘No tocarme’ (¡qué gran sentimiento el de Tuya con su punteo inicial!), ‘Rock and roll bar’ o en ‘Las chicas del Roxy’, tema con letra de Loquillo y Susana Kosca que el catalán también grabaría. La vena punk de sus inicios llegaba, aunque mucho más templada, en ‘Top model’, ‘Super girl’ , ‘Odio el día en que conocí’ (con Héctor en Igor en perfecta sintonía) y ‘Los chicos de Londres’, buenas pisadas al acelerador que cuajaban a la perfección al lado de las piezas más pop.
Y es que la gran virtud de «Bailando con Brando» es su sabor clásico, sabor que se deja sentir en cada una de las canciones mediante una producción siempre limpia, al margen del género. De hecho, podría tratarse de un disco en directo sin el sonido del público gracias a esa higiénica producción que, a modo de barniz, sacaba idéntico lustre a los temas más punks y los más poperos. Dentro de estos últimos destacaba la genial ‘El último brindis del año’ (una dolorosa composición al abandono sentimental firmada por Igor que bien podían haber rubricado Los Secretos), aunque también estaba ‘Días de vino y rosas’ (otra vez Igor sublime, muy romántico, a corazón abierto) y ‘Demasiado deprisa, demasiado salvaje’, que no por rápida dejaba de ser menos melódica en su estribillo, algo así como un punto de encuentro entre la vertiente pop, el punk y el rock clásico esgrimido a lo largo del disco.
Poco después de la edición del trabajo que nos ocupa, Paskual abandonaría la banda para unirse a Loquillo y Trogloditas mientras Tuya pasaba a hacerse cargo de la voz solista con muy buena mano, llevando a Babylon Chat a firmar sus dos últimos trabajos antes de extinguirse: Un single en el que versionaban ‘Like a hurricane’ de Neil Young en castellano y un último disco realmente espectácular bautizado «Baile de disfraces».
Actualmente Igor compagina su actividad como miembro de la banda de Loquillo con su faceta como autor y líder de su banda de acompañamiento, Los Primitivos. Esperamos que, sin dejar de acompañar al catalán, Paskual encuentre espacio para editar un trabajo en solitario que, por las canciones que hasta ahora ha estrenado, podría ser buenísimo (escuchad ‘El peor novio del mundo’, es magistral). Por su parte, Héctor Tuya editó hace poco un breve EP en solitario a nivel underground, un espléndido trabajo realmente elegante, a medio camino entre el rock y el cabaret (brutal ‘Amour fou’, ¡haceos con esa canción ya!) al que esperamos pronto siga un largo.
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