Joan Manuel Serrat
«En directo / Verano del 83»
LP: ¿?, 1983
VALOR: 100 Euros
Una sección de VICENTE FABUEL.
A menudo injustos, siempre tan odiosos como discutidos, la única función útil que se me ocurre para que un premio cumpla algún objetivo decente es la de lograr poner en el mapa a un creador importante falto de atención y –si se diera el caso de ir acompañado de dotación económica– ayudarle a perseverar en su quehacer. A punto de cumplir los 45 años de carretera, a Joan Manuel Serrat le acaban de dar el Primer Premio Nacional de Músicas Actuales sin que parezca que ese oficialista premio cumpla alguno de esos requisitos. Y si hoy hay pocas dudas de que Serrat pueda ser un gran referente musical de las últimas cuatro décadas, miedo da pensar a quien puedan ir dirigidos mañana los siguientes premios. Un tiro al aire más sin atisbo alguno alrededor de políticas coherentes que refuerzen cultural y legalmente el maltrecho erial de nuestras músicas. Por cierto, ya que hablamos de dinero, al premio le acompañan 30.000 euros.
Pocos objetos verdaderamente deseados tiene el maestro catalán. Férreo dueño de una trayectoria musical coherente y perfectamente calculada (igualmente podría decirse que por momentos conservadora, excesivamente prudente y sin un solo sobresalto creativo), desde su primer disco EP editado en 1965 hasta el último trabajo presto a aparecer, su vuelta a Miguel Hernández, el éxito jamás ha dejado de sonreírle. Son tan escasos los discos suyos que no han tenido una repercusión mínimamente notable, tiradas, pues, más que amplias, que cualquier aficionado ansioso de completar su colección, ni en tiempo ni en dispendio le iría muy lejos. Junto a la leyenda urbana del supuesto single “La la la” cantado en catalán y el raro LP “E As Suas Cançoes” (Portugal, 1969), adaptando al portugués sus primeros éxitos en castellano, éste que hoy se muestra debe de ser indiscutiblemente su pieza más anhelada.
Conocido como “El directo del Grec”, a Serrat le cupo el honor de protagonizar el primer bootleg español de la era del vinilo, durante décadas un mercado alternativo y levemente tolerado que tuvo sus días de gloria a ambos lados del Atlántico sin que por estas tierras apenas lograsen aparecer tres o cuatro vinilos piratas. Quién lo iba a decir, ahora que en la materia copamos holgadamente los primeros puestos del ranking internacional. Corto de miras (repertorio habitual de grandes éxitos: “Mediterráneo”, “La saeta”, “Cada loco con su tema”, “Aquellas pequeñas cosas”, “Cançó de matinada”, “Para la libertad”…) y discreto sonido, el mayor punto de esta grabación clandestina (Barcelona, verano de 1983, Teatre del Grec) era presentar una versión inédita en disco del tango de Gardel “Cambalache”, que enseguida aparecería oficialmente con la edición del doble disco “Serrat en directo”, que Ariola se apresuró a poner en circulación pocos meses más tarde. La distribución del vinilo ilegal quedó cercenada rápidamente por la multinacional y sus abogados al darse la circunstancia de que la distribución del plástico afectó únicamente a tres provincias (Málaga, Valencia y Galicia) y un solo distribuidor, con lo cual el disco no solo apenas tuvo tiempo de llegar a la gente, sino que tal hecho probablemente disuadió a los piratas de continuar esa senda. Con la que está cayendo ahora.
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