LAS GRECAS
Gipsy rock
LP, CBS 1974
VALOR: 60 Euros
Texto: VICENTE FABUEL.
Un par de anodinos y desinformados recopilatorios es todo cuanto ofrece hoy su discográfica BMG/SONY a quien quiera acercarse bajo soporte legal al sorprendente fenómeno Grecas de mediados de los años 70. Poco importa eso a los amantes del vinilo, sus cuatro LPs oficiales continúan siendo desde hace ya tiempo lugar de peregrinación para los amantes de las fusiones. Hasta ahora tentación permanente para seguidores del flamenco rock, en los últimos años se ha visto engrosada su exótica imagen internacional merced al auge de reediciones de sincretismos psicodélicos del tercer mundo, con la India y Turquía a la cabeza. No sería de extrañar que –más bien fuera que por aquí dentro– en breve reapareciera su primera y más completa grabación, éste hoy más portentoso que nunca Gipsy rock. No gypsy, please.
Cuesta encajar disco tan novedoso en la peculiar España del 74, su productor José Luis de Carlos había preparado un año antes el camino con el lanzamiento del cuarteto Arena Caliente, cuatro bailaoras del madrileño tablao flamenco Las Brujas cuyo pop de sofisticado aire sexy aflamencado, sin embargo, poco tenía que ver con el cuajo racial bañado en erotismo cutre de barrio de las hermanas Muñoz. Éstas, Tina y Carmela, también habían hecho el circuito de los tablaos –vistas en uno de ellos por Lola Flores, el beneplácito de la Faraona sería más que definitivo– y su irresistible autenticidad sería básica para que en manos del visionario productor aquello germinara en algo grande. Hacia ese excitante proyecto de fusionar la tradición flamenca con las corrientes internacionales del rock (siempre se citaba ufanamente a Hendrix como principal mentor) se acercó parte de la flor y nata del momento: Manolo Gas, Bob Thackway, Rodrigo García, José María Guzmán, Pepe Nieto, Johnny Galvao, etc., etc. Y con un repertorio básico con temas de Felipe Campuzano y guarnición de variados clásicos que iban desde Lola Flores a Roberto Carlos, el proyecto de De Carlos desbordó las bienintencionadas ilusiones de un principio.
En su haber queda una de las más auténticas experiencias hispanas en el marco de la fusión flamenca, conjugando innovación y sentido popular. En su debe, que el desmedido éxito –desgraciadas trayectorias personales aparte– iba a condicionar diluyéndolos considerablemente los pasos siguientes.
