Julio Martí: «Los Rolling Stones están tocando en el Olympia, nosotros queremos que artistas de ese tamaño vengan a tocar con nosotros»
Woody Allen inaugura este jueves el festival Noches del Botánico, que celebra su cuarta edición con tanta calidad como eclecticismo. Más de 30 noches que reúnen en un mismo escenario a figuran tan dispares como Jane Birkin, Beirut, Ben Harper o Russian Red. Hablamos con Julio Martí, su fundador y director artístico.
Texto: ARANCHA MORENO.
Fotos cedidas por NOCHES DEL BOTÁNICO.
Hace cuatro años que desplegó sus alas en el Jardín Botánico de la Complutense de Madrid, y desde entonces es impensable pasar un verano en la capital sin acercarse al festival Noches del Botánico. Un entorno paradisíaco en mitad de la ciudad, lugar idóneo para disfrutar de la música en vivo, al aire libre y con un cartel de un eclecticismo envidiable. Es, como dice su fundador y director artístico, Julio Martí, un festival «transversal, con una propuesta multigeneracional y multiestilística». Él es la cara visible de un equipo con más de cuarentaaños de experiencia, que ha puesto una programación de conciertos que supera las 30 noches —34, para ser exactos» y que pelea con ahínco por traer a los nombres más importantes de la escena nacional e internacional. Y lo están consiguiendo.
Lo demostraron en la edición anterior, descorchando la botella de champán con un nombre inaugural de lujo, Elvis Costello, y vuelven a hacerlo este año con otra figura única: el mismísimo Woody Allen, que abrirá la temporada -el jueves 20- con una de sus fabulosas noches de jazz. Un mes y medio más tarde, la encargada de echar el cierre será Russian Red. Y entre el neoyorquino y la madrileña, sucederán decenas de conciertos de todo tipo, pero habrá una única actuación —o dos, en algunos casos— por noche. En junio pasarán por allí Ana Belén (el 21), la propuesta sinfónica de Los Planetas (el 22), el ganador de Eurovisión Salvador Sobral (el 26), Iván Ferreiro (27), Andrés Calamaro (28), Zahara (29) o The Waterboys y Paul Carrack (30), y en julio figuras tan diversas como Beirut (3 de julio), Michael Bolton (11 de julio, con la galesa Judith Owen como artista invitada), Diego El Cigala (12), Jane Birkin (17 julio), el Supertramp Roger Hodgson (24 julio) o Ben Harper (29). Cada uno tendrá su espacio y su lugar, porque si algo caracteriza a este festival es una degustación tan calmada como selecta. Se acabaron los conciertos urgentes y la prisa.
Julio Martí: «No somos el único show que va a dar Woody Allen en el país, pero sí somos los que hemos promovido que esto sucediera»
Una de las características que les definen son los dobles conciertos, gestados ad hoc para la ocasión. Por ejemplo, el de Carlos Núñez y The Chieftains, o Chick Corea My Spanish Heart Band, o el quinto aniversario de la muerte de Paco de Lucía, que quieren que sea «un momento muy entrañable». También se desmarcan trayendo por primera vez a España a artistas que nunca han tocado aquí, como Beirut o The Roots, y talentos como Snarky Puppy, ganadores de varios premios Grammy en la categoría de jazz. Woody Allen, a quien acompaña The Eddy Davis New Orleans Jazz Band, pisará España azuzado por ellos: «No somos el único show que va a dar en el país, pero sí somos los que hemos promovido que esto sucediera». Y a caballo entre los programas dobles únicos que despiertan su vena creativa y los estrenos internacionales, se suman artistas que ya han agotado las entradas desde hace semanas, como Iván Ferreiro, Andrés Calamaro o Loreena Mckennitt, que hace doblete.
Hasta el momento, todos los artistas que han pasado por su atractivo jardín se han enamorado del festival. Y sus organizadores, que han contemplado miles de actuaciones a lo largo de sus vidas, siguen maravillándose con los directos que programan en su escenario. «Llevo muchos años, mi capacidad de sorpresa no es demasiada, pero a veces es tremenda. El año pasado hicimos uno de los mejores espectáculos que hemos visto, en cuanto al concepto, la preparación, la presentación… fue David Byrne, del que todo el mundo habla, fue un antes y un después. El año pasado estuvieron sensacionales Calexico, Kraftwerk…Todos los años que llevamos la gente se va diciendo que quiere volver», confirma Julio Martí. Y algunos lo dan todo de sí mismos, tanto, que se bajan agotados de las tablas: «Patti Smith acabó exhausta, hacía un poco de calor y tuvo un pequeño ataque de calor, cuando terminó hubo un poquito que animarla y recuperarla, estaba absolutamente extenuada. Pero eso es lo más que ha podido pasar. O que Robert Plant escriba a todo el mundo que había sido el mejor festival que había hecho ese verano». Una de las mejores noches la protagonizó el año pasado Rubén Blades: «Fue el mejor concierto latino de alguien de 70 años que he hecho, con seguridad. Vino diciendo que se despedía. Cuando salió, le dije: “Pero cómo te vas a despedir, ¡si lo que has hecho es espectacular!”».
Julio Martí: «El año pasado hicimos uno de los mejores espectáculos que hemos visto, en cuanto al concepto, la preparación, la presentación… fue David Byrne»
No es de extrañar, pues, que no sean los únicos en descolgar el teléfono para programar a los músicos que anhelan. «Eso de que nos llaman ellos es cierto, pero ocasionalmente tenemos alguien que ha oído hablar del festival y está interesado, y no estaba en nuestro círculo de artistas. Llevamos 40 años en la profesión, tenemos la suerte de conocer a casi todos los artistas que pueden o no pueden venir. Intentamos que vengan artistas más grandes a hacer shows más pequeños, porque creemos que artistas que han actuado siempre para 15 o 20.000 personas, cuando se enfrentan a públicos de 2.000 personas obtienen otro tipo de recompensas. Los Rolling Stones están tocando en el Olympia, nosotros queremos que artistas de ese tamaño vengan a tocar con nosotros. Es una de nuestras batallas, ojalá cada vez tengamos más artistas gigantes que quieran hacer conciertos de este tipo. Con tener uno de estos artistas de este año, irá bien».
De momento, este año añaden una vertiente más a su eclecticismo, incluyendo la música clásica, como sucederá el 17 de junio, noche en la que Daniel Casares dirigirá el Concierto de Aranjuez. Otro detalle más para el objetivo que persiguen, que es «un equilibrio natural: de géneros, edades, sexos, países, razas… diversidad absoluta». Lo difícil no es encontrar una noche que encaje con cualquier tipo de público, lo difícil es ausentarse. Bien lo sabe Julio, que ya está preocupándose porque habrá algunas noches que no podrá acercarse por otros compromisos profesionales. Se perderá, como mucho, 8 o 9 noches, pero el jardín no se quedará vacío: allí estarán los artistas y el público (que oscilará entre 2.000 y 3.500, en función de las sillas que pongan cada noche), disfrutando de un cartel que se preocupa y ocupa de regalarnos preciosas noches de verano.