DISCOS
«Paraíso de ensueño que es su álbum, con su silbido sereno y fascinante»
Molly Lewis
On the lips
Jagjaguwar / Popstock!, 2024
Texto: XAVIER VALIÑO.
No resulta tan extraño encontrar silbidos en canciones de cualquier estilo. De hecho, hay artistas que hicieron de ello una seña de identidad como, por ejemplo, y sin salir de España, Kurt Savoy, el llamado “Rey del Silbido”. Pero sí resulta atípico encontrarse con un álbum en el que todos sus temas, todas sus melodías, estén interpretadas con silbidos, y más si ese es un disco de debut.
Es lo que sucede con el primer álbum de la australiana, residente en Los Ángeles, Molly Lewis, quien hasta ahora puede que fuese únicamente conocida por haber puesto silbidos en una de las escenas cruciales del éxito cinematográfico del año pasado, Barbie. Antes había colaborado con Jackson Browne, Mark Ronson, Dr Dre, Karen O (Yeah Yeah Yeahs) o Mac de Marco, con lo que al menos tenía un nombre entre sus colegas.
En su debut mayormente instrumental, Lewis evoca clubes de jazz de otras décadas, bandas sonoras de viejas películas de Hollywood o los sonidos polvorientos de los filmes de Ennio Morricone. Además de ocho temas propios, suma dos versiones: “The crying game”, el clásico pop de los años sesenta de Dave Berry, y una sorprendente adaptación de “Porque te vas”, que popularizó Jeanette en 1974. Sería interesante saber cómo llegó hasta sus oídos.
Desde el paraíso de ensueño que es su álbum, con su silbido sereno y fascinante, el momento más conmovedor llega en los sonidos acuosos y la energía nebulosa de “Cocosette”, donde Lewis realmente logra el equilibrio perfecto entre la producción y su instrumentación para dejar que su silbido se convierta en un aullido fantasmagórico, como de otro mundo.
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Anterior crítica de discos: It means nothing now, de Erik Voeks & The Ghosters.