El Último de la Fila
Astronomía razonable
LP EMI Italy, 1993
VALOR: 120 Euros.
Texto: VICENTE FABUEL.
El Último de la Fila y su fenómeno de aúpa. Centenares y centenares de exitosas actuaciones, varios millones de discos vendidos en sus años de vida (1984-1998), propietarios de sello propio, Perro Records, sin duda uno de los últimos grandes fenómenos mediáticos de nuestra escena y que aún hoy colea con los bises millonarios que al menos una de las mitades del dúo viene ofreciendo en solitario desde hace ya una década. De nuevo ha vuelto Manolo García, y de nuevo emerge el interés por el grupo catalán, sin duda –tras Mecano– el que mejor capitalizó musicalmente ese lado “mainstream” apto para todos los públicos de aquellos días. En realidad, lo que EUDLF encarnaron como nadie fue la apoteosis de la corrección y del buen rollo servido por los melismas vocales de su cantante, antigua tradición cantarina hispana que siempre ha terminado por aupar a quien hace buen uso de ella. Modélicos en lo intrascendente y banales en lo sustancial, nunca se ha entendido demasiado bien el porqué de cómo con tan corto aval, apenas una docena de buenas canciones mal contadas, pudieron llegar a comerse lo que se comieron. Desde luego, ahí va mi enhorabuena.
En su sexto LP Astronomía razonable (EMI, 1993) continuaba esa pedante rutilancia en los títulos con los que harían carrera, además del propio nombre del LP pueden recordar este otro par de buenos ejemplos: “Remando sobre el polvo” o “Como un burro amarrado en la puerta del baile”, este último, por lo demás, uno de los momentos menos ortopédicos del álbum. Bueno, dejemos de lado el tema, por una cuestión de pudor, porque lo que continuó realmente fue la brutal escalada de ventas, tocando techo en un cifra récord, hoy, desde luego casi obscena, alrededor de los 900.000 (¿?) ejemplares vendidos. Dicho lo dicho, no sé qué pinto aquí glosando la supuesta trivialidad del grupo cuando nos encontramos ante un éxito sin precedentes apenas disimulado por el hecho –nada despreciable en este país– de que el tipo que lo canta se llama Manolo, se apellide García y, además, haga honor musical y poético a todo ello. Estas cosas siempre han terminado por valorarse adecuadamente. No tardaré mucho, pues.
Baste decir que este LP se editó en Italia, para lo cual cantaron en la lengua de Dante cinco de sus cortes manteniendo el mismo “backing” instrumental: los llamados “Carta e inchiostro”, “Remando sulla”, “Herbe d’Asia”, “Mare antico” y “Faccio i conti”, a los que añadieron una versión del tema “Mísico loco” (del álbum Nuevo pequeño catálogo de seres y estares, 1990) bajo el nombre de “Musicisti strani”. Ni que decir tiene que el eco italiano de la edición fue tan escaso como amplio el interés de sus seguidores hispanos en añadirlo a su colección, y que enseguida el grupo cortaría con esa fijación hacia el país transalpino que, además, les llevaría a traer como telonero –con incidentes y formas harto polémicas, cuentan las hemerotecas– al cantautor milanés Angelo Branduardi.