Objeto de Deseo: Flamenco

Autor:

Objeto de Deseo: FlamencoFlamenco
Flamenco
ARIOLA, 1982

VALOR: 120 Euros


Texto: VICENTE FABUEL.


Auténtica serie B del rock sevillano, poco grano, pues, ninguneados habitualmente y ni siquiera reconocidos en sus más indiscutidos valores, hasta hace dos días poca gente se tomó en serio la fusión flamenco-rock de los sevillanos Flamenco. Rápidamente catalogada la suya como una discografía algo bastarda de obvias intenciones comerciales, el evidente trazo grueso de su propuesta desde siempre estuvo más valorado fuera que dentro del país. Parece lógico. Lo curioso es que a día de hoy no hace falta haber cambiado de opinión básica sobre el grupo, para estimar –y cómo– otros aspectos de la banda en los que sí que andaban ciertamente sobrados: descaro, jaleo y “frikismo” en esa esquinada propuesta de fusión que hoy los contempla rotundos.

Tras el grupo se encontraban los hermanos Garrido, inagotables animadores de la escena local sevillana desde el 67, primero con Los Soñadores (en el que ya militaba Tele, el futuro batería de Triana) y luego con Galaxia (proyecto que ya coqueteaba claramente con la fusión), antes de que de la mano de la multinacional Ariola y bajo la obviedad de ese nombre publicasen este su único LP y un buen puñado de singles desde el año 72 al 76. Todos ellos cocinados pensando en las listas de ventas –a las que por cierto no llegaron ni por asomo–. En una primera lectura, Flamenco pudo ser alineado junto a muchas de aquellas bobadas que asolaron los años 70 tras el eco del “Garrotín” de Smash, pero hoy no queda ninguna duda acerca de su singularidad, aunque en su día de poco les valiese que se atrevieran con textos de Lorca o músicas de Paco de Lucía en su intento por ascender a la primera división.

Pues bien, todo eso hasta que les llegó su hora, porque este disco suena hoy ciertamente de-mo-le-dor. Música exultante, hambrienta… nada que ver con el rigor con el que años antes Smash había definido el género, más bien deficiente en esa asignatura, esto era… otra cosa, de hecho así lo llamaban ellos mismos (la cosa) en uno de sus temas estrella, “La cosa ya empezó”. Enseguida el grupo se desnudaba en el corte que abría el álbum, el desaforado “Dímelo”, en origen simplemente una rumba, trascendida aquí por diversos añadidos psicodélicos en perfecta connivencia con ¿indebidas? apropiaciones del latin-rock de Santana o del afro-rock de Osibisa. Un tema que es casi su definición y unas maneras que en general recorren gozosas el álbum por ambas caras: “Todo se va a acabar”, “Algo me va a pasar”, “Anda jaleo”… Guitarras, distorsión, fuzz, percusiones y la voz jonda del cantante entrando en la “discothèque psychedelic” del momento. Hoy nadie se atrevería a subestimar un grupo como éste, a unos músicos fundamentalmente lúdicos capaces de articular su personal propuesta a base de unos modestos platos combinados que aos atrás, desgraciadamente, para nada formaron parte en la exclusiva dieta de la “intelligentzia” del mundo flamenco y su aproximación al rock. A veces el tiempo cura.

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