“Tiene la virtud de aglutinar lo mejor de los últimos años del grupo con un sonido muy natural que hace que las canciones suelten lastre ochentero”
Kiss
“Alive III”
MERCURY, 1993
Texto: JUANJO ORDÁS.
Kiss habían pasado una década de los ochenta complicada. Faltaba del misterio que en los setenta les había dado el maquillaje y solo quedaban dos miembros de una formación original que siempre contó con personajes muy definidos de cara al público. Además, grababan discos irregulares a los que los fans únicamente podían agarrarse cual clavo ardiendo a las canciones firmadas por Paul Stanley, el único que se ocupó de que la nave no se hundiera. El guitarrista y cantante, poco a poco consiguió que Gene Simmons volviera a hacer del grupo su prioridad y tuvieron la brillante idea de contar de nuevo con Bob Ezrin para la producción de su decimosexto disco, uno que volviera a hacer de ellos una banda a tener en cuenta. Y lo cierto es que centrados estuvieron, porque “Revenge” fue el álbum que volvió a enorgullecer a sus fans. Kiss eran otra vez sinónimo de una banda de rock and roll, no de gloria pasada, y fue durante su tour de presentación que Stanley y Simmons aprovecharon para grabar “Alive III”, el tercer volumen de la serie de discos en vivo que en su día hicieron de Kiss una primera potencia en el negocio del entretenimeinto.
Medirse con las dos primeras partes era imposible, pero “Alive III” tiene la virtud de aglutinar lo mejor de los últimos años del grupo con un sonido muy natural que hace que las canciones suelten lastre ochentero. Así pues, se trata de un disco en directo encomiable, para disfrutar de cabo a rabo y sin maquillaje de por medio, dejando así sin excusas a todos esos que piensan que sin sus pinturas de guerra la música del grupo no funciona.
En “Alive III” Kiss demuestran que son una excelente banda de rock duro, está el pirotécnico inicio de ‘Creatures of the night’, los momentos de cantos de estadio en ‘Love it loud’ y ‘I just wanna’, por supuesto la «power ballad» en forma de ‘Forever’ y algunos momentos de su época dorada tocados con una contundencia propia de principios de los noventa. Habrá truco, como en casi todos los álbumes en directo y algo en lo que Kiss son especialistas, pero da gusto el efecto creado por la audiencia cuando gritan en ‘Deuce’ y ‘Heaven’s on fire’, y desde luego que es genial escuchar a Paul Stanley tornar ‘I was made for loving you’ de hot disco a himno de estadio.
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Anterior entrega de Operación rescate: “Texas flood”, de Stevie Ray Vaughan.