Los Nikis
EP “La amenaza amarilla”
TIC TAC 1981
VALOR: 350 Euros
Los Nikis
EP “Sangre en el museo de cera”
TIC TAC 1982
VALOR: 250 Euros
Una sección de VICENTE FABUEL.
Los dos primeros Extended-Plays (cuatro temas cada uno) del grupo madrileño Los Nikis son hoy unas de las pesadillas favoritas de los adictos al vinilo punk de medio mundo. Con alguna pequeña excepción, en su edición original esos dos discos jamás se pudieron comprar en las tiendas de este país, tiene guasa la cosa. Tomemos al primero de ellos, únicamente se pudo adquirir –y de forma gratuita– en un concierto que el grupo dio en el Colegio Mayor Chaminade de Madrid, mientras que para acercarse al segundo hubo que dirigirse por carta a la dirección que de uno de los miembros del cuarteto ofrecía amablemente Jesús Ordovás en el Diario Pop de Radio 3. Lo cuento tal como lo hice: me dirigí epistolarmente al domicilio de Joakín Niki adjuntando tres billetes de 100 pesetas y se me envió el dichoso EP acompañado por una impagable carta fotocopiada en la que el grupo explicaba profusamente sus filias y sus fobias. Muy divertidas, por cierto, pero hoy no es el caso.
Las más que exiguas tiradas (¿500 ejemplares?) volaron en uno o dos plisplases y a los poquitos meses ambos EPs tuvieron que reeditarse –ahora ya con diferente portada– por la independiente Lollipop simplemente para que pudiesen venderse a la cada vez más amplia capa de seguidores que estaban atesorando. Cuenta la leyenda que las maquetas que sirvieron de base a los discos habían sido presentadas al sello inglés Chiswick, y que a fecha de hoy –esto ya no es leyenda– aún no ha llegado la respuesta. Por una u otra causa, el mito de esos vinilos quedó sellado.
Sin duda a ello ayudó la modestia del sello que los plastificó, el diminuto y hoy mítico “label” de Pamplona Tic Tac, que publicaría rigurosamente los primeros singles independientes de la década: los de Clavel y Jazmín (con Paco Clavel), Milagro (el grupo del comentarista de Radio 3, Jose María Rey), Esplendor Geométrico (“Necrosis en la poya”) y el “Autosuficiencia” de Parálisis Permanente compartido con Gabinete Caligari –a eso se le llama ojo clínico–, y por supuesto las excelencias que la banda de Algete mostró en esas pequeñas cápsulas de punk-pop extrañamente adornadas de una ironía, una frescura y una espontaneidad bastante poco usuales en el género musical hispano del imperdible. Recientemente reeditados ambos en un pack de vinilos 2 x 7” hace un par de años por la disquera Munster (aún debe de quedar alguna copia por ahí) como antes lo fueran tanto en LP como CD por Lollipop y DRO, estas tan modestas como excitantes ocho canciones llevan camino de lograr ese estatus que las acredita sobradamente como un momento histórico de nuestro rock. Pequeñas y disparatadas maravillas de serie B como “Ernesto” o “Venganza” así lo atestiguan.
