The Velvet Underground and Nico
The Velvet Underground and Nico
LP: VERVE, 1967
VALOR: 1.500 Euros
Una sección de VICENTE FABUEL.
Recientemente subastado y vendido en la red por el valor que arriba figura, aunque también en otras ocasiones se vendió al doble e incluso a veces por la mitad, siempre en función de su estado y sentido de la oportunidad, sin duda estamos ante uno de los indiscutibles santos griales del coleccionismo internacional de vinilo rock. Pueden descubrirse ustedes ante el reconocido primer LP de la Velvet con «The Andy Warhol Banana Cover». Sea por su significado musical estricto, sea por la autoría del sugerente artwork a cargo de Andy Warhol o por la especialísima disposición plástica de su atrevido diseño (de difícil supervivencia a través de los años), en su formato original y a ser posible precintado como si acabases de comprarlo en el 67 en una tienda neoyorkina por un dólar y medio, este pasmoso debut con el célebre consejo «peel slowly and see» en la parte superior derecha de la portada, define como pocos eso que con propiedad hemos dado en llamar todo un objeto de deseo «comme il faut». ¿Hace falta recordar que en su edición original la mítica banana se pelaba, levantando una fina pegatina, mostrando un fruto rosado de evidentes resonancias fálicas?
Aunque quizás no sea el momento adecuado para comentar tamaño monumento, convendría recordar que si habitualmente ha habido grandes discos que apenas ha escuchado nadie, también los hubo muy grandes que sí fueron perfectamente conocidos y que sin embargo apenas significaron nada en el desarrollo de la música. Y por último, que ha habido discos escasamente conocidos (algunos como el presente, absolutamente ignorado en sus primeros años de ostracismo) que lograron cambiarlo todo. Influencialmente… todo. En ese sentido, nadie debería tener la menor duda de que Velvet Underground & Nico es una de las más importantes piedras fundacionales del rock. Casi sin elementos previos en los que apoyarse nítidamente, el rock (¿?) de Lou Reed y John Cale abrió insospechadas brechas a la tradición histórica que bien maceradas y al cabo de un buen lustro de insistencia, comenzarían a ser transitadas popularmente: el glam, el punk, la new wave, el gótico, el noise o la fusión avant-garde, por no hablar del cariz sin tapujos de sus textos en temas como drogas y sexo, encontraron el necesario apoyo logístico en este disco mostruoso que –como cualquier otra misteriosa obra maestra– nadie sabe cómo y por qué llegó a producirse. Loados sean sus autores.
¿Hacen falta más motivos para que cualquiera pueda soñar con tener una pieza original de este calibre en su colección? Efectivamente, sobran los motivos.