Operación rescate: «Apple Venus Vol.1», de XTC

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«Pináculo inalcanzable de ese universo en el que nunca los Beatles más crepusculares y aventurados han encontrado mejor réplica»

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XTC
«Apple Venus Vol.1»
IDEA RECORDS/COOKING VYNIL, 1999

 

Texto: CARLOS PÉREZ DE ZIRIZA.

 

Comienzan a superponerse instrumentos de forma gradual. Las líneas vocales marca de la casa se van yuxtaponiendo. Y así, a fuego lento, se cuece un nuevo prodigio. Es “River of orchids”, la canción que abre el decimoprimer álbum de la banda de Swindon. El primero que editaban tras siete años de mutismo y también el primero que despacharon con su propia discográfica, tras su ruptura contractual con Virgin.

Ya eran para entonces más que santo y seña de una forma de entender el pop, una sagrada anomalía cuya repercusión nunca estuvo en consonancia con la estima que la crítica les dispensaba. Pero lo que pocos podían esperar (y el mundo, en su mayoría, ni se enteró) es que facturasen a esas alturas uno de sus discos más ambiciosamente formales, pináculo inalcanzable de ese universo en el que nunca los Beatles más crepusculares y aventurados han encontrado mejor réplica. De hecho, parte del mismo se registró en los míticos Abbey Road.

El disco superó en mucho a su tibia secuela («Apple Venus Vol.2», editado un año más tarde, y de orientación más pop e inmediata) y es una auténtica orgía de arreglos majestuosos, quiebros melódicos celestiales, armonías vocales primorosas y un clima general de grandilocuencia instrumental más que justificada, guiada por un Andy Partridge más en primer plano que nunca, que se reserva la autoría de nueve de estas once canciones, para las que la new wave no es más que un lejano recuerdo. Sirvan ‘Easter theatre’, ‘Your dictionary’, ‘I can’t own her’ o ‘The last balloon’ como muestras.

Una gema de pop adulto que, como era de esperar (XTC llevaban casi dos décadas negándose a salir de gira, y no iban a cambiar en ese momento), se consumió ante la inopia general, pero que sus fans no deben desestimar como uno de sus mejores trabajos de todos los tiempos.

Anterior entrega de Operación rescate: “Backstreets of desire”, de Willy DeVille.

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